30 de junio de 2021

 Hay quien cuenta el tiempo por la cosecha, y se extraña.

Es verano, el mar atrae. 

2012, por ejemplo. ¿Tú recuerdas que ese fue un buen año? Que la mies estaba dorada, la viña en sazón...

El mar nos atrae, visto desde lejos, cuando la carretera dobla hacia el pueblo. Azul, blanco.

O fue un par de años después, en día de mercado, para escándalo de los clientes. Un golpe seco, del cuerpo en su punto. El aire hirviente aviva la memoria: como en esa película india, con el campo dorado remecido. El campo: todos. El observador advierte la tosquedad de la metáfora muchos años después. Una proposición es verdadera, decíamos en clase, en el tiempo t de algún mundo posible, y esa será la felicidad de no tener que hablar ya por figuras. A lo cual llamamos dios. 

 Un paraguas en bandolera por las cuestas de J. a fines de junio solo desentona por cuestiones de tiempo. Hace un siglo era un fusil, y no había máquina de escribir ni quirófanos para dar razón del hecho.

29 de junio de 2021

 Masoquismo.

28 de junio de 2021

 Parmínedes de Macolula, teólogo protoconciliar, anota la bizarra (!) teoría de que no existe el pecado original sino el pecado final, en tanto reunión de los errores y faltas cometidos. En todo caso, existe el pecado original como virtualidad del mal futuro, o sea la libertad. Defiende, en metafísica, que el ser es redondo y perfecto, como un gran bolo que aborrece el vacio. Es adversario feroz de Berengario Finesco, antiguo condiscípulo, el cual arguye la muy herética teoría del pecado medio, la cual sostiene que el ser humano, por sus solas fuerzas y sin menester de gracia, es capaz de salvarse con independencia de las disipaciones sumadas.

 Publicar un libro de poesía después de los cincuenta...

Un grupo de perdedores discute, en la terraza de un bar, sobre las ventajas relativas de la colonización española. Quien les escucha, un perdedor también a su modo, está de acuerdo y aun piensa que este género de vida tiene algún futuro. Promesa, utopía, sueño de la lengua. La Portugal de Pessoa y de Cristiano ha caído ante la Bélgica de los tataranietos de Leopoldo. Hace nada que exponían a los niños africanos en jaulas, como una curiosidad propia de entomólogos, no sé si me entiendes...

La joven de la niña planea para este miércoles, aunque  siente un poco de vergüenza, quizás la presionen demasiado...

Quién calla escribe. 

27 de junio de 2021

Quien calla, quizás cosecha. 

26 de junio de 2021

 Sorman. Waugh. Vueltas mentales a cámara lenta. 

25 de junio de 2021

 ...es absurdo blandir el epíteto de "fascistas" como un revólver bajo la nariz de los adversarios de uno. Era ya absurdo en los años 30, cuando los comunistas trataron a liberales, conservadores y socialdemócratas de fascistas; así fue, recuerda Nolte, como crearon las condiciones para la toma del poder por parte de los verdaderos fascistas. (G. Sorman, 1991)

Contra el valor del trabajo

...es muy tonto, pero muy trabajador y esto lo explican bien los americanos: si eres tonto, cuanto más trabajas más lo jodes todo.

24 de junio de 2021

 Sobrevivir a los miedos.

23 de junio de 2021

 Hasta en sueños, esa ilusión, aparece la culpa, hija única del deseo. Si el Otro se interpone, escribe R. G., emerge la violencia como verdad, el momento antitético. Un resurrexit es tan falaz como el sueño. Augustinus Brown.

22 de junio de 2021

 Hay una línea férrea Girard-Canetti, que concluye en la reacción.

Las vías de H.

 Opinar de lo común me parece idiota. Pensar es imposible.

21 de junio de 2021

 Finales de curso. 

20 de junio de 2021

 Waugh, ¡Noticia bomba! Presuntas picaduras. Aires derrotados. 

