28 de febrero de 2009

Día del tiempo, sábado

Día de Saturno, día de Cronos









***

Una justificación de la teodicea (es decir, una justificación en segundo grado), de por qué algo en vez de lo contrario, de estar a favor de la vida y resolver la cuestión camusiana, consiste en la necesidad de inventariar la estupidez y locura humanas...

Maneras de leer

Podría imaginarme (lo que representa una de las maneras cartesianas del pensar) en una isla desierta, a solas conmigo y con los libros que llevo a medias (¿dos docenas?, ¿más?), algunos desde hace años y con el propósito mantenido de acabarlos. Excepto en algún caso de supuesta chef d´oeuvre de insigne autor español actual, pues mi masoquismo congénito también tiene límites y la vida ya aporta el suficiente y aun sobrado sufrimiento. Después están los libros que se terminan de leer, frecuentemente mal. No sé si hay otra manera de leer diferente a la escolar de subrayados y marginalia, y la síntesis posterior, tras la recapitulación analítica y antes del comentario crítico personal, claro; todo ello con buena letra y correcta expresión. Cartesiana/mente.

***

Ahora las Memorias de Mosby y otros relatos, de Saul Bellow (Salvat, 1985). El desconocido prologuista sienta dos proposiciones para la lectura: a) la propensión del artificialismo norteamericano a un retorno (¿querido?) a la naturaleza; b) la tendencia del judaísmo a una mirada hacia el futuro, a la esperanza (¿hay algo detrás que valga la pena?). Naturaleza perdida + escatología. Poca mosca más necesitan los filósofos malos para picar.

***

Maneras de vivir.

***

¿Islas urbanas? ¿Malditismo de envase retornable? (Cosa de matrimoniar al cabo con burguesit@s adecuad@s y soportar la infelicidad a cambio de la paz. Pero es mi opinión en forma de piedra sin mano.)

***

Mi ordenador, que es una res mucho más cogitans que yo, me dice de vez en cuando, a la hora de entrar al blog, que el contenido de la página es de dudosa reputación. ¡No lo sabe él bien!

27 de febrero de 2009

Images from La A.

¿Qué caminos puede seguir el hombre?






***

Nuits

von Chamisso

(No Chamiso)

El libro en scribd. Con una introd. de Th. Mann.

Incluso el amo debe tener cualificaciones humanas para ser merecedor de su siervo… El señor tiene que tener sus virtudes, sus perfecciones… Cualquier dios, o a la manera de dios, debe convenir en esto.

No es la sombra el alma: o es la sombra nada más que el alma mortal, la responsabilidad de la libertad y la conciencia en un cuerpo… La posesión de un espíritu, no el inmortal o religioso, sino como un ornato, como lo de ser un homme d´esprit.

No es la sombra lo mismo que el alma, puesto que el diablo devuelve la primera (para esta vida) a cambio de la segunda ( para la vida eterna supuesta). ¿Se está negociando el ateísmo, a través del planteamiento de un contrato imposible?

El diablo no las tiene todas consigo, debe forzar persuasivamente la situación. Filosóficamente incluso: como cuando acompaña a Peter Sch. en su periplo de fuga (¿final?) a través de la montaña (= abandono de la sociedad humana) y le coloca un sistema metafísico bien cimentado, a la manera cartesiana o idealista, que a Peter le parece un castillo en el aire, una telaraña sin alma...

La sombra, la fama. La honra, quizás. El nombre...

Un divertimento en torno a esta X que hay que despejar, un trabajo en el que cada cual, al proyectar su interpretación personalísima, se declara en lo que es, y proyecta... su sombra, la propia. ¿Por qué no va a ser la interpretación luz, por humilde que sea?

Sigo con mis empeños...

... fotográficos, que no tienen pretensiones ningunas (como yo tampoco las albergo con respecto a nada). Salvo, puede, que la de difundir graciosamente un curioso premio que mi pequeña ciudad, y otras, ha establecido para fotografías de espacios rurales y la flor del almendro (no estamos en Japón y aquí no hay cerezos; no hay muchos).

***
***
(Stendhal, Descartes)
Si por un momento tuve la intención de presentar yo mismo algunas de las imágenes que van surgiendo a lo largo del camino, en seguida se me pasó la querencia. Soy demasiado inconstante y asocial. Mi superficialidad me impide tomarme en serio nada.

Cualquier día...

... encontraré un reproductor de dvd con el que pueda terminar de ver El intendente Sansho de Mizoguchi, mi segunda película en tres años (en casa, por supuesto, que soy asocial). La tecnología que uso me da la impresión de estar en el territorio de Brazil (otra película). Estafa y chapuza muy postindustriales.

Sueños pesados...

... , lúgubres, delictivos incluso, de anulación personal. Significando culpa o crisis.

(Menos mal que cualquier descripción que hagamos de la vida psíquica, con mayor razón si se está en presencia de la vida onírica nocturna involuntaria, aparece mediada por las imágenes cinematográficas. Esto es, por un lenguaje hecho en todo y en parte ad usum industriae. Por lo que nuestra descripción de la vida mental, consciente o no, habrá de revelarse falsa.)

