7 de septiembre de 2014

En el mismo orden de materias, el reportaje (P. Simón; fotos de A. di Lolli) de la semana anterior en El Mundo sobre el despilfarro en España. Variaciones sobre la lechería, podríamos denominar a esta proyectada Ciudad del Medio Ambiente, en Soria:


Aquí -en las 500 hectáreas de terreno que equivalen a 500 campos de fútbol- iba a haber instalaciones de tecnología punta. Aquí habría viviendas de lujo con su vitola de renovables. Aquí estaría obligado el uso del coche eléctrico. Aquí edificarían unos centros deportivos la mar de integrados. Y cómo no, una escuela nacional de equitación. Y por qué no, un parque fluvial y lacustre. Por haber habría hasta un polígono industrial... Todo bajo la mirada de ese ojo de Sauron que eran las cúpulas de la energía. Hoy tuertas, qué se le va a hacer.
¿Ironía en que el proyectado enclave se haya realizado en perjuicio de lo mismo que dice defender? Pase y lea, si tiene tiempo. 
Si no fuera porque hay un pastor que deja comer tranquilamente a las ovejas en este soto, si no fuera porque los milanos que se cruzan tienen dos alas y no tres, y un solo pico, uno creería que a ocho kilómetros de Soria se trató de levantar un Chernobyl. Que un día estalló algo inesperado y todo el mundo se fue dejando a medias una ciudad que iba a tener más de 500 hectáreas.

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