19 de junio de 2021

18 de junio de 2021

 L'hasard. 

17 de junio de 2021

Acuarelas

 Una marina, no. Lo que se ve desde el final de la calle es una parte del monte y la cruz de hormigón arriba. Así que la cruz es un lugar más para ser mirado que para mirar.

Nunca me había sentado ahí, a salvo del tráfico, entre idas y venidas del sol en estas jornadas de clima indeciso.

Pintar con palabras: para eso están los lápices comprados. Pero pintar es la imagen de otra cosa bien distinta. No el detalle exacto de una cámara hiperreal... Esto no lo quiero, sí la impresión, el signo o la traza... El lado del sujeto, no el del objeto, al que renunciamos junto con todas las otras ambiciones.

Nadie sabe, quizás las acuarelas fijen un instante, el del curso del sol en viajes atemporales atravesando el sur de costa a costa, o el rebrillo del mar desde una barca de pesca por la tarde. Llama a esto impresión, porque no se conocen los detalles. Una marina, puede, pero ahora al final del viaje. O sea, el tiempo.

 La inconstancia puede ser la virtud de los desesperados.

 Morenito de la Iglesia, ciudadano de Ecuador, es torero retirado y pensador ocasional. La dura experiencia del matador trasterrado es fuente muy nutricia de sus cogitaciones. Entiende que la tauromaquia, que él deriva de la cinegética, es isomorfa del conflicto entre lenguaje y ser. Rara vez hay armonía en este juego de palabra y mundo: el orden es pelea. Un doble riesgo atenaza al homo loquens: o se impone el concepto y deshace lo real, o bien ocurre al contrario e impera el silencio. Morenito rastrea estás vinculaciones, que él pondera religiosas, en cadenas bastante inviables de la vida histórica de las ideas.

16 de junio de 2021

Tan solo el campo y una pareja de ancianos

 De lo cual hablábamos esta misma mañana.

Un nublado intempestivo con amenaza de precipitación se veía tras las ventanas abiertas, deshaciendo por un momento el bochorno anterior. La piel lo agradecía. 

-En alguna obra oscura asentó el viejo maestro de la urbe la creencia de que los padres son figura visible de los dioses.-

No lo llegamos a decir, bastante fue entrar en una conversación privada. La hora invitaba, desocupados, meramente ser. 

Lo que sí que fue apuntado en el acta de la memoria es la percepción común de orfandad, el hueco, la falla. Cualquier padre querrá esto para sus hijos, mejor cuanto más tarde: signo de decencia sería. No del hijo, sino del padre: trasmitir esa herencia que consiste en la libertad desolada sin nortes. En el sueño reaparecen los padres, pero es ilusión o falacia, fatua compensación de un cerebro o un alma (a elegir según ontoepistemología).

Quien vuele más que la luz quizás convierta el sueño en logro real. Lo común es saber estas cosas demasiado tarde (lo mismo que la luz o el mar, o los profundos y oscuros significados de la brisa),  y tener que conformarse con el saber melancólico del omnia fugit, los ríos que son, el olvido que vendrá.

Luego, cada uno llevará sus cuentas: esto acerté, todo eso otro erré, así son los cruces de caminos y la debilidad de las almas. (Llevaremos calderilla para las indulgencias: nada de orgullo, entrega pura.) Mucho antes: descubrir el mundo, nombrarlo y deletrearlo, habitar al cabo un lenguaje que registre la indigencia..

No es fácil, después de los cincuenta, poder evitar las lágrimas, tan ridícula humanidad... 

 Lo mismo es torear los lunes, que acertar la quiniela desde detrás de la barrera.