26 de febrero de 2009

Game over

Se puede permitir la frivolidad quien casi todo lo tiene perdido. Cínico, quien en alto pedestal ha tenido la moral.

No pueden engañarnos las máscaras sonrientes, los juegos verbales: los errores cometidos han sido muchos y el perdón no nos vale. Vivimos sin perdón, paganos hasta el fin.

Promises

Yo, un ser sumiso, hecho para columna de luces ajenas (así se oculta el consumo proscrito de tabaco), me obligo a leer la crónica de Peter Schlemil de A. von Chamiso... un libro que no quiso salir, dicen las cartas del principio...

Veré si consigo extraer algo en claro de esta historia de la sombra perdida.

En sus puestos...

***

Con lágrimas y temblor, arrobados por tanta novedad y belleza, el hombre romántico representa un magnífico papel de observador: a los demás seres no les extraña esa demoníaca conversión de la materia en energía que propician los artefactos técnicos. No lo son, todavía no, las comodidades del diablo de las primeras páginas de P. Sch., pero la sorpresa me parece que debe ser la misma que la que nos inducen los rascacielos, las autopistas y las vertiginosas máquinas lógicas en las que dicen que se escribe en tiempo real, a velocidad de Einstein.

...

Con el libro por la mitad, no puedo saber lo que es la sombra; ni si lo perdido o vendido es el alma, o son más bien los actos que en conjunto denotan la responsabilidad de una vida única.

Quien ha perdido su sombra, en cualquier caso, ha ganado (valiente ganancia!) un motivo de preocupación y de angustia. La sombra le protegía. Habrá enfermado, quizás. Quizás haya perdido la fuerza para seguir adelante...

Su mal no tiene nombre (casi se podría pensar en una mancha infamante, en una vergüenza), pero es visible y le margina...

Una herida, nada...

Hubo un tiempo...

... en que se practicó la sistemática demolición de los sentimientos, el anonadamiento de uno...

Fue justo que ocurriera así, que se bebiera de la hiel con la que se retribuyen los actos injustos...

Pasó ese ciclo... Se consideran los asuntos según un punto de vista más distanciado o económico. De ganancias o pérdidas. Así debe de ser.

***

Puesto que tengo que explicar Kant, aunque no conozco muy bien cuál es el objeto de esa explicación, me llama mi atención el concepto de una "dignidad de ser feliz". Es grande Kant, el que más, pero tomado al pie de la letra, como consejas de madres buenas, esto no es más que una pavada pequeñoburguesa, muy lejos de la moral heroica y protonietzscheana de conservar la vida a pesar del dolor, como diciéndole sí al dolor (parte del todo vital)...

25 de febrero de 2009

¿Philosophischen Interpretation?

(La flor del almendro)
***
Sombra y realidad: se supone la realidad tras la sombra.
En lo que hacemos, por mínimo que sea, tenemos que pensar. Lo que no nos hace felices, sino humanos. Pensamos en nuestro cuerpo, en la sombra que proyecta, en lo natural que destrozamos para servirnos de ello, en lo artificial.
Una tarde una caverna y la salida: con tal de llevar la cámara a cuestas. La hipertecnología nos devuelve a Platón, a la conciencia del platonismo.
¿Aparecen las intenciones en el platonismo? O sea: el porqué del paseo, de querer fotografiar y conservar imágenes, etc.

Mal cuerpo...

... , mala conciencia, aprensión, molestias precordiales, ansiedad...

A veces comprendo lo que leo de Wordsworth, pero no lo que leo de las Odas de Ricardo Reis pessoanas... ¿Traductor? ¿Mis quasi nulas entendederas?

...

En mi mente deslavazada no cabe ahora mismo una explicación inteligible del formalismo moral kantiano... con lo cual las charlas de café pierden mucho... de su absurdo matinal...

En una edición que me merqué de la Fundamentaçao, este último weekend en la vecina ciudad de M., viene -en el sesudo póslogo de M.G.- una cosa que me ha llamado la atención: el deber que tiene cada uno de conservar su vida propia, como un caso de deber perfecto hacia uno mismo (condena moral del suicidio y, eentiendo, de la eutanasia). No es que no lo supiera, que en parte soy gente leída, sino que al verlo así dispuesto en un cuadro de doble entrada (perfecto/imperfecto; hacia uno mismo/hacia los otros) he tenido que pensar en qué lamentable opinión podía darse en la cabeza del gran Kant acerca del disvalor de la vida para que su conservación haya de trocarse en seña de heroísmo inhumano, mirando ya a la lejanía del pronunciamiento de Schopenhauer, al nirvana o lo que sea como telos...

...

Luego está la muy importante cuestión de la unidad trascendental de autoconciencia, de la síntesis unitaria y apriorística (apercepción) que condiciona el edificio entero del sistema de los juicios y de la experiencia posible... muy importante también para la reconversión industrial del país...

24 de febrero de 2009

Si un año...

