Suave como el visón. Cary Grant y Doris Day. Graciosa, pero es difícil comprender tanta ñoñería cuando la humanidad lleva utilizando la reproducción sexual desde siempre. Claro que el control -en el film- está muchas veces a punto de la catástrofe. Pero de verdad que es difícil conciliar el epos bélico con tanta pazguatería.
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