31 de octubre de 2010

Tu boca

Arrecia el viento entre las hojas de los árboles de la avenida (lo veo cuando paso). Pero su movilidad en verde, que está mucho más viva que tú, no significa que hayan de ser otras voces distintas de la tuya las que han de hablar por ti. Debes olvidar las palabras ajenas, también sus sedimentos en el cuerpo y en la memoria, para hablar tú, sin imposturas, libre y solo.

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