28 de febrero de 2010

23:45 PM

Ortega + Final olímpica de Hockey hielo (Canadá-EE UU) + confusión mental.

Ps. A veces el tono de Ortega, de perdonavidas de todo el universo, de más listo que nadie, resulta enteramente insufrible.

Buenas acciones medioambientales y psíquicas

a) Ordenar los libros. Representa un engaño consolador.
b) Leer a John Rawls sobre John Locke. Leer a Ortega sobre lo que a él se le ocurra.
c) Arrojar, de manera inmediata, al contenedor del papel reciclable el magazine dominical. Durante demasiado tiempo nuestro pobre espíritu se vio inficionado por esas lecturas absurdas.

La cadena de la ilusión

(De los humildes comentaristas)

Juan Nadie lee a John Rawls, que lee a John Locke.

***

Personalmente:

No sé describir esas pequeñas grietas, marcas, arrugas, cortes, etc. que se van marcando en la superficie de los objetos de uso. Yo creo que ahí está la diferencia.

Proyectos de futuro

Voy a ser bueno: voy a coger mi Ortega sobre Leibniz (que a Leibniz no llega), voy a bajar a la calle a que me dé el aire y me voy a meter en una cafetería a que me deje de dar y a pasar algunas páginas. Luego, a llegarme hasta la gasolinera a comprar El país, que hoy trae un dvd con El gatopardo viscontiano. Seré bueno por completo si dejo de pensar y me siento ciudadano de esta maravilla territorial.

Como regalo visual a mis amigos y conocidos, dedico este cuadro de E. H., que a mí me gusta tanto:

Ps. Cualquier día comprenderé el mecanismo de la colocación correcta de los signos de puntuación. Ahora los pongo según mi intuición momentánea de lo que sería cansarme (físicamente) si yo tuviera que leer las frases que escribo. Aclaración no pedida. Gracias.

Conceptos del yo proyectado y del paisaje

Javier Blasco sobre la interpretación unamuniana de un libro de Cervantes.

Esta ocurrencia de Unamuno:

Muchas de estas ocurrencias de mi espíritu que te confío ni yo sé lo que quieren decir... Hay alguien dentro de mí que me las dicta, que me las dice. Le obedezco y no me adentro a verle la cara ni a preguntarle por su nombre. Sólo sé que si le viese la cara y si me dijese su nombre me moriría yo para que viviese él.

***

J. E. Cirlot sobre el paisaje.

27 de febrero de 2010

Tormenta perfecta predicha

Hay jornadas en que la angustia sobrevuela libremente, desplegando sus alas negras en rápidas espirales. Este foehn dulzón y terroso que entra por los ojos y la boca debe ser como la imagen material de la marcha celeste del ángel de la preocupación y el miedo que me atenaza a mí. Ego fingo, ego sum.

Durante un tiempo



No mucho antes, realmente, de que dejara de ver películas a causa de mi incapacidad para entender los argumentos y las situaciones, no podía resistirme a mirar una y otra vez las hipnóticas imágenes iniciales de Europa de Lars von Trier. Por eso mismo, por hipnóticas. Contienen una numeración y una sentencia de muerte. La cuenta atrás del tiempo. (No lo he encontrado en doblaje castellano.)

Minima moralia

Existe un pecado que ciertos seres no se pueden permitir de ningún modo. Es éste el de una voluntad débil. Consintiendo (en) su caída anímica no hacen más que añadir un plus a su desgracia. Pero ellos saben que no deben desgarrarse sino hablar.

Si una tarde de febrero un paseante

Ha salido a la calle para darle curso a su tedio y va pensando quizás en surtidores rientes situados en plazas que nunca ha visto. Puede ver, vagabundo por las calles estrechas, el bullicio de las gentes que han querido multiplicarse en las aceras, acompañando con su color diverso la mejora del tiempo: el jolgorio de los niños y las madres jóvenes, el paso seguro de hombres entrados en años y otros que no, que han terminado su jornal y ocupan con orgullo el ancho entero de la calle principal. Ojalá pudiese yo... tener un orgullo así, alimentar en mí el sagrado bienestar que viene del cansancio y la labor. No está en su consulta y no puedo cumplir el encargo. En la papelería el dueño y el empleado apenas levantan la cabeza cuando entro, ocupados en sus negocios. A la calle! El encierro en la casa o en las tiendas no lo queremos ahora, esta tarde febrero, de sol por fin. Los bares son otra cosa. Hay hombres extraños que leen o escriben en las barras, hombres pensativos o pesarosos, ajenos a las conversaciones parroquianas, aparentemente. Dos clientes mayores ya, a su izquierda. Dos mujeres, jóvenes, un poco más allá, y una niña entre ellas dos, manejándose con su bendita torpeza. Una canción de X en el canal musical. Mais il est mort, n´est- ce pas? Otra canción...

Dos paisajes

Lucía serenísima la tarde. Por todas partes se tendía fastuosa la campiña. Allá abajo alzábase la fábrica de harinas, blanca, con su arboleda y sus penachos de humo, cerca de la roja y pintoresca edificación de la fábrica de luz. A la izquierda, curso abajo del Almira, las huertas, las verdes alamedas, los molinos, las presas rumorosas con sus saltos de aguas y de espumas, las riberas de carrizos en que sonaba inmenso por las noches el estruendo de las ranas. El río torcíase luego entre angosturas de las sierras que cerraban por aquella parte el horizonte con sus valles de encinas y alcornoques, con sus faldas de olivares, con sus jarales agrestes y sus plomizos canchos en las crestas.

Campos de riqueza y de trabajo. Campos de caza y de constante animación. Por el camino, bordeado de madreselvas silvestres y zarzales se encontraban carros, arrieros, ricos señoritos a caballo rodeados de galgos y que llevaban al arzón las escopetas. (F. Trigo, El médico rural, Cap. I, Segunda parte)

Este paisaje tiene dueño. La feracidad del escenario, adivinada aunque sea un paisaje escrito lo que tenemos delante de los ojos, no debe ocultarnos el hecho de su propiedad legal. No estoy seguro de que este otro, de Unamuno,

“En esto de la pobreza de nuestro hidalgo estriba lo más de su vida, como de la pobreza de su pueblo brota el manantial de sus vicios y a la par de sus virtudes. La tierra que alimentaba a don Quijote es una tierra pobre, tan desollada por seculares chaparrones, que por dondequiera afloran a ras de ella sus entrañas berroqueñas. Basta ver cómo van por los inviernos sus ríos apretados a largos trechos entre tajos, hoces y congostos y llevándose al mar en sus aguas fangosas el rico mantillo que habría de dar a la tierra su verdura. Y esta pobreza del suelo hizo a sus moradores andariegos…” (Vida de don Quijote y Sancho; citado por Javier Blasco)

no tenga dueño también, a pesar de su pobreza y misticismo. Tampoco es que yo me fíe demasiado de las almas ahí nacidas ni de lo que excogitan. El mío, del que no doy imagen porque lo llevo dentro, se corresponde con un semidesierto humanizado. Para eso queríamos el agua del E., de cualquier río. Pero a esta posibilidad de agradecimiento y ligazón entre españoles se le dio de lado en el infausto, terrible, año 2004. Se le podría haber puesto coto a la utilización especulativa y espuria del agua trasvasada. Se prefirió romper el corazón. Mi paisaje sentimental, en suma, es el del desierto y en el centro un vergel. Yo sí creo que se pueden juntar las dos cosas, que la superación de los límites nos hace mejores, que la del río representa una metáfora potentísima. Si se nos da, si se nos niega, la vida.

Felipe Trigo, El médico rural, más

¡Sí... sí..., el jesuita, el cura, el «hombre de oficio» resurgía!... No intentaba más que ganarse la apariencia de un triunfo ante las gentes..., ante el P. Sartos también que sabíale mejor que nadie en su tarea de catequismo, y que habría quizá que sonreír, con gozo profesional de compañero, al advertir que sólo Esteban dejara de confesarse entre todo el vecindario de Palomas. Tres días atrás, habíase confesado hasta el señor Vicente..., no sin que aquel acto de social obligación sirviérale después de burla y de chacota. La única abstención de Esteban, siendo quien era, y luego de habérsele visto en su comunidad campestre con el Padre, iría, en efecto, a llamar grandemente la atención.

La idea de aquella traición a su conciencia, fuese cual fuese la del P. Galcerán, le repugnaba. Sin embargo, apesarado por la debilidad que habíale comprometido, que habíale hecho acceder al fin con el silencio, y recordando por detrás del jesuita al afable camarada de bondades innegables que habíasele revelado en los paseos, se decidió a complacerle. Claro está que hubiese sido forzar su condescendencia hipócrita hasta el colmo el ponerse a hacer preparación espiritual alguna para semejante confesión, y no la hizo.
(...)
En el adiós al P. Sartos y al P. Galcerán, en las afueras de Palomas, aquél le sonrió, como siempre, con su autoritaria suficiencia..., y éste... ¡ah, la sonrisa de éste!... ¿Qué tuvo, qué volvió a tener la sonrisa de éste, como cuando allá en los trigos confesábale que sería hegeliano si no fuese cristiano; como cuando en las bellas tardes de inmensa confidencia hablaban de Zola y de Tolstoi..., qué tuvo, qué volvió a tener de humana, de humilde, de bondadosamente confidente?

¡Oh, aquella sonrisa no la olvidaría jamás Esteban!

