6 de enero de 2013

Paseo, aventura

Casi dos horas y media. Más allá del Cerro Limaria, bordeándolo, intentando ver la cara fácil, que parece no existir. Cruzo más allá de la rambla, para estudiar la otra vertiente, la manera de subir. Los ingleses de la casa, sin duda se han dado cuenta de mi presencia, me parece que han logrado ya el punto etílico.

No pensar es ser: en lo trascendente y en lo cotidiano. En el cuerpo y en el alma. Creo que nunca he escrito pocas veces en este diario la palabra "zen", aunque sí muchas veces la palabra "mínimo".

Mi amigo L., de B. me presta el Diario (1945-1972, creo recordar, no estoy seguro : ¿1945-1969?; en efecto, 1945-1969, ed. Kairós) de Mircea Eliade.

Un Diario no deja de ser un periódico privado, sin mucho orden, pero en lo que entra todo, las mismas secciones que en un periódico normal, con el añadido de la parte personal (la explícita y la que se trasluzca). Lo cual no deja de representar un compromiso para el que escribe, si no una inversión ruinosa.

1er. Libro del año: Almería, almas de barrio. De E. del Pino Vicente. Me gustó mucho el que publicó anteriormente este hombre, que escribe en La voz de A., y al que no conozco de nada. Me pareció que era sincero, lo que es muy elogiable entre tantos escritores zaristas. Aparte, me gustan muchísimo las fotografías en blanco y negro, cuando aparecen en los libros. Cuando yo leía los textos de Sebald las malas, confusas, etc. fotografías que acompañaban a lo escrito me parecían igual de fundamentales que la letra.

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