 Jon Arnoldo profesa en la Escuela de G. Siguiendo la estela de Elcano, con no menor ambición, ha circunvalado este mundo, y aun, según se expone admirablemente en la nota biográfica de la Encyclopaedia Universalis, se postuló para un periplo por los otros, fríos, silentes e inhóspitos. Buscó las Indias y las Indias encontró, sin repetir los errores de Colón puesto que iba a cosa hecha y brujulada. Trasladóse después a las Américas, con igual exactitud navegadora. Volvió a la patria, más sabio y sobre todo ello mucho más partidario de la virtud humilde y callada, nada histriónica y que huye de las galas, acicalamientos y prepotencias del ego, al que ha renunciado según proclama en múltiples entrevistas. La verdad nace en el común, proclama, en el entre dialéctico y nunca en el intro reflexivo. El examen autoconfesante contiene in germine la plena alharaca del empresario capitalista, siempre al asalto de la tierra con su faz sombría. Para evitar la tentación ha ordenado que en su entrenamiento doctrinal sus discípulos tornen al vero socratismo: esto es, que la aletheia discurra o más bien emerja, psique volandera y maravillosa, en el tablao.

15 de junio de 2021

 Calor, desidia. G. Ferrero. La memoria son fechas, y no son fechas. La memoria es falta de concordancia en la proposición que la muestra.

On Beckett tb.

14 de junio de 2021

(Talens, Conocer Beckett y su obra) 

 Joseph Gañizu, Kurro, euskárico varón, en verdad vascofrancés, pero ahincado de mucho ha en las ubérrimas amenas comarcas del Valle del A., por la parte donde el río muestra su bella faz hozada y se remansan las aguas, es, sin embargo, esteta. Quiero decir que permanece a sabiendas en esa parcela del espíritu absoluto que el delfín de Copenhague cancelaba como una fase infantil de la dianoia. Discípulo de un discípulo de un discípulo de H. (el primero, el de la decimonona centuria, aquella que vio al corso a lomos de bestia y sin caerse, y transmutó la imagen en centauro), ha dado a la prensa (Gráficas GRU) su tratado Crítica negativa de la negación dialéctica metacrítica. En la línea de Gil Deluxe, véase si es que no su obra Quinientos cerros, pretende un acercamiento novedoso a textos fundamentales de las letras checoslovacas y cosas así. En particular, dialoga en profundidad con la exégesis que Johannes Blu Member practica sobre el conocido relato de Franziskus Quqú, La fama de Epimeteo. Gañizu es docto agradecido y recuerda en la dedicatoria a sus discípulos, que en el turbio verano de ...... disfrutaron del mecanoscrito y aportaron muy útiles sugerencias para su mejoramiento. Aunque en verdad el texto es de una claridad meridiana, per se, quizás no quoad nos, pero dice el Sabio que lo bizarro no se otorga sin dolor. Pero el que no se rinde ya no sale de su arrobo.

 Deshágase la luz, dijo el otro.

13 de junio de 2021

 Desde lo alto de la pirámide se ven las cosas de diferente manera a como se ven desde la base. (F. Crispi, citado por G. Ferrero) 

 Desorden de lecturas, escasa profundidad.. 

12 de junio de 2021

 No sé quién será este Ramón y Cajal, si fue uno o fueron dos, que da nombre a tantas calles de tantas ciudades, hasta yo he vivido en dos de ellas con ese nombre, y soy bastante sedentario y poco representativo. Es una parte de la dirección, ahora que casi no se mandan cartas. Debió ser un varón principal para que alguien haya considerado que merece seguir en el recuerdo de las generaciones.

11 de junio de 2021

 Circo. Lectura. 

10 de junio de 2021

 Escribir un libro de poesía pasados los cincuenta: No es fácil convencer al responsable del negociado, acerca de lo pertinente y hasta perentorio de este asunto.