¡Fue la luz de su inmensa gratitud y su perdón..., fue, y más refulgente que nunca en su miseria, la del amigo, la del hombre también bueno e incrédulo, en el P. Galcerán, que al verse llegar a otro hombre bueno en consulta, habríale manifestado la verdad con el hecho de aquella confesión sacrílega; es decir, de la única y más eficaz manera que podía hacerlo quien tenía un duro oficio, ingrato y ya imposible de cambiar, como Esteban el de médico! (Cap. XI de la Primera parte)

Me gusta el tono martirizado de esta estampa de descreencia fáctica y necesidad de la fe. Unamuno y Baroja en la misma entrega. O de cuando la razón se ha positivizado y no es capaz todavía de calentar los corazones. Ya renunciará después a lograrlo, pero de momento aún siente el anhelo o la falta de la fe. Como Felipe Trigo, tan distinto, dicen, de ellos, pertenece a su mismo tiempo, habrá que pensar en una neurastenia (imdividual) que corresponde a una sociastenia (colectiva, española). Ahora, 2010, ya no, ahora ya estamos perdidos. Para estas cuestiones y para otras.

El día

Ansiedad y dispersión mental. El tiempo. La incapacidad de concentrarme. El miedo.

Dos recomendaciones hechas: Thomas Bernhard y W. G. Sebald.

Felipe Trigo, El médico rural

... hablaron de otras dudas, y entre ellas expuso el joven su temor de que la fe y la razón fuesen filosóficamente inconciliables. Decíalo, porque al leer la filosofía fundamental, de Balmes, y por cierto con el ansia de quien iría a encontrar la religión bien razonada, vio sorprendidísimo cómo en sus primeras páginas, al tropezarse el autor con una previa cuestión inevitable, la de certeza, la de la posibilidad de la certeza racional, pasábale por alto con sólo una disculpa: «Discutir o no admitir desde luego el concepto de certeza, equivaldría a encontrar en el dintel mismo del alcázar de la Filosofía sentada a la Locura» -Esto, según Esteban, era quitarles a todas las sucesivas filosóficas afirmaciones su valor; mas esto, también, según el P. Galcerán, ya que en realidad el concepto de certeza resultaba racionalmente irresoluble, puesto que equivalía a contrastar la veracidad de la razón con la razón misma (lo cual fuese tan absurdo como si un tendero pretendiese con su balanza misma comprobar la bondad de su balanza), significaba la miseria de la razón y la necesidad de recurrir a la fe divina como única fuente de evidencia y de verdad-. Pero, en caso tal, ¿pensaba bien Esteban?, ¿era insensato aplicar la razón a los problemas religiosos?, ¿para qué Dios nos dotó de la razón?, ¿por qué Balmes y los filósofos cristianos obstinábanse en escribir filosofía, dirigiéndose a la humana inteligencia, siendo así que fuese más sencillo hablar del sentimiento y dirigirse al corazón?... Inútilmente el misionero afinaba su dialéctica; siempre Esteban le ponía nuevos reparos...
(...)
... la bizarra cuestión de la certeza había despertado en el P. Galcerán el gusto de seguir conversando de otros filosóficos problemas, curiosos, aunque enteramente ajenos, en verdad, a la tribulación del catecúmeno: de las categorías de Leibnitz..., de las antinomias de Hegel..., de los positivismos de Bacon y de Spencer..., de las condiciones determinadas de Bernard... Un poco informado Esteban de ellos, la charla hubo de animarse gallarda y desinteresadamente entre los dos, como entre amigos, como entre dos espíritus juvenilmente generosos que admiraban lo admirable allí donde al azar lo iban descubriendo. Los entusiasmos del Padre eran para Hegel, de un modo principal.

-¡Oh, si yo no fuese cristiano -llegó a decir- sería hegeliano!

Así continuaron hablando el resto de la tarde, y las dos siguientes. Por sus afinidades ideológicas, desde la filosofía pasaban con frecuencia al derecho, a la sociología y a la literatura. Ferri, Lombroso, Garófalo, Tolstoi, y Zola, merecíanle bravos comentarios al P. Galcerán. La claridad dialéctica que Esteban le había echado de menos al tratar de sus dudas religiosas, brotaba ahora en las disquisiciones del Padre llena de esplendor. El joven, remitiéndose a la esperanza de los textos ofrecidos, veía que en el redentor de almas buscado ansiosamente no había hallado, por lo pronto, más que al inteligente camarada que también en vano buscó en el triste pueblecillo tiempo atrás. (Cap. XI de la Primera parte)


Considerando que estas conversaciones transcurren en un triste poblachón incomunicado, Palomas, por el cual el espíritu no se deja caer más que en la figura de dos padres jesuitas, deberá el avisado lector pensar en cuánto es lo que se ha avanzado desde entonces intelectualmente. Hasta los cátedros reniegan de estos temas, pues no es lo que nos demanda la sociedad.

26 de febrero de 2010

Tiempo después

Ha largado uno al mundo, cualquiera de estas tardes, pasadas o venideras (si ha de llegar según Su voluntad), una proposición más o menos simple relativa a su pathos. Vienen luego más tardes, idénticas o iguales, acentuadas por soles sucesivos que calientan y se olvidan, creyendo falsamente nosotros que el tiempo es un acompañante benévolo de nuestro tráfico diario, se van esas tardes lo mismo que vienen, y llega un día que tomamos entre nuestras manos trémulas el álbum de fotos/el diario en el aparador (acerca de los dos preferimos que no se miren en nuestra presencia). Nos quedamos pensativos, mirando a nada, a solas con nuestro demonio. Interrogantes. Es que se nos ha olvidado hasta el sufrimiento de aquél día quizás no tan remoto, seguimos aquí. Pero no nos consuela, porque si tenemos la paciencia (la desvergüenza también) de proseguir esta lectura veremos nuestra constancia y no nos gustará nada. Que el sol de las tardes, siempre igual, no calienta en nuestra conciencia ni aporta luz a nuestra carne traspasada de sombra y de frío.

Afección

La piedad viene por dos caminos: uno es el del río de la lágrimas, el otro es el de la opresión que marcha garganta arriba y muere en un silencio solitario. No se ha movido nada, nadie lo advertiría. Más conveniente el primero que el segundo, capaz de arrancarte de los hombres.

Más conveniente el primero, que quizás acaba en el desahogo, que el segundo, que se pretende deshacer en la escritura y no se borra nada. Vive la sombra con nosotros, agarrándose con fiereza a nuestra morada.

(Pensamos, lo hemos dicho, que el día que no salga escribir con violencia, no escribiremos. Nombrar la compasión solitaria que nos anega el corazón no es precisamente una de las formas más suaves de malestar. Este grado de desgracia, como se diría, pocos giros de tuerca admite. Lo otro es el cuerpo, el silenciador del lenguaje. Otra cosa. La compasión pertenece al funcionamiento desencajado de la mente.)

Rigidez

La conversión de la palabra en símbolo, y la de este último en alegoría. De esta manera se acaba necesitando una pasada por la teoría pictórica de las proposiciones. Incapaces de hablar, de andar entre el mundo. Si no es en reductos protegidos por las cercas y la piedad.

Excentrado

Encuentro en el Diccionario de Símbolos de Cirlot esta bella narración ("El rey Huangti tuvo un sueño... ") sobre el país de la coincidentia oppositorum. De antes o después de la existencia.

No le ha sucedido el imposible traslado desde el centro. Más bien el imposible habitar un reino olvidado.

Confianza social

... Lo que se pierde cuando uno mismo acepta que los demás piensen que se conduce injustamente a sabiendas...

25 de febrero de 2010

a) y b)

a) Me voy dispersando en explicaciones, y no tengo edad para perder. El tiempo, que es otra cosa diferente, le pertenece a los relojes de muñeca. Sostiene Salinas. A los hábitos de (la) arena, digo yo.

b) Solamente lo puedo poner en manera de pregunta: ¿por qué no se entrega a la frase lo único que valdría la pena escribir? Que no pertenece al pensamiento, ni al lenguaje siquiera. Mucho menos es una historia. Pero esto que no sé concretar yo me parece que es seguramente la experiencia más común: en un instante, propiciado por algo de cansancio o sueño acumulados, ha vuelto lo que se sintió en el instante, en otro. Atrápalo, si puedes. Sin embargo nunca puedes. Pero que nadie niegue la propiedad común de estos momentos felices recuperados fugazmente.

***

Count Basie, magnífico: vid. Radio 3, Jazz porque sí.

Me viene rondando esta mañana la cabeza

Pero no se allegaba a ella:

Rosa, oh contradicción pura, alegría/ de no ser sueño de nadie bajo tantos/ párpados.

El epitafio rilkeano, la burla que le hace la belleza a la flecha que pretende alcanzarla. Absurda delicia: objetividad.

Lo que vale del sueño, vale mucho más de la muerte. La rosa queda en su ciclo, la memoria no.

A petición popular



Strange fruit.

Buen humor

Pasarán los años, y no quedará ni el recuerdo del color de la ceniza de lo que fuimos.

Dureza de un saber

El paisaje vive más que las personas. Si no lo entiendes por el lado del paisaje, sino por el de la persona.

Estrés

Será el calor...

Hormigueo o angustia: la edad...

... y el dolor de cabeza...

24 de febrero de 2010

Mala inversión

La de escribir con rabia, la de no controlar las frases.

Con violencia, antes que con rabia. La ira no me va.

Pero yo no soy poeta para depurar sentires. Los arrojo sin distinguirlos de mí. Los finjo.

Constancia

Llevo toda la vida escribiendo lo mismo. Estaba ya determinado, desde antes de empezar a escribir. Tenía yo que prestar la voz, obligado. Eso lo sé, hasta hoy lo sé. Quiero decir que incluso hoy lo sé.

(No se me olvida Pedro Salinas. Está aquí a mi lado.)

***

Constancia también en la torpeza.

El diarista es un miserable

Ninguna entrada de diario vale un ochavo si no hay detrás hastío, vergüenza, dolor, sufrimientos. Provocados o padecidos.

El mundo no es más que una fachada hueca y tú vas y te enorgulleces de estar ahí para escribirlo. Hoy y mañana, mientras el cuerpo aguante.

