8 de junio de 2010

Ya llega

Estoy a punto de hacerme portugués, virando al sepia de los recuerdos, al blanco y negro de la memoria ajena. Yo que no soy nada que nunca seré nada. Podría mirar a la calle y fijarme en la gente que entra en el estanco, pero no tengo gana. Aparte de que no hay estanco, sino coches aparcados. Esto es un pueblo de una provincia sudoriental, calurosos, polvorientos, olvidados. Pero yo tengo un teclado y una soberbia tranquila. Autoficción.

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