El libro no contiene las andanzas de un ridículo corresponsal por tierras coloniales inglesas, ni los monstruosos engendros neuronales del autoproclamado rey de la Tierra, el magistrado S. (De S. se ocupó, inter al., F., S.) Su tema es mucho más modesto, pero igualmente pegado al suelo, que es donde se encontraron los libros reseñados. El poema pretende referir, de manera más bien libre, la poca seriedad o la falta de sustancia filosófica del personaje. Su pequeña tragedia es que él no lo reconoce, pero sabe que la impresión es producto de la imagen emitida. Signos malinterpretados en el final de esta era del fuego: lecciones que no satisfacen a su minúsculo, maltrecho, existente orgullo. Ha entendido en el libro sobre M. P. la continuidad desmoralizadora de los signos mundanos y eróticos. Ha entendido en el libro lo que la experiencia acaba entendiendo por sí misma: la burla es el resultado final del processus. El libro es un espejo, negro sobre blanco, donde las páginas son horas. Pero, ¿quién negará al cabo, la utilidad de estas conversaciones, que a costa del desengaño y un poco de desazón o malentendidos, van produciendo la única verdad? Decir que de una herida mana tinta es una forma ramplona de expresarlo. De una herida en el orgullo, y este tiene su sede en el cuerpo, lo que viene después es una atención más considerada al mundo bien estructurado: calles y sol, el tráfico y los transeúntes que huyen del calor y hasta de sí mismos, la cuenta del camarero, y la cuenta propia, como deuda. 

De la ley y de la acción

 La maldad justifica la maldad. 

9 de junio de 2021

De la necesidad de los tutores

 Se conservó el placer de una autoridad a la que obedecer y hasta la nostalgia de un experto que orienta, un poderoso que dispone, un guía que sugiere, un sacerdote que execra, un médico que prescribe, un policía que castiga, un juez que sanciona, un periodista que advierte, un padre que educa. (Baricco, Lo que estábamos buscando)

8 de junio de 2021

Humillados y heridos

 En el mundo de la memoria la frivolidad se entrecruza con los desvaríos del amor. Debió ser hacia el verano de 1995 cuando la mujer del vestido rojo atravesó la puerta. Como siempre, yo me encontraba mirando los espejos de la pared de enfrente. Quiero decir, observando las reacciones de los demás.

...

7 de junio de 2021

Dímelo, Marcel

 En esta cadena no confiamos, claro, porque vendrá la muerte, con los ojos que le convengan, miel o cielo, avisando lo justo, no avisando.

En todo caso, lo que a mí me parece acerca de esto que sostienes, amigo, es que se necesita grandeza de alma para encontrar la felicidad en una serie de errores. Un error es el juicio del tiempo, ejercido sobre un conjunto de impresiones. Pretendes que coleccionar esos juicios tan diferentes (ocupan toda una vida, si esta se entrega a la coherencia- a la vocación) produce un juicio final, el que salva. Pero yo creía que esto era en otro sitio, fuera del alcance de la reflexión. (En un futuro lejanísimo que quizás es pasado si es verdad que esto se repite, según estableció el quinto evangelista hace mucho ya.)

Ocupados, más que preocupados. Así nos queremos, se dice, en este presente. A punto de estallar nos movilizamos nerviosos, y damos la batalla a nuestro cuerpo, quizás ocurra al contrario, no te sé decir, en las playas del sur, estos domingos. Miel o cielo, marfil, son las trazas de la perdición, los rieles del error por los que se desliza el aprendiz. Pero pre-ocuparse es lo suyo, lo de cada uno, esta anticipación amarga, una enorme carga que obtura la fluidez de la acción, la risa y la inconsciencia.

Lo que a mí me parece... y es siempre la imagen de un camino que conduce al hostal, a la arena donde los niños corren alrededor de las sombrillas. ¿Seremos nosotros, los de la imagen, de camino hacia una felicidad ya perdida?

6 de junio de 2021

 Nunca aprendemos en los diccionarios que nos prestan nuestros maestros o nuestros padres. (Deleuze, Proust y los signos) 

G. D.

 Tras un sábado algo postmetafísico, en el que la lluvia impedía al hijo de algo observar los perfiles correctos de los castillos y los gigantes, llega el sol, por detrás de los anónimos edificios. 