Nos lo merecemos, de verdad

Informa El país:

El más pobre del Consell. El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, cuyo sueldo anual asciende a 79.546 euros, asegura en la declaración de bienes y actividades publicada ayer por las Cortes autonómicas que es propietario junto a su esposa de un piso en Valencia con un valor catastral de 110.339 euros, que dispone de una cuenta bancaria propia con 905 euros de saldo y tiene un coche con una antigüedad de 15 años. También declara una cuenta corriente con su esposa con 2.779 euros y un plan de pensiones de 8.309 euros. Los miembros de su Gobierno, que cobran anualmente 67.764 euros, son mucho más ricos.

Voluntad de claridad

Sé un hombre. No fastidies.

Se acaba

Se acaba comprendiendo que las explicaciones son innecesarias o insuficientes. Nos fastidian o somos nosotros los fastidiosos. Ni unos ni otros hemos sido lo bastante consecuentes como para llevar a término una moral pessoana.

Sé prudente

No se debe forzar demasiado la interpretación de las frases ni la de los actos. La vida es demasiado corta y bella para castigarte por esto o por lo otro. Tu única desgracia verdadera es la propensión a relacionarte, y depender de esa manera del crédito que te dan otros. No busques ningún crédito, utiliza tu capital.

Sobre todo: no pierdas los papeles.

(Gran beneficio del apóstrofe. Evitar la confesión, que te enreden en tu discurso. Hablas demasiado.)

***

Dudo. ¿Cómo voy a saber si soy o si no soy?

***

No te dejes llevar ni por la ira ni por los reproches.

... Y sigue dando vueltas

... Sigue sin ir el blogger

... Es que el blogger no me va

Voici: http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Camps/pobre/Consell/elpepiespval/20100224elpval_6/Tes

Nos merecemos los políticos que tenemos, quise poner

Nos lo merecemos

23 de febrero de 2010

... et plus, Alain Bashung maintenant



Ici, à la vallée philo et francophone---

Aragon selon Brassens

Cerrar podrá mis ojos...

Mientras haya ...
Memoria que le convenza
a esta tarde que se muere
de que nunca estará muerta.
(P. Salinas, "Confianza")

"No ha de quedar aquella tarde trunca. / Para el atento erige su palacio." (J. Guillén, Cántico)
"Refulja siempre el haz de aquel verano. / Hubo un testigo del azul sin mancha." (Ibíd.)
 
Cito según el prólogo de J. González Muelas a P. Salinas, La voz a ti debida. Razón de amor, Castalia)

Eticidad

De Felipe Trigo, El médico rural, cap. IX, Parte I:

A sus libros, a su aplicación, a su tenaz constancia en el trabajo, al rígido concepto de su dignidad y sus deberes, debíanle la existencia muchos niños y muchos atados por la fiebre, y, sin embargo, habían vuelto a cruzar las calles diez o doce entierros.

Este calvinismo o jansenismo de la existencia y sus obligaciones no lo comprenden los felices ciudadanos españoles.

Cervantes, Kafka

Escribe Franz Kafka (este como dios amargado):

La verdad sobre Sancho Panza

Sancho Panza, que por lo demás nunca se jactó de ello, logró, con el correr de los años, mediante la composición de una cantidad de novelas de caballería y de bandoleros, en horas del atardecer y de la noche, apartar a tal punto de sí a su demonio, al que luego dio el nombre de don Quijote, que éste se lanzó irrefrenablemente a las más locas aventuras, las cuales empero, por falta de un objeto predeterminado, y que precisamente hubiese debido ser Sancho Panza, no hicieron daño a nadie. Sancho Panza, hombre libre, siguió impasible, quizás en razón de un cierto sentido de la responsabilidad, a don Quijote en sus andanzas, alcanzando con ello un grande y útil esparcimiento hasta su fin.

Lo esencial: "... nunca se jactó de ello".

Quijotismos

El maestro debe aprender: Unamuno, Kafka, Ortega, Azorín, Nabokov, ...

Nótulas tomadas

El laberinto revela la pérdida del sentido sagrado. No es la persona quien no encuentra la salida; ha habido un desplazamiento en los significantes, un tropo. Es el dios el que se ha retirado.

Y fundamentalmente muestra el olvido de la danza sagrada, en torno a un centro; al que nos aproximamos con deseo, del que nos alejamos con temor.

22 de febrero de 2010

Descree de la letra, del laberinto.

(Al hilo de algo leído)

Desconfía. Que te dé que pensar la condición axial de la lectura, entre la melancolía y la locura quijotescas. (La vecindad de esta última con la razón, una vez que su autotransparencia la ha conducido al escepticismo y la noluntad.)

Confissao, II

Este aristotélico con poco universalismo en su conciencia, y un mucho de prudente valorar el color de las cosas, por ver qué ciencias surgen de esa variedad, que habla de la guerra justa (contra estados e individuos)... es ganado a veces por el poder menor de las canciones.

Confissao

Yo no escribo, yo soy escrito. Zarandeado por los vientos.

Where?

La folie, a medio plazo

Pierde quien no tiene vocación, quien tiene la inclinación a la dependencia. Á-crata en las ideas, heteró-nomo en la vida.

Rien va plus

La vida como la muerte transcurren por los pronombres. Variación saliniana. Hundimiento. Abismo. Locura. No poder dejar de escribirlo.

Nos escriben

. 
Sí, la ética de la derrota, de la autenticidad, coincide con la estética. La crudeza y simplicidad metafísicas y antropológicas son valores estéticos. Los más altos y deseados. Otras funciones tiene el arte, y la palabra y pensamiento en general, en las que ni lo ético ni lo estético tienen un papel destacado. Avanzando un pasito; ¿no debiera ser la verdad pura y desnuda, en viva carne, el valor epistemológico supremo?

Cum-scientia

Se causa un daño y es uno mismo quien ha plantado el árbol de la muerte. Heredamos el pecado, circula por la sangre.

Lector in fictio

Mainer (La edad de plata), Salinas (La voz... ), E. Lizcano (Metáforas que nos piensan).

Posts

Hay entradas de blogs que no hacemos: señalan conflicto, desánimo, hundimiento, complejidad. No arraigarían en el monólogo (tales asuntos) sino en la comunicación.

21 de febrero de 2010

La sentencia de Anaximandro

Donde tuvo lo que es su origen, allí es preciso que retorne en su caída, de acuerdo con las determinaciones del destino. Las cosas deben pagar unas a otras castigo y pena de acuerdo con la sentencia del tiempo.

Sobre Pedro Salinas, comentario libre, V

Sigue recreándose la renovación del mundo (¿ekpyrosis?): abismo de promesas, tesoro infinito.

===

Extravío: desorden, error. Frente al mundo, que es lo convenido desde siempre, ¿firmado en qué contrato?

Subversión de los papeles, de jerarquías ontológicas y humanas. Fin o sinsentido de los puntos cardinales.

Amor: carencia de método y cartografía. "¿Este camino, el otro, aquél?" Ah, pero el amor posee su cifra en el proyecto, en la fe en el tiempo. Sin añadido de razón. Falsedades, quise poner. Este amor, llegado a pura voluntad de sí mismo, contra los órdenes todos celestes o terrestres,  este amor se ama a sí mismo. Así no muere, "embriagado en la pura gloria de su acertar".

Sobre Pedro Salinas, comentario libre, IV

A vuelateclado:

En la noticia de la llegada del amor, La voz a ti debida (esto es, las palabras, los discursos, las explicaciones), me parece que se da un juego de referencias a un asunto muy diverso en apariencia (mi comentario es ahora mismo bastante desinformado): la cosmología contemporánea, de A. E. en adelante. Naturalmente que existe una remisión constante al relato genético fundador, griego o judío... No podía ser menos, dado que es sobre una relación estrictamente personal (antes que nada pronominal: yo, tú) sobre lo que P. S. va a proceder a una liquidación y reinstauración del mundo, a su recreación. Quizás sea esta última la palabra correcta: sostienen los versos que a la presencia amada corresponde la nominación, invención y orden del mundo, que hasta ese momento-rayo de su aparición quedaba, como mundo, en potencialidad inane. El mundo natural lo mismo que el mundo humano (desde el artificio a la tecnología). P. S. no evita ser contemporáneo, siguiendo la corriente que viene de Whitman y de Baudelaire (digo yo!). Vuelvo: la presencia llegada, la alegría, la relación, la flecha que no respeta norma celeste ni terrestre, la cifra única que ella es, genera un universo de elementos y estructuras (no puede ser menos). Pero sostenido por el discurso poético del amante, el dominado, el cantor que expectando el futuro no puede o no quiere evitarnos la impresión de que su lirismo mantenido ya es nostalgia y pérdida. O que no se hace ilusiones. Etc.

Sábado noche

Fútbol televisado. Coche. Charla. Aprensiones, antes, durante y después. Carretera infame. Frío. Imposible aparcar. Dolor de cabeza.

20 de febrero de 2010

Música y desierto

Rubén Blades.

***

Sinsaber administrado.

Me acuerdo de que

Oía los pasos lentos, aproximándose a la puerta de la habitación, su alegría encendiendo la mía... ¿Cómo, Dios mío, podría yo haber olvidado esto? De veras que no podría. Yo no necesito más que un poco de confianza, que me pinchen con una palabra, que yo la estire, y sorteando las lágrimas -soy un sentimental- pueda volver de nuevo a la imagen imborrable. No hay nada, si lo pienso bien, en realidad, en la escena que rememoro, que vaya a ser sustancialmente diferente de lo que cualquier ser conserva, en su memoria, de sus padres. Lo que sucede, creo también, es que yo siempre estoy en otra parte, así que recuperar esa imagen común, padre e hijo, me hace en cierto modo volver en mí y me llena de orgullo. Ocurre también que ahora ya no puedo restituirle las caricias. Él, ella también, se ha convertido en nieve, que es la materia sutilísima que cae en mi memoria cuando yo lo traigo a ella.