... un joven, entre las páginas de un libro un pétalo...

Patadas a seguir...

... , nada más que para seguir dándolas:

W. Wordsworth (1770-1850): rabioso romanticismo inglés.

John Ashbery (1927- ): neoyorkino.

***

Volvemos a lo mismo:

El Preludio de W. W. pertenece al largo periodo de la postilustración; al intento de una superación de la antinomia provocada por la caída de los dioses en la nación secularizada. Del árbol seco dos ramas, también secas, salen: el formalismo moral kantiano, por un lado; el inmoralismo radical sadiano, por otro. Esto último (la escisión de la conciencia entre un bien y un mal que son de raíz), que suelta uno en las conversaciones frívolas del café de la mañana, algo de verdad debe de tener, digo yo.

W. Wordsworth

Preludio: autobiografía poética de un poeta de la misma añada de Hegel. Romanticismo en la era de la máquina. Ahora estamos en otra era.

No comprendía casi nada de lo leído. Quizás ahora un poco más. Qué más da! Don´t worry!

***

La alegría nos hace leve el tiempo. ¿Debemos pensar que algo se nos escapa? Quizás haya algo de falso en la selección de impresiones que practica el ánimo cuando decide estar gozoso...

Alegría: un río rápido, claro y cantarín, no demasiado caudaloso ni ancos. Antes de las heladas. Ya no es invierno. Llegarán los inviernos.

23 de febrero de 2009

¡Qué gran alegría...

... no tener que entretenerse con preocupaciones estúpidas!

Curación? Soy demasiado escéptico –de mi propia persona.

Zinephilía

Intento, por mi cuenta y riesgo, ver mi segunda película (dibujos animados aparte) en tres años: El intendente Sansho, de K. Mizoguchi (1954). Comprendo, ya empecé a comprender ayer con El prestamista de S. Lumet (a través de las bellas, incluso bonitas, imágenes del inicio que contrastan con la dureza y las lágrimas de después), que puede existir verdad filosófica en un género híbrido como el cine: que el beneficio del capitalista productor no tiene por qué obstaculizar la reflexión sobre la existencia. Tampoco Gutenberg eclipsó la poesía, sino que hizo que el sol apareciera por muchos sitios. También la internet nos permite no callar.

...

De repente las imágenes han perdido su orden. No pasaba en la película sino en mí: me estaba durmiendo. Así que dejo la chef d´oeuvre mizoguchiana para esta noche, a ser posible…

Ps. Vi una edición en dos discos (el segundo de ellos explicativo) de La regla del juego, de Jean Renoir. Con eso y con los textos trouvés que je trouve, espero que sabré comportarme como un hombre y disertar sobre la película después de contemplarla, una vez que me haga con ella.

Hablando del título...

... de Lumet, El prestamista, me parece que se quiere dar a entender eso, que quien ha soportado una gran desgracia, un crimen mayúsculo, el terror político más infame, ése no puede esperar ya otra cosa en su vida, sino que queda marcado para siempre. Podrá cumplir con las leyes de los hombres, pero la piedad estará muerta en él como una fuente seca. Incluso podrá repetir en los demás, en esa misma zona de los márgenes sociales en las que él, el profesor, fue puesto por una canalla ideologizada, no lo que hicieron con él, porque no es nada más que un individuo y además solitario, que no puede realizar tanto mal como un Estado que tiene su norte de acción en el crimen legal, sino una parte, la que tiene que ver con la frialdad y el dominio y con la incapacidad consiguiente de establecer relaciones cálidas.

¡Qué de problemas...

... absurdos nos tenemos que inventar, como si ya no hubiera bastantes!

22 de febrero de 2009

Sidney Lumet

(El prestamista)

A quien le ha sobrevenido la mayor de las desgracias quizás no le espera más que vérselas con los márgenes sociales de la gran ciudad; y conducirse con respecto a ellos igual que antes se condujeron con respecto a él los amos. Entregado a una soledad sin salida, no se ve que él pueda prestar otra cosa que su dolor o su vida.

... La vida de otro: hacia el final comprende que su propia existencia vale, que la gracia que no le alcanzó entonces le viene de donde menos se lo esperaba y demasiado tarde.

Sándor Márai, Diarios 1984-1989







Esta tremendista anotación de un octogenario nos tiene que llamar la atención entre las páginas conmovedoras que el escritor húngaro dedica a la enfermedad y muerte de su esposa, que no somos capaces de leer sin un nudo en la garganta. Entre los primeros desiderata del lector está la publicación de las entregas anteriores de los Diarios de Márai. Anteriores a estos "años finales" que ha recogido la editorial Salamandra, "descubridora" en la España reciente del escritor.

De safari








***

En esta casa vivió antes, durante y después de la guerra; desde que era niña hasta mucho después. Él, el amo, escondido durante la contienda. A ella le preguntaron si (él, J.) tenía armas.

