Frustrado e irritado subimos a casa, donde la tele seguía encendida y Rajoy repetía su frase abriendo sus fauces una y otra vez, y sentí miedo, pensé que iba a enloquecer y que para evitarlo no me quedaba más remedio que echarme a las calles gritando a pleno pulmón la frase ¡Me es igual lo que piense quien lo piense! entre los semáforos rojos y los contenedores de basura mojados por la lluvia, y esto hice hasta alcanzar el pretil del puente de Calatrava llamado el de La Peineta...
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
2 de diciembre de 2014
Anticartesiana presidencial
Ignacio Carrión, en su página:
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