Tirar de la manta

En este momento cuento las horas de todas las madrugadas, pero entonces no tenía conflictos con el sueño. Se me podrá creer o no, ya que hay quien estima que actualmente me he convertido en un adulto muy mentiroso. Por esta única vez yo os pido que me creáis. De verdad que me hacía feliz ese viejo, mi padre, cuando se acercaba a mi cama, revolviendo las mantas y haciéndome cosquillas con sus manos sabias. Yo esto, lo de las manos que hablaban sin palabras y entendiéndolo todo, lo había olvidado. Un amigo me lo hizo recordar hace poco. Aunque supongo, al respecto de ese olvido tengo que creerlo así, que hay un alma o un adentro donde el amor de los padres se recoge. Cuando llega el momento, se traspasa a los hijos, y el día que uno mismo no cumple con ese amor heredado, es con los padres con quien se contrae una deuda o se acrecienta...

¿Traslation du vécu?

Durante el tiempo anterior al comienzo de la ceremonia de gala, los profesores en formación responden a las cuestiones de cultura general y otras charadas que les plantea el inspector orquestal. Al final, después de sus respuestas o sus silencios, tienen que emitir un grito gutural, a elección libre de cada uno, y elevar el brazo izquierdo haciendo el saludo fascista. Yo, que llegué tarde ya, me puse en fila con otros dos, pero temeroso de no saber las respuestas o intuyendo el absurdo de todo aquello, me escabullí, considerando que no estaba dispuesto a que me estropearan la cena las autoritarias ínfulas de un cretino como aquél.

19 de febrero de 2010

Un kit kat

Lo mío con Salinas: me acuerdo de Lenin extractando la Lógica de Hegel. Uno de los primeros libros que me compré. Luego me hice ucedista.

Sobre Pedro Salinas, comentario libre, III

Lo mío es miedo, angustia de ti, (¿) laberinto en el que me guías, ariadna asterión. Te reservas el retirarte, constante en tu mudanza. Eres la que eres, yo no te conozco más de lo que tú me permites. Te trasciendes (“ … tú eres / tu propia más allá) y me pierdo (tan amplia tú “como la luz y el mundo”).

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¿Qué puedo yo hacer? Me temo que sólo guardarte en la memoria, pues no de otra manera puedo hacerte eterna, cuando mudes de mí a los otros. Dudas.

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“Mañana”. Yo. Tú. Esperanza. La promesa del beso y la carne en los pronombres. Para quien espera, la palabra (insignificante que sea) representa música sin final: boca, beso, “amor sin fin”.

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Vino la alegría, graciosa, según su azar prescrito, caída del cielo o de ninguna parte conocida. Como rayo, sí. De una muchacha isla que decía no, pero yo temblaba de esperanza.

¿Para qué preguntar? Sucedió. Me devuelve, me convierte a la certeza de los besos, los abrazos. “ … Pone cara de mía.”

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Me despoja y me esclaviza. A un futuro de instantes o de nada entrego la prudencia. Luego, cuando alguien venga a pedirla, porque dice que es suya, “volverá la cabeza / mirándome. Y veré que ahora sí es mía, ya.”

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Ahora pregunto por los nombres. ¿A qué vienen? Surgen los nombres, de todas las cosas, del amor, para fijarlo. Viven las cosas con él, porque tú también vives con tu nombre. Si no, ¿cómo orientarme en tu laberinto? ¿A quién llamar?

Por el nombre, tuyo y de nadie más, vienen a la luz los seres de la promesa. Vacíos o perdidos, en realidad, porque solamente con tu presencia y en tu nombre vienen ellos a la suya que les corresponde.

Sobre Pedro Salinas, comentario libre, II

Encontrarte es transportarme (?), detrás de mi, de ti, de todos. Tras el rumor y los hábitos: "como si fuese morir".

===

También (?) llamarme, "Tú, que no eres mi amor". Se lo dejo todo al condicional ("si me llamaras"). Aún puede venir tu voz, no sé de dónde ni cuándo. Una llegada inquietante (túneles y espejos y años bisiestos), un milagro. Por la entrada de los misterios, tú que los deshaces. Todos. Pero yo nada puedo. Ni con voces de ruego ni con besos.

===

Ocurrió: verdad. Al milagro le corresponde el instante: " ... una fecha / que le marca tiempo al tiempo". Y que por ello quiere decir eternidad. Sin embargo, su apariencia, la de ella, era la misma. Ella, la otra. También el lenguaje, el mismo del mundo. ¿Cómo creer entonces lo que dice -si es de fuera del mundo, milagro? De tan increíble me parece abstracto, y que me obliga a soñarlo.

Confiado en esta semántica de la suerte, en esta verdad que no lo parece, "azar puro", creeré no perder nada cuando llegue el final. "Que aquello, tan de verdad, / no tuvo cuerpo, ni nombre."

Dilemas

En los que me meto yo. Abogado del diablo. Dead penalty.

¿Salinas si no cigarrillos?

18 de febrero de 2010

Sobre Pedro Salinas, comentario libre

Leí por primera vez el libro de P. S. hace cosa de cinco años. Entero, no una antología, Lo leí en un café que hay cerca del puente viejo. Ha pasado desde entonces un mundo y no ha ocurrido nada. Ahora estaba en otra cafetería (iba a escribir estoy, pero ya no. Menciono, al pasar, que mi memoria es una herramienta infame y veleidosa.) Tenía 38 años y no era ningún niño. Ahora tengo 43 y no estoy nada convencido de ser un hombre.

Sí. “Tú vives siempre en tus actos./Con la punta de los dedos/pulsas el mundo…” Eres dueña, al albur de tus manos.

La luz viene de ti, autosuficiente. No estás hecha para el amor, para necesitar. Tú no precisas de nada, con la apariencia en la que te recreas te basta. "De tus ojos (...) sale la luz", no del ser, pues nada hay antes, sino que tú lo dispones. Quizás por eso mismo eres dogmática: "Tú nunca puedes dudar". Pero sí que te equivocaste con una apariencia una noche: "Y era yo". Una sombra, por primera vez, un capricho.

===

Cultiva la posibilidad: abre todas las puertas, déjale paso a los misterios. Pero tú disuelves el enigma en claridad: arena, reloj, cuerpo.

===

Sin embargo, sé que es inútil juego, que yo no debo esperar. No se busca, sucede. Buscarlo lo aleja. Erige, el buscar, "murallas, nombres, tiempos". Las mismas que quiebra su libre presencia, Amor. Derribando la materia, los acontecimientos.

Ni nombre ni imagen busco, te busco detrás de la máscara [las fotografías solamente son para cuando la memoria peca y confiesa su flaqueza]. Un nombre, dicho por otros, objetivo, social, representa igualmente una máscara. Metá ta phenomená, metá ta psyché.

Una sombra, ay: "No eres lo que yo siento de ti".

...

Pessoana

Moriré yo, y de la conciencia de esta tarde que se adormece entre neblinas, y una lluvia tan escasa como fría, no quedará nada. Pasará después lo mismo con el resto de las tardes. Nadie guardará memoria de la luz que declina en las habitaciones solitarias, ni de las conversaciones que se emprenden en las mesas de las cafeterías quedará nadie para dar cuenta. Será al final del mundo, pero yo estoy temiendo ahora por mí.

Agonía

A quien tiene el alma de la hechura de la piel de las rosas un amistoso palmeteo en el brazo, intempestivo, tiene que sumirle en la más atroz de las zozobras. Yo no soy ése, me apresuro a declarar. Yo la sensibilidad la tengo a flor de pies.

Lo que comentaba esta mañana

En el ciclo de Salinas (Pedro, no Julio), en La voz a ti debida y en Razón de amor ante todo, se encuentra declarado el inicio y el fin; pero se debe conocer que el fin ya actúa agusanando los comienzos, infiltrando veneno en la vida carnal de los pronombres.

Prejuicios de la mente y de los hábitos.

***

Esta tarde, tan de ceniza y londinense como últimamente se acostumbra, The Kinks (El ambigú, radio 3). Unas gotas espaciadas y largas se ven caer por la ventana desde el tejadillo hasta la calle. Pocas, la vista tiene que esforzarse en sorprender su marcha mortal. Al otro lado, una mujer acelera el paso bajo el paraguas celeste. ¿Dónde irá? ¿Cuál es la química secreta de las decisiones?

Bucle y tontuna

Cuando se cifre la calidad de la transmisión del saber en el bienestar psíquico del sabio (un momento!, me comunican que ya ha pasado) se habrá rizado el velloncillo (rubio o moreno) de la necedad. Digamos que Wittgenstein pudo ser un maestro nefasto, pero quizás también lo único que conocieran de extraordinario aquellos niños en sus pobres vidas. Sea por epatar. Pero que en serio también: prefiero antes al canalla inteligente que al tonto feliz (integrado). Éste no sabe parar.

Pa´charse a temblar

José Penalva y el saber de derechas.

Archipiélagos

Tienen razón: para la soledad hacen falta talento natural, por una parte, e independencia, de otra. Hace tiempo que otros lo dijeron, y te conocían bien. Te conocieron la debilidad (necesitar, no decir). Pero ni antes, ¿ni ahora?, se reconoce esa mínima, y de color ceniza (tal es el sabor en la boca), independencia que se sustenta en la escritura de autoficción.

No importa, a ese respecto, naturalmente, ni lo escrito ni la escritura, sino la previa disposición a levantarse del fondo. Un gesto sin continuidad. Yo nunca escribiré ningún libro.

Carnaval

Por debajo de la máscara, de la palabra frívola y el gesto aparatoso, hay presente un sentir que nadie ve. Condena o destino.

Para los malentendidos

No se siente el orgullo de las palabras oídas. Quiere confirmarse de continuo, tanta es nuestra inseguridad íntima.

Verdad de razón

Un hombre se siente humillado cuando no creen en su desgracia. Con lo cual se arriesga a perpetuarla, a acabar su vida en ella. A consistir en ella: un vino amargo y constante.

