28 de enero de 2015

Tragoedias

Bastará con que Prometeo vuelva una segunda vez, con el fuego de la justicia, a ver si los hombres se incendian de amor y de cordura. Pero el héroe está distante y condenado, y la salvación,  que está ahí, subiendo por la montaña,  no llega. Como la puerta tras la que está la ley, para ser reconocida como verdad y vínculo. Tan cerca, a solo un gesto de la mano y un sencillo girar de la puerta sobre sus goznes. Pero un reglamento, por el espacio de una vida, bloquea la mente del que espera.

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