Misantropía

(Oído)

No soporto el carnaval: la oportunidad que se le concede a la zafiedad, a los individuos más señalados de una especie per se maleducada, de mostrarse en su extrema pureza, aprovechando el disfraz y la oscuridad. Comprendo la indiferencia pessoana del par. 228 del Libro...: porque yo, no creo que esté solo, no pretendo otra cosa sino que me dejen tranquilo.

Paralelismo

El paseo que se da en los márgenes del río, y de lo permitido, pasa al sueño horas después. Allí la moral se hace escuchar, en su manera pura de miedo. Pues lo no permitido no debe ser visible para aquellas personas con las que contratamos.

Cuánta prosa de la vida nocturna (no se sueña con mariposas sino con las disposiciones del código civil) para sufragar las deudas de los días cobardes!

21 de febrero de 2009

El prestamista

Hace cosa de dos años más o menos (no lo sé exactamente, tendría que mirar en las entradas de este diario para ver si lo había consignado) decidí dejar de interesarme por el cine por razones diversas: la verdad es que no entendía las películas; que el cine me parecía, y me lo sigue pareciendo, como un arte mixto, demasiado contaminado de industria aun en sus mejores representantes y obras; y también que las películas me recordaban demasiado a las complejidades de una vida a cuya altura yo había estimado que no podía estar. Hoy me compré este título de Sidney Lumet, esperando a ver si consigo alguna de esas buenas impresiones que pese a todo me han dado algunos títulos.

Además: una edición del Discurso... y las Meditaciones cartesianas en un solo volumen (Tecnos), otra de la Fundamentación... kantiana en la misma editorial, con los comentarios de Paton. Un estudio de Marion sobre las Regulae. Libros departamentales. Para mí el Autorretrato... de John Ashbery (Visor). Libros todos ellos exquisitos, claro.

***
Otra cosa: pánico en el equipo nacional polaco (el mío); pánico doble, o infinito, porque el RM juega bien y golea. Virgen santa!
Pánico, no. Terror absoluto. Crisis. Debacle previsible. Desolación. Negrura. Etc. (Yo esto me lo veía venir.)
1-2 (21:25). Bufff!

Estadios de la indiferencia

(Pensado)

Lo peor: hablar contra una pared. Que son ellos, que somos nosotros. Actúan ellos y somos pacientes; lo hacemos nosotros también. Intercambiamos sufrimiento, frío y mentiras. Así va la economía de los seres.

(Escuchado o pensado)

Un amor que no te cede el cuerpo parece humanamente incomprensible, comprensiblemente inhumano.

(Leído, en una antología de Pessoa/Álvaro de Campos, este poema sin fechar que contiene una verdad intemporal acerca de la propensión a las excusas)

20 de febrero de 2009

No obstante...

La subversión del tedio.

Asimismo.

En verdad el lenguaje puede ser mirado como la ciencia de los disfraces. Y la filología como la prohibición gubernativa de los carnavales.

Organismos críticos

Qué estrés, por Dios!

... Paz, tranquilidad: a las puertas del paraíso está la señal de que no se admiten coches.

Heterocríticas

La entraña del concepto. Vernunft/Dichtung

Pues sí. La idea constituye un deseo sublimado, y el filósofo pretende ser el poeta de estos asuntos. Un poeta que mira hacia arriba; la inercia del cuerpo es hacia abajo.

Es verdad. Las palabras son herramientas wittgensteinianas desechables... Los hechos no tanto, sino que son muy brutos. Digamos que la filosofía sublima (denominándolo ciudad ideal, o locus amoenus) uno de los caminos que puede tomar el cuerpo (instinto), que también puede fabricarse su propia filosofía (ideología)... No lo sublima, sino que lo suprime o lo rectifica. Intenta bloquear la comisión del crimen posible...

Dolor de cabeza.

...

Contando ya con que cualquier acto lingüístico, por sacrosanta que sea su intención veritativa, implica ya una forma de poder, al ejercerse como un derecho de inclusión y de exclusión (de lo que es verdad frente el error, del ciudadano frente al extranjero; etc.); contando con que la razón, aun en su forma mítica, va de la mano con la violencia; que razón y lenguaje son monedas con cara y cruz (¿cómo no iban a serlo, dada su condición simbólica?)... la tentación de la inocencia, que procede como un deseo de retornar de todo eso y reintegrarnos al paraíso, no solamente puede verse, negativamente, como un callejón sin salida, sino que muy positivamente admite una interpretación inhumana y deshumanizadora.

Así el lenguaje poético de nuestro bienamado Nietzsche. Cuánta verdad en el ser viviente que se dice contra tantos siglos de conceptos! Alegría enloquecida de mañanas o de mediodías, también de tardes que se aceptan para que nazcan días nuevos. Pero, por otra parte, quien se sale de las reglas de la normalidad (?) racionalista ha de contar, inteligencia prospectiva no ha de faltarle, con los intérpretes venideros de su pensar, amantes a su vez de la regresión y de los instintos canallescos...

