La imagen es irreductible a palabras, inversamente proporcional en su irreducción. Quiero decir que cuando el foco de atención se dirige a elementos cada vez menores de la imagen, hasta llegar a mínimos propiamente impixelables, el número de palabras necesarias va creciendo en razón inversa. Mitad de imagen, doble de palabras. En el límite: nada visible vs. dios con su discurso.
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