16 de agosto de 2009

Pánico en escena

La voluntad examina sus razones ---

Evaluación, decisión ---

En realidad la voluntad no examina nada. Sufre el shock o se mantiene fría. En el último caso sale adelante: capaz, sí, de examinar los hechos ---

Michel Leiris, África fantasmal. Veamos …

Música a medianoche y poco consuelo. Bob Marley.

Un loco de los libros, un ser vacío.

Buena parte de lo que sostenemos, excusas y cobardes dejaciones. Las ideologías vinieron a facilitar la tarea. Así, todos podrán vivir en libertad sin ser ninguno libre.

El hombre joven huye de la asfixia del gran estilo. La vejez convence de que ni es posible ni merece la pena. Gran estilo: imposible necesario. La única experiencia al respecto, claro, proviene del canon crítico-evaluativo personal.

La historia, descripción filosófica primera. Un conocimiento que debería impedir las repeticiones. Tecnológicamente no presenta utilidad. De hecho, la tecnología coexiste con la mayor superstición. Incluso ha menester de ella. Los seres humanos no aman la libertad.

¿Por dónde iniciar la historia sagrada? Por lo último, por las páginas de sucesos de un diario provinciano. Se pregunta por qué y se tira del hilo; así hasta el final, intentando evitar la regresión indefinida.

Las narraciones de la historia sagrada precisan de una filosofía ad hoc. La teología como racionalización y servicio de venta… En particular, dado el salvajismo de algunos relatos, su inhumanidad absurda y absoluta.

Así que: o la religión se ciñe a sus mitos, o revela su falsedad (sea como crítica racionalista o como apología racionalista, alegórica).

A causa de esta debilidad, no se antoja extraño que el comercio sustituya a la fe. Aunque tenga que servirse de ella para indicar a sus barones señalados (por la g. contable del dios).

El vacío de la existencia no lo rellena la fe: ésta se ofrece como genérica, aquél es individual.

One love. Bob Marley.

(Esprit) La letra ajena: veneno y remedio. Nos despoja del tierno romanticismo raíz de los males. Momentáneamente. En cuanto se vuelve a las intenciones, la obra sólida se disuelve en arena, en aire. Se recupera el romanticismo en su faz siniestra, como pesadez.

Perdidos: Crusoe, o Kurtz, pasados por la indeterminación jamesiana (Henry). Una trampa detrás de otra; un silogismo abierto: al que se la van añadiendo las premisas. Que caigamos también, encantamiento temporal, no impide la conclusión final: la inanidad de todas estas historias de fantasmas.

El h1n1 da miedo. ¿La clase política no?

Un tedio especial: el de las atracciones, el de andar despacio… La vida quiere nervio.

Hipérbola ¿?:

La ministra, después de lo del dios y el árbol solitario, ha prohibido que nos besemos.

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