19 de febrero de 2009

Sobremesas cartesianas

(Colegiales)

Entre no ser y Dios, el hombre; entre la ignorancia y la omnisciencia, el ser que duda, un conocimiento roto por las incertezas. En esta línea platónica, con el brumoso de omnia dubitandum despejado por el rayo matemático envolvente, con la claridad súbita alcanzada, ha salido disparado el sujeto hacia lo perfecto, ha llegado a él y ha vuelto a sí mismo a tapar los resquicios de la obra. Error.

Cimentó el edificio teológico en una verdad primera firmísima y ahora quiere excavar la tierra para apuntalar esos mismos fundamentos. Así se tiene que caer toda la construcción, o quizás es que no se pueda comenzar nunca. Cuánto mejor hubiera sido dejar la base firme y encontrarse después a cielo abierto, sin necesidad de garantías ni de garantes buenos, a fin de que cada uno juegue y construya. Que el cógito ceda su lugar al volo del niño.

¿Algo así sostiene Heidegger que sucedió? ¿Lo puede sostener Wittgenstein: ego loquor?

***

Noches epicúreas.

***

Noches impuras (es decir, ausente la reinen vernunft).

Krinein

No me parece sencillo tener claridad en los razonamientos con esta bruma envolviéndome la cabeza por dentro y por fuera.

Como tampoco me parece sencilla la ecuanimidad cuando muchas cosas realmente valdría la pena que uno las mandara, sin demasiados escrúpulos, al baúl de los recuerdos (por no decir otra cosa).

En algunas conversaciones privadas, más escritas que habladas, el yo se sostiene a sí mismo como persona seria y de principios. Si el rayo (el mensaje que se dispara) refracta o pasa de largo, eso no lo he de conocer yo muy probablemente; me interesa más que se refleje y me permita conocerme a mí mismo, en alma y en cuerpo; sobre todo con el dolor en el cuerpo que produce la amargura y la tranquilidad de la conciencia.

En días difíciles...

... decimos cosas que no terminamos de decir.

¿Qué claridad habríamos de esperar de esta luz turbia que se ha ido posando a lo largo de las horas? De esta pesadez de la carne y de los huesos que ha ido anidando en el fondo del alma.

Solamente la genialidad de F. Pessoa y W. Stevens. La de Pessoa casi siempre; la de Stevens, a veces. Será que no lo entiendo en ocasiones. Al portugués se le entiende siempre, como (a) un clásico.

18 de febrero de 2009

Kantismo, supongo

Si tu conciencia se queda tranquila, lo demás te sobra. Si arde Troya a pesar de todo, te tendría que resultar indiferente. El alcance de tus acciones suele ser mucho más limitado.

Aunque me parece que Kant nos prohíbe esta fácil recaída en la inclinación subjetiva, esta propensión al contento vacuno.

Me aclaro que lo que yo no soportaría (pérdida del sueño y/o del concepto propio) es la resolución de conducirme en un acto particular teniendo yo la certeza moral de que estoy siendo injusto a sabiendas. En este punto la firmeza o constancia en las decisiones, tal contenido prudencial cartesiano, tan útil en general, me parecería directamente inmoral.

La aplicación de los principios (morales) duele. Duele el cuerpo que se va minando. Más dolería la vergüenza que se tendría que manifestar antes o después, bajando la cara ante los jóvenes. Bajando la cara ante los padres y la madres.

No nos pongamos trágicos ni trascendentes. Digamos la palabra "decencia". tan burguesa y gris. Tal virtud, de falsa apariencia sexual, nos prohíbe afirmar la constancia y/o firmeza cuando no existe en nuestra conciencia personal el convencimiento moral de la rectitud de la acción correspondiente.

¿Esto nos hace felices? No. ¿Nos hace más sabios? No. ¿Mejores? No. Hacemos tanto daño que no hay libros ni memorias para recordarlo. Nos hace dignos de presentarnos cada mañana delante del espejo, o que podamos salir a la calle. Yo mañana podré salir a la calle. Aunque haya hecho el ridículo el día anterior, o esté completamente equivocado en mi descripción de la realidad. Es lo que cuenta.

***

Ego volo, ego sum. Nietzsche, supongo.

Herror

Constituirse uno mismo en la mano de obra de los sentimientos de otro, en el instrumento de su autoestima.

A costa de nuestra propia valoración...

17 de febrero de 2009

Intimidades

a
b

***

Realismo práctico, o de las obligaciones burocráticas y la m... que...

Tirar por la calle del medio:

-Tener claro el fin.
-No tener claras las circunstancias (los hechos someros).

Lo que decía: tirar por la calle del (justo) medio o mal menor; echar por la senda de los medios (menos malos).

Lo cual pasa a través del lenguaje y del conflicto, de la negociación y el consenso. Pienso o creo.

Decidido (según la 2ª, la 3ª y la 1ª cartesianas. En este orden.)

Se me acumula el trabajo

Los blogs.

S. Márai.

D. Kis.

Pío Baroja.

Descartes.

La vida.

La poesía.

Etc.

Se ha renunciado...

