A
causa de que el mundo está al borde del abismo volvemos a los romanos (siglo II), a la misecelánea a manera de diario o Diario de ideas, como
un agua intelectual rebajada. Y también agarramos los capítulos
prescindibles de Rayuela de Cortázar. Epígonos de epígonos. Consecuentes
con la decadencia, residentes en triclinios imaginarios.
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