Sabiamente no se puede preferir la injusticia al desorden -se dice para sí el que no es reaccionario. Sin que sepa explicar la razón---
Le intranquiliza que la denegación del conservadurismo pesimista consista en un prejuicio; la creencia de signo optimista en las personas, en una religión---
Todo porque él no soporta, más -mejor dicho: menos- que nada, el ruido: el desorden sonoro del mundo---
Ni las formas prestigiosas: la charlatanería y el chisme grosero--- la sustancia más común de la vida en sociedad.
¿A quién tiene él que decirle estas cosas? Confesándose a otro estaría contradiciéndose: de la forma más vergonzosa, pues al mostrarse débil no está a la altura de la vida---
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