... a la voluntad pura, a la voluntad santa de tan perfecta. En una sociedad orientada al dinero los pobres no podemos más que ser objetos de desprecio y algo de rencor que asomar finalmente por las ventanas de nuestras almas, en lo que decimos y en lo que hacemos.

Las valoraciones éticas se superponen a los acontecimientos del mundo. Hemos decidido que ocurra así: que la coloración de la perspectiva peculiar se añada al diseño en blanco y negro de los acontecimientos. Que cada uno se sirva la interpretación que mejor le conviene a su salud física y a su estabilidad mental.

No tendría que resultarnos demasiado difícil encontrar un muestrario de argumentos adecuados para aquellas elecciones dudosas que hemos efectuado en el curso de las acciones. El fin legitima lo que sea.

La vergüenza personal, el espejo en el cual yo –cada uno- me contemplo por dentro no debe considerarse sino como una superstición correspondiente al tiempo en el que se creía en la existencia de las almas.

Nosotros somos sujetos hipercríticos. No nos hemos hecho todavía dueños de nuestras vidas, no hemos garantizado al conatus una persistencia real. Pero estamos en camino, deshaciéndonos de espíritus hostiles, de entrañas en exceso sensibles, en la senda de convertirnos a una frialdad de la existencia que ya no necesita las valoraciones, ni aunque estén meramente superpuestas.

16 de febrero de 2009

Sociedad

(Últimas noticias)

Alguna vez se considerará que el sentido innato de la justicia se conserva con la metódica aplicación del condicionamiento skinneriano. Con otra cosa, no. Esto es, que hay una bondad connatural que nos lleva a ser buenos, pero algunas veces hay que recordarlo. Por las malas.

Por otra parte se construye el acontecimiento, incluso el duelo, rasgando la intimidad del único duelo real: el de la persona al margen, a solas con su tragedia.

Recomendación

Para lectores borgeanos:

Enciclopedia de los muertos de Danilo Kis (en Acantilado)

***

La conciencia hipercolesterolémica, o de los peligros del amor (del corazón, quise decir).

Persistencia de la memoria

No puedo salir de lo mío, del miedo...

Lo bello y lo bueno asustan.

***

Tangencialmente:

En El árbol de la ciencia barojiano la fealdad, la turbiedad y el dolor, también lo indómito de la vida, caracterizan la realidad contraideal.

Contra esa realísima descripción (los seres píos harán un gesto de asquito y dirán "naturalismo") lo claro y bello, el placer y la armonía.

***

Nada que ver, erudición escolar, tópicos y/o simbolismos de los de no tener la enciclopedia a la mano y de tener -yo- mucha ignorancia, aunque hoy acerté:

Triángulo:

-imagen geométrica del ternario
-equivale en el simbolismo numérico al 3
-su más alta significación aparece como el enblema de la Trinidad
(Fuente: J. E. Cirlot, Diccionario de símbolos, Círculo de Lectores, 1998, p. 452)

***

La grosería debe ser atajada y atacada desde el principio: el adulto que la comprende ya no tiene remedio. Es un demagogo sin salvación. Al cual solo le corresponde el desprecio y/o la indiferencia.

15 de febrero de 2009

Un ser frívolo...

... que sufre, puesto delante de la responsabilidad de sus acciones, aunque éstas consistan en los invisibles pensamientos y sentires, aguanta, menos que nada quizás, la literatura concebida a la manera de las belles lettres. En francés, menos. Doblemente humillante.

***

La literatura-verdad, aún se cree en su posibilidad, porque se la necesita, emerge, como cristal de evidencia, de la locura interior...

Auto/psicogramas

Si todo el sufrimiento, todo el sabor de la angustia paladeado, y más que eso: degustado a sorbos cortos y continuados por el espacio y tiempo de los días; si la soledad querida, el frío por fuera y el calor insoportable de la sangre por dentro, que no tiene más remedio que ser algo dañino para la salud; si esta constelación absurda nos hiciera por lo menos buenos, porque no hay motivo para pensar que queramos el mal, solamente que deseamos el bien erradamente...

Pero, luego: el temor, después del miedo ansioso a saber, a leer, después de tanto, el temor de que el asunto quede en el más espantoso de los ridículos. Pero una cosa terrible, no una cosa sino su idea, nos produce una nueva dosis o sobredosis de angustia: que de la risa de las gentes seamos capaces de extraer bellas proposiciones elementales del sufrimiento.

¿Hasta qué punto se puede soportar la angustia y quererla para escribir? ¿Esto parece razonable? ¿Beber la hiel como delicia? No. No lo es.

