Montalbano. El comisario se retira a descansar y poner en orden las ideas, por unos días. En el restaurante al borde del mar conoce a un profesor de filosofía jubilado que sabe que la filosofía - Kant, Hegel- ya no interesa a los jóvenes. No puede decirles nada, en tanto historia de las ideas pretéritas. Quizás sí en cuanto manual de instrucciones de uso ( cómo y por qué no estrellarse con un auto un sábado por la noche, desarrollado el asunto con argumentos racionales). El profesor, además, cita a Benedetto Croce, sin poder evitar la tentación de recaer en esa filosofía escolar de la que ya está jubilado. A Montalbano le resulta interesante, sin embargo; lo que le parece al profesor motivo suficiente para dejar la conversación e irse.
Moraleja ad usum meum: cuando creas que lo que sostienes posee algo de atractivo, déjalo, porque posiblemente estés sosteniendo una falsedad.
Algunos no deberían ir a Italia, porque no querrían regresar. Y de la Magna Grecia, menos.
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