Padecimiento cartesiano

¿En virtud de qué podría provocar efectos mi insignificante persona? Ah, sí, en virtud de la misma existencia. Tantas veces como persista en la humildad.

17 de febrero de 2010

Teoría figurativa del lenguaje

Se le pide al alumno que le ponga una etiqueta al argumento presente en el texto que tiene delante. Como si fuera un cuadro. ¿Sencillo? Ut poiesis pictura!

No me resisto a copiar esta foto

De nohalugar:

Están casi todos los elementos de la intriga.

Comments, a Deseducativos

... te agradezco que pienses que yo puedo tener una idea. Yo sospecharía más bien del que dice que las tiene. Las entrecomillaría como hace ... con las del cátedro mercachifle de Yale. Yo creo, se me ocurre pensar, cada vez que me encuentro con el argumentario psicopedagógico al uso, en la falta de rigor y honestidad intelectual del que se permite forjar teorías infalsables (por el procedimiento de culpabilizar a los cobayas de que no se cumplan). Eso en primer lugar. Que es, yo creo, lo que cualquiera que tenga sentido común ha de pensar. En segundo lugar me viene a la cabeza la palabra pseudociencia, y me acuerdo del affaire Lyssenko y de todos los embaucadores que a lo largo de la historia han sido. Pues bien, pocos reductos como las Facultades (sedicentes) de ... (con honrosísimas excepciones de honestidad intelectual y/o rigor popperiano o racionalismo crítico o bon sens o como se diga), pocos reductos como esos para difundir memes (vamos a llamarlos así) ideologizados y malintencionados. Merecedores, en algunos casos, pienso yo, de ser llevados delante de los tribunales. Aunque ésta es otra… Por cierto, siempre me acuerdo del libro de Jean Rostand en el que conocí la existencia de Lyssenko el gran biólogo de Stalin: Ciencia falsa y falsas ciencias. Porque todavía no lo he leído… Y que de la relación Lyssenko/Stalin cada uno saque su propia analogía.

Descripción de una acción

Participo en diversos juegos de lenguaje, de los cuales no acabo de convencerme acerca de la bondad de sus reglas.

Que la sképsis sirva para no reiterar errores. Es un consejo que deduje de las palabras de un amigo en sus momentos difíciles.

El tiempo revuelto acompaña a los seres.

Para pensar

De los abismos históricos y el mal presente.

El silencio chandosiano de Saussure

Con la lengua no se juega. Ni con los espejos.

No, no se juega.

Paradigmas

Erigimos, con los acontecimientos, un edificio de decepciones mutuas al que denominamos vida. Luego está que por primera vez en muchos días ha salido el sol, o lo intenta.

16 de febrero de 2010

No ha sido un buen día

Quien actúa en el mundo debe repararlo. No el mundo, sino las consecuencias de sus actos. La virtud reside en la inacción. No parece sencillo ser racionalista hasta ese punto.

¿Buen consejo?

Cultiva tus adicciones. Más las adquiridas tardiamente.

Estar

... Debería, pero no sé. En vez de estar en lo que estoy, que parece lo más sencillo y es aquello en lo que todos logran estar, yo me encuentro en otro sitio. En cuál no lo puedo determinar. En otro. Únicamente puedo contar, y eso cuando me acuerdo o cuando me dicen algo que me vuelve sentimental. Me devuelvo a lo que yo soy, un maldito sentimental. Entonces recuerdo cuando era un niño. Él, un anciano sordo y casi ciego, se acercaba a mi cama a despertarme por la mañana.

15 de febrero de 2010

Buenas costumbres

(Aristotelismo) No hay como recordarlas. Vida, frescura, hace más de veinte años. Ahora digo que soy demasiado viejo, un uomo finito. Hay que pensar que la virtud está en las buenas costumbres y no en el resorte fugaz de los besos. En la materia olvidadiza de los jóvenes.

(Por casi todos los santos: se ha convertido uno en una máquina insensata productora de frases.)

Premios Goya de Cine

Uno de los hechos más deliciosos de nuestra sociedad consiste en esa materialización industrial del espíritu absoluto representada por el cine. Afortunadamente, los seres humanos han renunciado a una idealidad utópica que les envenenaba. Qué decir de los inútiles anhelos ultramundanos! Gracias en parte al cine han podido comprender que la felicidad está en este mundo, a un precio asequible. Gracias a ese mismo arte industrial también, las personas han dejado de lado la estúpida veleidad de querer ser diferentes del otro. Pocas escenas más hermosas que las de una cola de cine, ordenada de seres que van a consumir su ración cultural. Por su parte, la industria no ha tenido que rebajar la calidad de los contenidos, de manera que se necesita mala fe para sostener que un film sobre sucesos de la Antigüedad es inferior a los textos de Platón o de Plotino. Igualmente me parecen hermosas las escenas ceremoniales del star system. Tanta belleza e inteligencia juntas, irradiadas por el oro de las taquillas. Si hay entrevista a tal o cual personaje, entonces no quepo de felicidad. Cómo no va a crear opinión la inteligencia aliada al dinero!

Mi vida

Corrijo.

Yo soy un hombre de ... años que no sabe vivir la vida...

Problemas

Informa Benveniste de que Saussure fue afectado del mal de Chandos. Esto es lo que entiendo yo.

Pavese, III

                 TRABAJAR CANSA
Cruzar una calle para escaparse de casa
lo hace sólo un muchacho, pero ese hombre que transita
todo el día las calles, ni es ya un muchacho
ni escapa de casa.
Hay tardes estivales
en que incluso las plazas se quedan vacías, tendidas
bajo el sol que se va hacia el ocaso, y ese hombre, que llega
por una avenida de inútiles plantas, se para.
¿Vale la pena estar solo para seguir siempre aún más solo?
Al transitarlas, las calles y plazas
se encuentran vacías. Hay que abordar a una mujer
y hablarle y decidirla a hacer vida en común.
En caso contrario, se acaba hablando solo. Es por eso que,
a veces,
hay borrachos nocturnos que traban conversación
y cuentan sus proyectos de toda la vida.
No es verdad que te encuentres con alguien
esperando en la plaza vacía, pero quien transita las calles
de vez en cuando se para. Si formasen pareja,
aun callejeando, estaría la casa
donde está esa mujer y valdría la pena.
Por la noche, la plaza se vacía de nuevo
y ese hombre, que pasa, no advierte las casas
entre inútiles luces, no alza la vista:
sólo nota la calzada, hecha por otros hombres
de encallecidas manos, al igual que las suyas.
No está bien quedarse en la plaza desierta.
Sin duda, en la calle estará aquella mujer
que, de rogárselo, nos ayudaría en el hogar

Pavese, II

VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.

Una debilidad

Quizás dos. Con las palabras, leídas, escritas, escuchadas. La primera. Con las personas, la segunda. Buscar sin ser solicitado. Lamentable.

Lunes

Otro. Sueño.

Leo el inicio de lo que escribí anoche, a lápiz, en un papel cualquiera... ¿Qué tengo que pensar de eso? ¿No es demasiado personal? Tuve el arranque súbito de la confesión, creyendo que así me iba a volver mejor...

14 de febrero de 2010

If...

Si de verdad lo pienso, no soy digno ni de nombrarlo. Únicamente puedo multiplicar la deuda. ¿Es esto generosidad? De nombrarlos, quise decir. Pero empecé concediéndole el espacio a quien no tenía la palabra. Ni puñetera falta que le hacía. Tenía amor.

Perdedor

Estos mundos no existían hasta que los sostuvo Pavese. Son invivibles, pero no hay belleza mayor que la de las plazas desiertas, por donde pasa un hombre que trabaja, mira a una mujer y vuelve.

Vendrá, vaya que si vendrá...

Pavese

Supongo que ya lo he puesto, pero no me resisto a la hipnosis.

Finitud culpable

La escritura recrea el único mundo perfecto. Lo inventa o guarda su memoria. Ya no podemos determinar cuál de esas dos posibilidades.

***

En la cárcel las palabras son palomas.

Economía de subsistencia

Sustrayendo de lo que escribo el aditamento (en forma de adjetivación, enumeración, varia retórica) lo mío, lo de cualquiera, es universal por lo que tiene de pobre y por ninguna razón más. Así me corresponde: fui pobre y así me mantengo. Odio el brillo, no espero nada. Si llega algo, le daré la bienvenida. Porque sí que me enseñaron, sin palabras él (yo se las presto todas in memoriam con mi exceso), como sabía y podía ella, el deber de ser hospitalario. Mi corazón no puede ser tan viejo que no se sienta obligado.

Oscuro y confuso

Imposible pensar con nitidez, ahora. Tampoco lo logré nunca.

Una golondrina ha traído

En su pico un pensamiento---

Écrire? Ça, ce n´est pas vivre.

(Esto es: que si hubieran venido más pensamientos se podría haber logrado un tren de vida, aunque fuera meramente pensada. Pero que así no.)

Aisthesis

Para la ansiedad cualquier cosa es aguja.

Circunspección

La claridad se te viene encima a destiempo. Así que te condenas a repetir el ciclo. Ininteligible.

13 de febrero de 2010

¿Cómo es posible?