La vida demediada

Dos viejetes, de 72 y 83, entre ellos meros conocidos de toda la vida pero sin mayor intimidad, se han contado esta mañana sus vidas. Sin vergüenza y como si ya estuvieran fuera de ellas. En parte será cierto. Han recordado años pasados, amigos muertos, su tiempo de milicia (uno en las Baleares y el otro en Ferrol), mientras se convidaban mutamente a ponche y café. Unos cuantos han caído. Allí los he dejado, yo que he tenido una oreja en su conversación y otra en mis servilletas emborronadas. Algo me ha llamado de verdad la atención. Han repetido solemnemente en varias ocasiones la misma expresión, 'los años partidos', para referirse a sus vidas ya idas sin más. Lo hacían sin amargura, con gallardía u oficio; se reprochaban el haber vivido sin haberse dado cuenta de ello. Los años partidos es algo que a todos nos ocurre, y no tengo claro que saberlo ahora ayude de mucho. Igual hay que avenjentarse de verdad para adquirir esa mansa sabiduría que nos permita asumir sin más que la vida siempre, siempre, se ha ido. (egoficcion.blogspot.com/2009/02/domingo.html)

El árbol de la vida

Una cierta manera de ver las cosas:

Frío, soledad, cobardía...

A fuerza de hipócrita la fealdad se te acaba esculpiendo en la cara, y el alma se te pudre.

***

Un viaje absurdo, por mi impremeditación. Sí: inventamos palabras que corresponden a la esencia negativa de nuestras acciones.

***

¿Qué es lo que tendrá la química cerebral, que un breve contratiempo, que no tendría que significar nada de importancia, considerándolo con una perspectiva adecuada, nos baja de nuestro pedestal de hombres y nos abisma en el desánimo? Esto es, que el desánimo representa una propiedad emergente, no hace falta decir, que indeseada, de unas reacciones químicas incontroladas o incontrolables.

Aparte del terror pánico a lo que nos digan.

...

Me reafirmo: pocas cosas nos acaban desesperando tanto como los pequeños asuntos de la intendencia (doméstica o pasional). Sería preocupante si no fuera porque saberlo ya implica, por lo mismo que se re/conoce, comenzar a relativizar.

Más que nada: porque la realidad no contiene valores, porque éstos son etiquetas que les super/ponemos nosotros a los hechos en bruto. ¿Nos sobre/ponemos a ellos?

Pero vivir significa crisis.

14 de febrero de 2009

Ocupado parte del día...

... en una tarea adecuada a mi nivel intelectual: una tarea que no exige ningún nivel intelectual en concreto, pero que a mí, es que soy de veras un enfermo, me da que pensar.

No digo más, y no hay que pensar, por otra parte, en conocimientos que no pueden tener los niños pequeños.

***

Me gustaría escribir sin conocer las respuestas. Cosa como de perdidos al río. Pero esto que sé, que me gustaría escribir sin conocer las respuestas a mis preguntas, no me da mayor facilidad a la hora de, realmente, ponerme a escribir. Porque antes de escribir uno es igual de malhereux. Tú ya me entiendes.

***

En uno de los poemas de la antología pessoana de Álvaro de Campos (o a la inversa, si la heteronimia es reversible o negociable) aparece el desierto como realidad última de la ciudad que se erige encima; esto es, la angustia, el tedio, etc. como la verdad última de los seres, por encima o más allá de las etiquetas. ¿Alguien lo discute?

***

Éste es el día de San Ballantines. Una de las maldades que escucho, pues yo tengo un oído selectivo y finísimo para las maldades, es que no están (enamorados) todos los que son (invitados). Evidentemente esto es una ñoñería consumista y una nonada existencial. Pero no deja de tener su aquel el disimulo de la verdadera condición. Lo cual representa una desgracia, metafísica incluso.

Por mi parte, el otro día me encontré en la calle con el Rolls del ricacho pretendidamente indiano, aunque ya no queda de esta gente que nos da envidia y admiramos en otras épocas. Probé, percutiendo con los nudillos, la calidad de la chapa de la carrocería aristocrática inglesa de estos automóviles de lujo, y acaricié además la victoria alada que hace de diana [de diana, no; de punto de mira o mirilla, sorry; creo] para el conductor, con todo el respeto y sin ánimo sexual. Fue una caricia frígida y reprimida, de acuerdo con la legislación vigente, de manera que mi conciencia queda tranquilamente virginal y purísima, con un ph neutro.

No tiene nada que ver lo del día de San Ballantines con la visión mágica del Rolls a la salida de mi bar enmaderado del semisótano en la curva de la Main Street de mi pequeña ciudad. Ocurre que mi existencia, comprendida en sus conceptos, se rige por hechos discontinuos de los que dan cuenta proposiciones atómicas, que representan el alimento adecuado para una inteligencia asintáctica como es la mía (pessoana de tan portuguesa o a la inversa, que lo mismo me da).

