Se termina el curso dichoso, me matriculo en otro de más duración: vocación de sufriente.
Luego pierdo el tiempo en pesquisas necias, fruto de venerables inseguridades sin mayor sentido.
Se debe leer.
Blogger me avisa de que las leyes europeas, Dios las bendiga, me obligan a que avise a mis improbables visitantes y/o lectores de que mi blog usa cookies, pero a mí su aviso, incompetencia mía, seguro, no se me pone en la cabecera
Se termina el curso dichoso, me matriculo en otro de más duración: vocación de sufriente.
Luego pierdo el tiempo en pesquisas necias, fruto de venerables inseguridades sin mayor sentido.
Se debe leer.
AE cita a Burke, en EM:
"Los modales son lo que nos irrita o nos calma, nos corrompe o nos purifica, nos exalta o nos envilece, nos embrutece o nos perfecciona", escribió Burke. A través de los modales las leyes se crean o se destruyen, se respetan o se corrompen».
(Sobre una columna nada salomónica en EP) Burlarse de la creencia y el rito está bien, pero desde su interior. Desde fuera no parece deportivo.
Aparte, o abundando en lo mismo y continuando el humor en la lógica de los asuntos de la fe, el absurdo vacuna contra la credulidad: admitido ese único -o a lo más dos o tres semejantes- disparate, el cupo está cubierto, y quitando ese pequeño defecto de partida no se hallará talento más hipercrítico que el del creyente.
La imaginación es la familia pobre del inmueble. Es en el piso de lo real donde habita un infinito.
Fabuloso el archivo sonoro musical de rne. Una mina de nostalgia para ochenteros (y aun setenteros) convalecientes. Aviador DRO, Los Secretos (en Discópolis)...
50 años del harakiri.
...sin recurrir en absoluto a nada sensible, antes bien, usando
solamente de las ideas tomadas en sí mismas, pasando de una a otra y
terminando en las ideas. (Platón, República, VI; sobre la dialéctica)
...de la ley a la ley a través de la ley. (Torcuato Fernández-Miranda, presidente de las Cortes una vez muerto el dictador)
La masa no excluye la delación. Au contraire, es una forma de aligerarla, de abrir espacio.
Realmente parece sencillo: si eres soldado de una guerra de destrucción total, la salida lógica es la victoria o el patíbulo. De ningún modo es pertinente la obediencia debida como senda defensiva. La guerra sigue, solo que ya no tienes armas para destruir. Si era legítima la destrucción, también lo es ahora la tuya. Aceptaste la negación de las leyes que aminoran los desastres de la guerra... ¿Entonces? Tanto J. G. como A. E. lo sabían. (Al hilo del libro de H. A.)
Un libro realmente terrible, solo en apariencia de historia local: J. Cuadros, Sombras del 36: Guerra y represión en P. de C. De algo así un país no sale. La memoria no puede curarlo, el olvido es imposible.
Un cronista con perspectivas de sociobiólogo se lo debe pasar bien. Un historiador a toro pasado, quiero decir. Todos lo son. Quiero decir observar desde otro tiempo que el tuyo, olímpico. El punto de vista amoral del entomólogo, nudo espectador: he ahí. Juzgar desde dentro no tiene gracia, tú eres parte de lo juzgado.
El presente nos condena a la moral. A las ficciones sine qua non. No a todos, los hay ya exentos, aunque estén copresentes, pero sin convivir.
Murió J. Martínez de Ilegales. ¿Algo o mucho de los 80 se va? En realidad, no... Somos nosotros. Melancolía de las tardes de otoño tardío.
Contra la correlación supuesta entre epistemología y ontología: el interés de parte determina si es más urgente el ser y estar que el saber y la demostración o a la inversa. Justamente en la demostración cabe el engaño; en lo real, nunca
El capítulo que le dedica Enzensberger al soldado Slovik, único ejecutado por deserción en el ejército norteamericano durante la IIGM, es magistral y apabullante. El ellos como nombre del destino para un pobre diablo con cuyo castigo se pretende dar ejemplo. ¿Existe mejor manera de entender el título del libro? Política y delito. (Un osado dirá Política o delito.)
No solo hay banalidad del mal, sino banalización del daño. Deberíamos preguntarnos qué tipo de mecanismos están vigentes a nivel global como para haber anulado nuestra capacidad de pensar y no reconocer el mal moral cuando lo vemos. ¿Por qué se produce esta banalización? ¿Cómo se ha neutralizado la capacidad moral de juzgar? ¿Cómo es posible que esto suceda bajo el paraguas de una democracia parlamentaria? ¿Qué les pasa a nuestras democracias para fomentar esta incapacidad reflexiva? ¿Gaza es un mal menor en la geopolítica mundial? (A. C. - C., en EP, agosto de este año)
Entre Arendt y Enzensberger, por decir algo. Comparo las contraportadas de la edición de 1968, en Seix-Barral, y la de 1987, en Anagrama, de Política y delito de H. M. E. Al margen de las cuestiones con la censura (omisiones o recortes, me parece recordar; creo que no resueltas en la reimpresión), es mucho más arriesgado el paratexto del 68: "...estos modernos leviatanes en los que vivimos".
AE en EM:
Detrás del coche autónomo, como detrás de la histeria rural ante las pantallas, está el temor capellanesco de ser gobernados por máquinas. Pero en la decisión de la política de obstaculizar y prohibir hay algo añadido. Innovar requiere concentración, estudio, trabajo. Y la autonomía política de la pereza es innegociable.
Circulan los libros por medio de las casas y a través de las calles y épocas, o quizás sea a la inversa y yo no tengo manera de saberlo... (El comercio y las luces deben seguir, así nacen los caminos que juntan pueblos y generaciones.)
Escribimos en los márgenes como quien lanza una botella al mar, desconfiando de los hombres, y leyendo con la esperanza del tiempo. No se es nadie, fuera de los márgenes de esta revista que se llenan con trazos nerviosos.