La moralidad, la conveniencia, la civilización, las reglas de cortesía o la de oro, etc., etc. evitan que caigamos en el salvajismo, del cual estamos a un paso pequeñísimo, a poco que nos miremos bien por dentro---

Las reglas de la civilidad resuelven que escribamos nuestra estancia liminal, en ciudades o valles recónditos como el mío (¿quién iba a imaginar que yo escribiera desde aquí?, y que alguien mire desde allí, ¿quién lo iba a suponer?). Van los transeúntes escasos de una tarde noche heladísima por el enlosado brillante, al otro lado de la calle. Me basta con mirar de soslayo y puedo adivinar el frío que llevan marcado en su cara, por debajo del paraguas negro. Por mi parte, yo soy tan pobre que me siento orgulloso de mis paraguas desvencijados y de colores imposibles. Tengo que reconocer, al respecto, que un hombre serio debería de haber resuelto ya estos asuntos. Ya se va teniendo una edad. En lugar de ello me siento a pensar y miro más allá de la ventana, a ningún sitio en especial, esperando el próximo paso del viandante atrevido. Sin inquietarme por mis paraguas desvencijados ni por el paño gastado del abrigo, sin reflexionar sobre la edad y el frío en los huesos. Me imagino, sí, ciudades lejanas, no demasiado populosas, donde cualquiera pueda perderse y encontrar, al cabo de muchos años, a quien le orientó, perdidos ahora los dos. Lo cuenta Calvino. En ciudades así, que son de otra época, un hombre gris de bigote y sombrero vigila las salidas y entradas al estanco, y piensa en éste y en aquél, sin caer quizás en la cuenta del azul, allí arriba, que se ha entretenido en un momento en él y ha seguido con sus pasos. Pienso ahora en Pessoa, el estrafalario---

Apoteosis

- Entre mis escritos ocupa mi Zaratustra un lugar aparte. Con él he hecho a la humanidad el regalo más grande, que hasta ahora ésta ha recibido. Este libro, dotado de una voz que atraviesa milenios, no es sólo el libro más elevado que existe, el auténtico libro del aire de alturas -todo el hecho “hombre” yace a enorme distancia por debajo de él-, es también el libro más profundo, nacido de la riqueza más íntima de la verdad, un pozo inagotable al que ningún cubo desciende sin subir lleno de oro y de bondad. No habla en él un “profeta”, uno de esos espantosos híbridos de enfermedad y de voluntad de poder denominados fundadores de religiones. Es preciso ante todo oír bien el sonido que sale de esa boca, ese sonido alciónico, para no ser lastimosamente injustos, con el sentido de su sabiduría. “Las palabras más silenciosas son las que traen la tempestad. Pensamientos que caminan con pies de paloma dirigen el mundo-”

Nietzsche, Ecce homo.

Hacer cosas con palabras

Dice alguien "tengo frío" y no es que declare, repitiendo, el tiempo que hace, o para recordarse a sí mismo lo que significa una concepción lingüísticamente restaurada de la verdad como correspondencia. Dice lo que dice y hace otra cosa diferente, ya sin palabras. Pide comunicación.

Miras por la ventana del tercero, a la calle. Desde tu casa. Nieve, más nieve. Sobre nieve. Tampoco informas de una verdad, con el fin de convencer a alguien de que los hechos, esta tarde, la de ayer o la de siempre, aquí o donde sea, son así. Cierto que son, pero es que quizás tú te apliques a rivalizar con la nieve. Por el el color. Pensando, quizás también, en la materia sutil de que están hechos los copos. Que caen en silencio. De ellos debe estar tejida la memoria de los ausentes y de los muertos, y en su misma bellísima y eterna caída tenemos que pensar, sabiendo que nuestra memoria es el muro que nos contiene, muy posiblemente, de los actos más libres.

Por nuestro bien

Por los derechos de autor.

Ayer, un joven deportista georgiano murió en Vancouver mientras se entrenaba en la pista de Luge. La noticia la dio el presentador de Deportes en La 1. Otra tragedia deportiva. Un accidente en un deporte de riesgo. Eso debí pensar. Minutos después me senté delante de esto y en la página inicial del diario El mundo (creo recordar) aparecía la información del hecho y un vídeo de youtube para reproducir la secuencia del accidente mortal. Pero le dabas al Play y te encontrabas con la leyenda de que se había retirado el vídeo por una cuestión de derechos de imagen. Estaban también las declaraciones de Jacques Rogge, presidente del COI, apuntando que no era el momento adecuado para debatir acerca de la seguridad de la pista de Luge. Naturalmente que no era el momento. El momento debe ser cuando en la pista no ocurre nada...

La verdad es que no debe uno dejarse llevar nunca por la emoción de la sangre aún caliente y atreverse a pedir explicaciones. Ya se darán después, ya habrá una comisión que investigue y que concluya. Eso: que concluya. No está mal, al respecto, acogerse desde el principio a los derechos que instituye una legalidad escrita y fría, la cual permite retirar de la opinión y visión pública unas imágenes de video, que no es que puedan herir sensibilidades, sino que pueden llevar a alguien, demagogo, a presumir que en todo este asunto revolotea una sociedad de malhechores. Va a llevar razón quien yo sé y, además de monos desnudos, nos hemos convertido en monos morales para velar la maldad.

Quelle finalité?

¿Para qué escribir? Se piensa en algo así como inscribir, et il n´importe plus la surface. Con la idea de dejar un resto o rastro. Esta pretensión, con un poco de análisis, tiene que revelarse absurda. Pues no se quiere ganar un tiempo futuro, sino echar raíces en el presente. Como sea.

Asteriones

Teseo o el cumplidor del tiempo.

***

Variaciones sobre el tema, o la condena a repetirse.

Mais oú sont ... ?



***

Après le paradis. Liberté et sacrifice.

***

... et Mme. Sarkozy versionando un tema que dicen solipsista o autárquico (?) de Brassens. Versión en castellano del chileno Eduardo Peralta. Que cada uno elija según su interés: la femme ou la chanson.

Ce sont ...

12 de febrero de 2010

Villon

Ballade des dames du temps jadis

Dites moi où, et n'en quel pays,
Est Flora la Belle Romaine,
Achipiadès, ni Thaïs,
Qui fut sa cousine germaine,
Echo parlant quand bruit on mène
Dessus rivière ou sur étang,
Qui beauté eut trop plus qu'humaine ?
Mais où sont les neiges d'antan ?

Où est la sage Héloïs,
Pour qui fut châtré et puis moine
Pierre Abélard à Saint Denis ?
Pour son amour eut cette essoine.
Semblablement, où est la reine
Qui commonda que Buridan
Fut jeté en est sac en Seine ?
Mais où sont les neiges d'antan ?

La reine Blanche comme lys
Qui chantait à voix de sirène,
Berthe au grand pied, Biétris, Alis
Haremburgis qui tint le Maine,
Et Jeanne la bonne Lorraine
Qu'Anglais brûlèrent à Rouen;
Où sont-ils, où, Vierge souvraine ?
Mais où sont les neiges d'antan ?

Prince, n'enquerrez de semaine
Où elles sont, ni de cet an,
Qu'à ce refrain ne nous remaine;
Mais où sont les neiges d'antan ?

Dolor de patria



Nieve sobre nieve. La casa de la ciudad semeja un corazón yerto. Verbo automático.

Se reproducen las palabras del ángel (pienso en Rilke) aunque ellas amenacen con matarnos de duda. Disintigration.

Que se cumpla lo que dice el verbo, y se abra el corazón insensatamente, sumiéndolo todo en un sueño desgraciado, igual que una noche oscura que explota en la luz de un instante. The Cure.

Todos los paisajes son el mismo para el ausente, que recibe las nuevas como una raíz casi seca las gotas fugacísimas. Pictures, images, sombras de la cultura y el reconocimiento. Después de tantos libros comunes y distintos.

Y que caigan también los adjetivos, la carga, la envoltura retórica. Quedarán solamente los nombres de los seres. Uno yuxtapuesto al otro, interrogantes. Quedará la magia de los pronombres también, en lo que dura un error.

(Gótico, The Cure. Yo no sé quién pone los nombres a las cosas. Quién pega las etiquetas, yo no lo sé. El hablar instaura un privilegio, inmotivado, entre los seres. Articulas una palabra, parece un juego y se crea un mundo dispuesto entero, modulas tu voz y se marca la distancia: racionales, irracionales, tú y ellos, tú y yo, blanco y negro.)

Progresión

Cada año hace más frío.

Lo que se ve hace daño.

Acelerado

Sí.

... Pero mi pobreza de espíritu no esconde mi suprema necesidad, común.

Hablo en ininteligible.

Se sufre como cualquiera. No hay que distinguirse.

Parva

De poco sirve la inducción, reiterada, de que nada sucede con arreglo a un plan previsto. No contiene esta verdad más que la pura forma del desajuste entre sujeto y mundo.

Frío y cansancio, en los ojos y el mundo.

11 de febrero de 2010

Música o ruido del mundo

Los mensajes deben ser desbrozados. Se deben ir eliminando las sucesivas capas de intenciones y sobreentendidos. Mis mensajes también. La lengua, herramienta de comunicación, tiene el don de bloquearla a cada instante.

Becqueriana III, more spinozista

El amor que induce una mayor desgracia, y si es que ésta consiste en la belleza, no ha de hacer más que incrementar esta última.

(Confieso que no me resulta nada fácil manejarme con las ecuaciones de esta matemática platónica. Sé que el romanticismo trágico coincide con el naturalismo de la necesidad sublimada.)

Brassens par Sabina & Carbonell

Adjetivación e interior

En la habitación solitaria la luz en fuga de la tarde sombría entra tímidamente por la ventana. Los movimientos de los niños que juegan llegan en silencio, a espaldas sólo de la débil claridad. Parecen más lentos, sin el sonido de la alegría...

-No jodas, pibe. Estás triste. Anda y date una vuelta a ver si te despejas.

Hiperlaliæstesia, II

Las últimas palabras del fragmento resonando en un oído interior. ¿Es el tuyo? “Al final”, “Al final”. Machaconas. No recuerdan el burbujeo chispeante de días de fin de año o de principios. Esperanza. No. Sino un ruido sordo, lento, difícil, de campanas apagadas. Palabras muertas, que se han quedado a querer vivir. A tu costa. Y llevas ya…

Viva la Pepa

Sí, Teléfono rojo...

Vértigo

El pavor de acompañar la música con una vida.

Búsquedas



Also:

Refranero oportunista

Dáme pan y llámame tonto.

Contento de sí mismo

Creo que hoy ya he llevado a cabo mi buena acción del día. Es que he tenido la voluntad suficiente para no leer el texto malintencionado de un idiota con título.

