12 de julio de 2014

Fíjate que es difícil que la sonrisa de un niño se congele. Sólo el dolor la desvía y la vence. En la fotografía de la entrada anterior hay varias sonrisas ausentes. En un niño se ha perdido por el miedo, qué digo el miedo, el terror, en otro por el dolor, en otro por...Sí, ese niño algo mayor que lleva al herido en brazos...Me deja perplejo. Es como si de pronto -¿o acaso ya tenía aprendizaje en ello?- fuera un adulto total. (La antorcha de Kraus)
Pero habría que citarle entero...

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