Ocurre que, por algún sortilegio del enemigo emboscado en esta selva de incertezas, la tríada dialéctica e histórica ha transustanciado en la vera faz de Sodoma y Gomorra, como esa adusta verdad y amargura que queda después de la derrota de los signos: nada nos iba en el mundo, y no me refiero al siglo, sino a los salones y sus homólogos de hogaño; tampoco en el arte que santifica para siempre la explosión de las impresiones (¿esta eternidad se le ha prometido a los pobres?).

Sí, alguien ha hecho de las suyas en esta esquina de las estafas donde los transeúntes pasan de largo, sin pensar. Lo que había, nuestra costumbre, era una materia grave, hasta cuando se jugaba todo a los sentidos (hubo quien contrató el alma a tal fin), y ahora queda esta hiel, como una melancolía mañanera cabalgando a lomos de rayos de un astro tímido: quien no esté dispuesto a dar el salto a los polvorientos museos -se incluyen también las bibliotecas-, quien no esté por congraciarse con la vacuidad de lo aprendido en las celebraciones de esta convalecencia, ese mismo deberá pararse y reflexionar sobre esta guerra total que nos condenó a la extinción. (Sodoma y Gomorra como sustancias, y no solo como relación, como en un palimpsesto en el que desciframos el contenido escondido tras la guía de la materia exotérica. Esto es, el hijo del hombre derrotado por las manzanas que arroja el astuto a su paso. Aquí está el resultado: un saber huero que nadie nos enseñó a manejar.)


5 de junio de 2021

...el Tiempo que habitualmente no es visible, y que para serlo, busca cuerpos... (Proust, citado por Ricoeur) 

Criptoepigrafía, III

 En torno al proyecto de escribir un libro de poesía pasados los cincuenta, se acumulan las dificultades. 

Como ante una investigación que pretenda conocer la situación de la provincia durante el reinado del Hechizado, cuando ninguno de los caminos era seguro y algo se rompía cada día en el interior.

Nada se rompe en el interior, entiéndeme, cuando eres joven y saltas de mar a mar, del norte al sur sin palomas, atravesando en diez horas la península. (Ahora no hay salteadores de caminos, sino una alta carga impositiva, al decir de los políticos liberales.)

Se da la vuelta a la calle, sin girar la vista, cuando ni siquiera se sospecha lo de la estatua de sal ni el riesgo de quedarse a pernoctar en el infierno. Se es joven, un día sucede al anterior y cada septiembre sonoro acaba en el vertedero de los tiempos remotos. Otra cosa son los bosques, relictos, que me siguen inquietando. (La memoria de lo dicho tiene más de maldición que de lo contrario.)

En el otro mundo conocido, desde la torre megalopolitana, la mirada circular descubre el error del filósofo, que limitaba el horizonte a la cuenta corriente de los puntos de vista (lógico, reza el calipso; en un segundo plano Suzanne Vega ha dado paso a Leonard Cohen, o quizás ha sido al contrario).

No. Cuando el pueblo brama queremos a Babel y no a quien ha resucitado (de entre los muertos) no desea hollar en lo alto. Visión total del mundo de abajo es lo que quiere. Así se distrae, en la contemplación de la tierra, en su tensa relación con ella, con un amor que es fuga y presencia (un hielo ardiente, como se dice habitualmente en los discursos que cierran cada año los juegos florales).

4 de junio de 2021

 Del desorden de los días se genera el desorden de las existencias. 

3 de junio de 2021

 En la biografía de Sontag escrita por Moser reconocemos esa humanidad, demasiada humanidad, que polariza la vida del genio. (También, claro, un retrato antonomásico del intelectual, trazado a partes equilibradas de soberbia y lujo parásito.)

2 de junio de 2021

 Vida: cúmulo de incidentes banales, cuyos efectos secundarios no se deben desdeñar.

1 de junio de 2021

 Ironía y cinismo son grados sucesivos de la impotencia, y parientes demasiado cercanos de la necedad.