Algún seguramente, se me olvidará  qué ser refiere esta anotación. Si es que yo llego a ese algún día. O quizás no se me olvide: dado que no tengo por cierto que mi masoquismo consuetidunario, 43 años, no me lleve a caer y leer el textículo mendaz.

10 de febrero de 2010

¿Teléfono rojo ... ?

No, ilustración para el manual divulgativo sobre la Relatividad de la editorial Mir (Landau/Rumer; versión de Akal).

La elegancia de la verdad


Tati/Hulot. Moi, pour quoi pas?

***

De la riqueza de los hombres de Giacometti, aussi.

Becqueriana, II

Soy tan desgraciada!, dijiste. Tu única desgracia es la hermosura, tuve que callarme yo.

(Ya sé dónde lo leí.)

Pruebas evidentes

Seguramente resulte preferible, en los negocios que emprenden los hombres, la verdad brutal. Sí o no. Merced al primero, a la afirmación, progresa la historia (olvidando por un momento la condición ilusoria de todo). Merced al segundo, la negación o el cierre, se abre, por paradoja, el camino de la escritura. Las líneas que la humanidad ha trazado en las superficies que fijan su memoria, muchas y diferentes, dan cuenta, básicamente, de su desesperación. Una crónica del éxito tendría que parecernos insoportable: un cielo siempre azul, del que habrá incluso quien sostenga que no es el infierno.

Calvinista de sobremesa

Solicitar es humillarse. Como reconocer que uno no es el elegido de Dios para circular por el carril de su Gracia.

Exámenes

No se acaban nunca...


Otras cosas:

Unas pocas páginas de Benveniste (Problemas  de lingüística general) ---

Acopio, también, de material producido por la necedad humana (discursos sociales varios). Así que casi prefiero corregir exámenes---

Pasa la vida...

9 de febrero de 2010

Becqueriana

...

Cuando la única desgracia es la de humillar a los espejos.

(IMPOSIBLE RECORDAR DÓNDE LO LEÍ.)

Avales

El lenguaje no garantiza ninguna realidad. Sin embargo, sí que garantiza el dolor que viene de las ilusiones. Su referencia (el significado de sus términos) se resuelve en ser emocional.

Descomprendiendo la teoría de la relatividad

Ahora ya sí. Me ha vuelto a ocurrir. Y que no tengo la cabeza para estas cosas. Ni antes. Ni nunca.

Sch.

¿Por qué no iba a estar equivocado Sch.? ¿Es tan impensable que la belleza madura suscite el deseo?

No ser nada

No saber nada. Pasar el tiempo. Vivir él en ti, desviviéndote a ti. Hechura de relojes, de confusiones y dudas. Certeza también.

8 de febrero de 2010

Comprendiendo la teoría de la relatividad, II

Descomprendiéndola, más bien... Lo que cualquier hijo de vecino o ciudadano de una culta y desarrollada república o estado social y democrático de derecho logra adquirir en virtud de sus derechos constitucionales (i. e., entender la teoría de la relatividad especial de A. E.), yo llevo cuarenta y tres años lamentables sin visos de conseguirlo---

Claro! También hay una narrativa implicada aquí, en la tarea de esta comprensión.

Me digo: Sé humilde: cualquier adolescente entiende esto mejor que tú. Sé generoso: intenta ponerte a su altura.

"Imaginémonos un tren de 5.400.000 kms. de longitud que marcha rectilínea y uniformemente a una velocidad de 240.000 kms. por segundo" (Landau/Rumer). Me cuesta un poco imaginarlo.

Una y mil veces

Y otra vida que se diera, y otros mundos diferentes. Antes, ahora, siempre. No sabemos vivir ni un instante sin provocar dolor. Lo provocamos o lo recibimos. Las dos cosas a la vez, también. El mundo es una tela de araña y sus movimientos, inducidos por una araña dios del sueño, son los mismos quejidos del sufrimiento perpetuo, mientras la red aguante.

Demagogia moral

O ética lacrimal:

El sagrado deber hacia los jóvenes, que ellos ignoran, y que tenemos a pesar del sufrimiento que nos causan. Que saben causarlo.

Ciencias exactas

Quien abre un camino, tensa una cuerda. Verdugo de sí mismo.

Tónicos

Para la voluntad.

La comunicación de los hechos

No siempre estamos preparados para acoger la intención.

Día frío

Como en una canción de Georges Brassens---

7 de febrero de 2010

Desolación

La historia consta de sucesos descritos en frío por un investigador (desinteresado) muchos años después. No sé qué sentido podríamos encontrar ahí, ni la acción de qué valores en la conciencia personal de los actuantes. Denominar ilusión a su conciencia efectiva de actores de la situación (en el pasado olvidado que sólo reconstruye el historiador), tampoco es que sirva para aclarar gran cosa, la verdad. Porque no sé entonces qué tipo de documentos iban a generar las ilusiones , originadas como están en una interpretación abusiva de los hechos.

¿Perder? Sí, de acuerdo. Pero, ¿de qué escritura viene la ganancia?

Comprendiendo la teoría de la relatividad

La especial, la general... mañana!


Desde hace demasiado tiempo mi comprensión (es un decir) se limita a ser narrativa, a recoger y contar. Recolectar palabras. Así que me intriga el encuentro en sí de dos personas que se dirigen uno al otro, para quedar delante de una casa tan estrecha como un muro. ¿Un reto; un duelo quizás? La escena parece pertenecer a un esquema de la Guerra Fría. (El dibujo en Landau/Rumer, ¿Qué es la teoría de la relatividad?, Akal.)

Todo el poder para N.

Hace falta que una voluntad de mentira haya arraigado desde muy antiguo (¿la infancia?), hasta hacerse carne y sangre de la carne y de la sangre (¿está ahí algún edipo implicado?), para que (acción/reacción) la vida se haya consagrado, al cabo del tiempo pero sin renunciar al fondo mendaz, para que se haya consagrado (y no se nos cae la cara de vergüenza por emplear este vocabulario religioso) profesionalmente a la voluntad de verdad. Oui, les philosophes.

Quiero creer

¿Era el texto soñado, principio de capítulo, una proyección (sueño de la mañana que calma la obsesión) de una contradicción encontrada por un erudito aragonés entre el ruralismo ideal y la mezquindad de los campesinos? ¿Se había extrapolado a Centroeuropa?

La nada es al despertar.

Bergamín citado

Me siento triste y cansado./Triste sin saber por qué./cansado de estarlo tanto./Todo se me va acabando.../No sé por qué no se acaban/mi tristeza y mi cansancio.

¿Por qué no se escribe? Los bestsellers da igual que se escriban o no. Los amigos están obligados.

Sarcasmo

Sí. Pero, ¿cuál era el texto soñado?

6 de febrero de 2010

¿Envejecer?

¿Qué es? ¿Ha muerto el deseo? Los objetos te sobreviven, y no significa eso exactamente que alguien herede los restos que quedan tras tu ausencia. El heredero lo ve desde la perspectiva superficial del que se encuentra un resultado. El que desaparece, sin embargo, y mucho antes de irse del mundo, va cobrando conciencia del poder superior de las cosas que se acumulan. Algo así como deshacerse de la sombra, del espíritu y que ese desprendimiento se solidifique en formas frías de una materia en la mayor parte de los casos industrial.

Atrabilis

Reconozco que mi ardor futbolero polaco no puede soportar los comentarios de La Sexta.  Pienso que uno puede soportar las victorias del RM (las he soportado, las soportaré con dignidad y silencio), pero la mala fe de los ¿retransmisores?... pues no.

Informa Mainer

En La edad de plata, pp. 99-100:

Joan Maragall, 1897:

" ... nosaltres no serem mai l’Espanya intel•lectual, perquè en aquesta Espanya actualment morta li resta una forta tradició literària i artística que en compte de dominar-la ens dominaria a nosaltres", por lo que "tota promiscuïtat intel•lectual amb els castellans, siga per venir ells a nosaltres o siga per anar nosaltres an ells, no pot ésser sinó en detriment de la integritat i de l’evolució natural i pròpia del pensament català".

Aquí el artículo de J. M.

Pureza. Exclusión. Temor. Monolitos.

Para comentar, Paul Lafargue

La humanidad, la evolución, la cultura (en El método histórico):

Los medios artificiales parecidos tienden, pues, a unificar a la especie humana que los medios naturales diferentes han diversificado en razas y variedades.
El medio natural evoluciona tan extremadamente despacio, que las especies vegetales y animales que a él se adaptan parecen inmutables. El medio artificial evoluciona, por el contrario, con una rapidez creciente; por ello la historia del hombre y de sus sociedades, comparada a las de los animales y vegetales, es extraordinariamente móvil.
Los medios artificiales, como el ser organizado y el medio natural, forman conjuntos, sistemas complejos sin límites precisos en el espacio ni en el tiempo, cuyas partes se corresponden y están tan estrechamente ligadas, que una sola no puede modificarse sin que las otras no sean trastornadas y sufran cambios.
El medio artificial o social, extremadamente simple, y compuesto de un número reducido de elementos en las poblaciones salvajes, se complica a medida que el hombre progresa por la adición de elementos nuevos y por el desarrollo de aquellos que ya existen. Está formado desde el periodo histórico por instituciones económicas, sociales, políticas y jurídicas; por tradiciones, hábitos, costumbres y moral; por un sentido común y una opinión pública; por las religiones, literaturas y artes, filosofías, ciencias, modos de producción y de cambios, etc., y por los hombres que en él viven. Estos elementos, transformándose y reaccionando unos sobre los otros, han dado nacimiento a una serie de medios sociales cada vez más complejos y extendidos, que con mesura han modificado los hombres, pues como el medio natural, un medio social dado implica la existencia de hombres que poseen en lo físico y moral un conjunto de caracteres análogos. Si todos estos elementos que se corresponden fueran estables, o variaran con demasiada lentitud, como sucede con los que componen el medio natural, el medio artificial quedaría en equilibrio y no habría historia; su equilibrio, por el contrario, es de una extrema y creciente inestabilidad, constantemente perturbado por los cambios que se producen en cualquiera de sus partes, que luego reacciona sobre todas las otras.

