15 de junio de 2007

Prudencia

Sabiamente no se puede preferir la injusticia al desorden -se dice para sí el que no es reaccionario. Sin que sepa explicar la razón---

Le intranquiliza que la denegación del conservadurismo pesimista consista en un prejuicio; la creencia de signo optimista en las personas, en una religión---

Todo porque él no soporta, más -mejor dicho: menos- que nada, el ruido: el desorden sonoro del mundo---

Ni las formas prestigiosas: la charlatanería y el chisme grosero--- la sustancia más común de la vida en sociedad.

¿A quién tiene él que decirle estas cosas? Confesándose a otro estaría contradiciéndose: de la forma más vergonzosa, pues al mostrarse débil no está a la altura de la vida---

No hay comentarios: