En
tres o cuatro ( ejem, ocho) páginas de nota al pie ( sic) P. Pron va poniendo los nombres, y los modi operandi, de aquellos que levantaron la mano contra sí mismos. Una enumeración agotadora. Por alguna razón me fijo en el nombre de Vere Gordon Childe. Algo ni me cuadra, como una discordancia entre el gesto y el oficio.
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