La utopía materialista, la regresión, el terror (Ibíd.):

Los filósofos los declaran conceptos universales y necesarios [los de libertad y justicia] porque no conocen más que sociedades basadas sobre la propiedad privada y no pueden concebir una sociedad que repose sobre otros fundamentos.
Pero el socialista, que sabe que la producción nos lleva fatalmente hacia una sociedad basada sobre la propiedad común, no duda que estos conceptos universales y necesarios se desvanecerán de la cabeza humana junto a lo tuyo y lo mío y a la explotación del hombre que le ha dado nacimiento, en las sociedades de propiedad privada. Esta creencia no ha sido sugerida por ensueños sentimentales, sino por hechos de observación indiscutibles. Está probado que los salvajes y los bárbaros de la prehistoria, que vivían en régimen de comunidad, no tenían ninguna noción de estos principios eternos: Summer Maine, que es un sabio jurisconsulto, no los ha encontrado en las comunidades de aldea de la India contemporánea, donde los habitantes toman como regla de conducta la tradición y la costumbre.
Los conceptos universales y necesarios, utilizados por los hombres en las sociedades de propiedad privada para organizar su vida civil y política, siendo innecesarios para las relaciones de los hombres de la futura sociedad de propiedad común, la historia los recogerá y los clasificará en el museo de las ideas muertas.

Imperativo

Huir a escape del yo. También de sus instantes de humillación. Sobre todo de éstos, de sus momentos de implosión. En efecto: reducido a lo minúsculo se tiene la tentación de irradiar un dios.

(Hasta aquí, podría pensarse, llega el principio de razón suficiente: esto es, a imaginarse que la teodicea concierne al infinito, por una parte, y a cada particular, por la otra. Sin mediaciones conceptuales ni metahistóricas.)

Fascinante

Google panóptico.

Vaya de música el nuevo día

Morts, El Hexágono de radio 3, 29 de enero.

5 de febrero de 2010

Y Ariel Rot

Rarezas calmarianas, III

Incerteza

Lo real tiene trazas de venir siendo soñado.

Prolepsis

La autohumillación pertenece al castigo destinado.

Identidad sin fin

Un coche es igual a un coche es igual a un coche.

Estrés

Qué más voy a decir!

Y un fragmento del Williams sobre Descartes---

4 de febrero de 2010

¿Cómo?

-¿Defectos tú? ¿Eso dices? Pero si estás encantado con tu redonda imperfección, sin fisuras en su superficie congelada ...

Bares

Conoces a alguien a quien no conocías: Jesucristo, los conflictos de los ... Alguien que no te conocía y que por alguna razón, por la personalidad dice él (por el carácter, por la cara espejo del alma), se pone a hablar contigo y a contarte su vida. Tú escuchas, porque es notorio y divulgado que eres generoso, aunque tienes otros defectos ...

Te reconoce alguien del que ya no te acordabas: no te acordabas de su cara. Pues tú, es sabido y tú además lo haces público, no tienes buena memoria: ni de lo que acaba de pasar ni de lo remoto. La escritura estraga la memoria, sostiene Platón. En ti es cierto.

Rarezas calamarianas, II

El vino y los irracionales

Llamas demagogo y capcioso a un joven compañero y amigo matemático, en una discusión algo etílica sobre diagonales inconmensurable y patrones de medida impensables. Aparte del riesgo de discutir de números con un licenciado en Exactas, yo, que soy del COU de Letras puras (las impuras vinieron después y me siguen atosigando in hoc tempore), pienso que llamar demagogo a un matemático es algo así como llamar geométrico a un poeta. Irónico, ¿no? Aunque me dicen que existen los tales estros, y que no todos son de manual de rimas, sino que lo dicen y practican en serio.

Hiroshima

¿O de la historia según la podría haber contado Benjamin?

***

También estotro:

Nietzsche + Darwin = Mutación benéfica, o del error patito feo que se convirtió en ventaja y verdad (que son lo mismo).

No en Las Hurdes, no según Buñuel, II

Del mismo capítulo de la novela El médico rural de Felipe Trigo:

Seguían pisando paja, asaltando entre los carros de redes y los bieldos aquellas fofas montañas amarillas, y aunque el uno al otro sacudíanse, por mutua caridad, Román tenía incrustada en las solapas y en el pelo y las pestañas la paja de tres meses... Esteban al concluir la visita, quitábasela de los calcetines, de todo el cuerpo, por medio del general lavoteo con que veíase forzado a sustituir el baño, imposible de tomar en un pueblo donde no había tinas, ni noción siquiera de su uso.
La familia del tío Zumba mostrábase asombrada, del gran consumo de agua que hacían el médico y la médica; tanto más empezaba esto en la aldea entera a comentarse, cuando que precisamente el trabajo principal de Esteban iba consistiendo en recibir mujeres que le llevaban a sus niños para saber si, como una medicina excepcional, peligrosísima, podrían bañarlos en la charca de la dehesa, preparándolos con una purga, lo primero. Aparte los chiquillos, que, además, habían de tener sarpullidos o picores y que iban rabiando hacia la charca igual que hacia el cadalso, nadie en Palomas bañaríase por nada de este mundo.
No otra sería la explicación de las verdes moreneces que advertíase en las mujeres, jóvenes o viejas, muy peinadas, sin embargo, con su raya al medio y su moño picaporte. Se lavaban la cara por las fiestas, y el cuerpo nunca, a pesar de que tenían a orgullo llevar muy limpios sus pañuelos, sus faldas, sus corpiños, lo cual hacíalas pasarse enjabonando ropas todo el día. Al amanecer, en su primera visita a los enfermos, Esteban solía ver hombres y mocitas que en las puertas o en el cuerpo delantero de las casas, chapuzábanse la cara tímidamente con el agua que cabía en un cuenquecillo de barro como un puño; luego, sí, ellas sentábanse despaciosas a peinarse con las gotas que quedaban, y adornábanse con albahaca y con claveles

No Las Hurdes, no según Buñuel

El pueblo no podía ser más desdichado -especie de dantesco islote, de sarcástica zahurda en mitad de la hermosura de sus campos. De más lo vieron Esteban y Jacinta, y él muy singularmente al recorrerlo haciendo la visita desde el mismo día siguiente de llegar.
La única casa aceptable, de ocre y azul su fachada, de tres rejas, que daban al Ayuntamiento, era, en plena plaza, la de aquel señor Vicente, capitalista y cacique máximo, más aún que el Cernical enamorado de Palomas. El Ayuntamiento consistía en un zahurdón, cuyo piso bajo se destinaba a escuela; y la plaza venía a ser una un poco ancha calle irregular, desempedrada, llena de baches y de paja, donde cada vieja vivienda, la mayor parte sin revoco y construidas de piedra y barro, trazaba un ángulo, una esquina, utilizables para tener los carros y los cerdos.
Partían de aquí las calles, si de tal modo pudieran denominarse los zigzag y rinconadas laberínticas, en todas direcciones y con un desorden caprichoso. Cuestas, sin cesar; paja, más paja por el suelo, excepto en los sitios donde las rocas asomaban lo mismo que arrecifes. Y como la molida paja de las calles se debía a que en este tiempo recogían la de las eras, Esteban, pilotado siempre por aquel barbero enjuto y tuerto, veíase a punto de naufragar en los montones que cogían de lado a lado. Las casas permanecían cerradas, ahogando de calor a los vecinos, o abiertas al dichoso amarillo tamo que nada dejaba de invadir, pues desconocíanse en las puertas y ventanas los cristales. Un día de viento, había sido para el pueblo un insoportable e incesante torbellino, que lo tuvo envuelto en polvo y en doradas nubes hasta por lo alto de la torre, de cuyo campanario sin campanas, hendido por un rayo tiempo hacía, huyeron sofocadas las cigüeñas.

Felipe Trigo, El médico rural, cap. III

Textos

Clases, corrección, tiempo nublado...

Felipe Trigo, Gonzalo Sobejano, Unamuno (Del sentimiento...)---

Poco más---

3 de febrero de 2010

No escribes

Me preocupas. El mundo es frío. La vida, difícil.

Al hilo de Calamaro, otra versión. UB 40.

Lo mismo, pero en otro. Estopa!

Ítem más. Pastillas para parar.

Antikantiano, anticristiano, antiplatónico

La verdad no garantiza el bien: ni en calidad, ni en cantidad.

Maquiavelismo: apoteosis de la utilidad. Pronunciamiento descarnado por la mayor felicidad, mendaz.

Las noticias de Antena 3 TV

Una entrevista, en inglés, a Penélope Cruz, renominada al Oscar (que ya ganó el año pasado). Gloria a Dios en las Alturas. Me siento orgulloso de ser español y de ver que hay compatriotas que han triunfado. Que incluso son capaces de hablar en inglés sin signos de trampa.

Por otra parte: Starsky & Hutch (sí, ellos mismos; en versión españolísima, naturalmente) en Almánjayar (Granada City). Alabado sea el señor, de nuevo.

Vicios privados, insociable sociabilidad, dialéctica de la Ilustración

Vico, comentado y citado por P. Lafargue (en El método histórico):

Vico piensa que el hombre es el motor inconsciente de la historia y que no son sus virtudes sino sus vicios los que constituyen sus fuerzas vivas. No son el desinterés, la generosidad y el humanitarismo. Sino "la ferocidad, la avaricia y la ambición" las que crean y desarrollan las sociedades; "estos tres vicios, que pierden al género humano, engendran el ejército, el comercio y el poder político -la corte- y como consecuencia el valor, la riqueza y la sabiduría de las repúblicas; de manera que estos tres vicios, que son capaces de destruir al género humano sobre la tierra, producen la felicidad civil".