Los tratamientos eran tan espantosos que muchos preferían sufrir en silencio su enfermedad. Sin antibióticos, los afectados de sífilis tenían que someterse a un tratamiento diario a base de inyecciones de arsénico, de mercurio o ambos durante 50 días. La lucha contra la gonorrea era aún más radical: durante seis semanas, los infectados recibían una irrigación por la uretra de permanganato potásico dos veces cada día. ( El País)***
(Foto encontrada: D. Pérez)
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