***

He llegado a tal grado de pérdida de mi ser (el dasein se me ha ido por los desaguaderos del alma) que hasta los gestos de espontaneidad y cariño que soy capaz de hacer efectivos me parece a mí mismo, con sólo que hayan pasado algunos minutos, que yo no he podido ser su causante. Esto no tiene ningún sentido: sé, pero lo sé intelectualmente, sin carne humana que lo sienta, que esos actos, afortunados o no, son míos, que cuando los hago va mi vida en ello y que, llegado el caso, habrán de constituir un tanto a favor de la salvación de seres desgraciados, el día en que ante Dios solos se encuentren, desnudos, frente a frente con la verdad si es que la hay. Pero mi problema es que mis actos se me desdicen, me abandonan, nada más ejecutados, que cada día tengo que empezar de nuevo, porque no pesan en mi alma lo suficiente como para darme la idea de mi responsabilidad, creándome a la par una conducta consecuente. Ese gesto tan pequeño, debería decirme, fue un humilde acto de amor, absurdo si lo quieres, pero cuando diste ese beso tu vida iba en ello. Qué importa que fuera incomprendido. Al instante habrías podido morir e ibas a su encuentro, el del fin, en paz y alegre. En ese momento el corazón te hizo el día grande, contra lo cual nada podrían las leyes del mundo, ni tu propia miseria y errores, que siendo incontables nada podrían si el día del juicio tú supieras convencer al Que ha de decidir de tu capacidad de amar.

Creemos

Le damos el nombre de Dios al azar de los seres encontrados.

Es así que hemos proyectado nuestra esperanza o nuestra desesperación. Pero de la fe yo no digo nada.

Esta vida automotriz...

... que transforma la caída vertical del tiempo, por el estrecho del reloj (agua o arena), en el movimiento pendular de la angustia, con la forma de una cuchilla que se acerca por períodos y trayectorias fatales a la carne de la existencia, a lo único real.

Quién fuera capaz de pintar o fotografiar esa superficie que la líneas del filo de la cuchilla-guadaña van trazando en el aire antes de irse a la nada! La angustia consiste en esa geometría que va dibujando el tiempo.

13 de febrero de 2009

No sé muy bien lo que quiere...

... decir uno de los fragmentos: tener y no tener, lo que es y lo que se pierde...

Pero todo se me va en una especie de bruma, entre una niebla densa. No me extraña que no lo comprenda.

Tener, ser...

¿Qué significan?

Lo que yo tengo, ¿se determina por sí mismo? Entonces será que a mí me falta algo, porque yo no sé lo que soy...

...

Entre unos individuos de dudosa catadura acodados en la barra sucia de madera del bar del semisótano, un viejo algo chiflado, octogenario, mira al que lee el diario de los años finales de un gran escritor húngaro, Sándor Márai, que son los diarios de un octogenario también. El viejo, que no consume nada, debe pensar que el lector, que soy yo, también está algo chiflado. Será esa la razón por la que parece que me respeta y me saluda cuando va por la calle a deshoras y con frío, con un pijama que no debe abrigar mucho, olvidado por Dios y por el mundo, acompañado nada más que de su conciencia.

...

Ni que decir tiene que los Diarios (1984-1989) de Sándor Márai, ed. Salamandra, representan una lectura fascinante, y la escritura admirable de un octogenario, y de la derrota de la vida. Ya la "autobiografía" de Márai, en esta misma editorial, en dos vols. diferentes, era de obligada lectura. Bueno, nadie obliga a leer nada. Quiero decir que de libros como éstos no te arrepentirás.

...

Ni de El árbol de la ciencia barojiano: la pobre España eterna, que se repite en estos días necios que nos han tocado. Corresponde ejercer la misma acre actitud: distanciamiento; luego, un poco de desprecio y un mucho de piedad para corregir.

...

Pessoa también, que no falla nunca.

Danilo Kis, la Enciclopedia de los muertos: magnífica a trechos.

...

Pero no puedo con tanta lectura tan diversa, ni con el estrés ni con el desorden. La vida nos rebasa siempre, aunque no siempre nos damos cuenta. Días y más días: ¿nos vamos haciendo más prudentes con tantas obligaciones a las que no sabemos corresponder de manera adecuada? Nos vamos haciendo más viejos, más escépticos... Dios quiera que nos vayamos haciendo más generosos, malgrado tantos fallos y errores.

***

Una poesía, un amigo. La verdad.

12 de febrero de 2009

Una intimidad gélida

Una crónica de la depresión, bella y generosamente escrita. Una lista de escritores afectados (o una lista de textos), que son aquellos a los que no queda más que amar. Dickinson, G. M. Hopkins, Dostoievski, Poe, Camus, entre otros.

...

Cuán difícil se me está haciendo comprender este texto. Los párrafos, a primera vista, son iguales que los de otros textos. Pero lo que va entrando por los ojos va dañando directamente el alma. Que ya estaba dañada desde antiguo. Puedo creer, sin mayores problemas, que el desorden y desconexión de las ideas de los fragmentos de la lectura corresponden, con matemática precisión, con el sinsentido del alma del lector.

...

***

El diario y el yo: lo que resta; lo que no vives porque va para escrito; también lo que queda de la vida, lo escribas o no...

42 años (anotación del 11 de febrero)

***

Cuando uno ve que su tontería no tiene remedio, no le queda otra que ponerse a opinar de divinis et humanis.

***

Noluntades.

***

Ningún concepto sin palabras. Quien lo diga, que ponga una tienda.

***

No se escribe bien: se enuncian verdades una vez que no hay esperanzas.

Lo otro se me convierte o me parece política: decir lo correcto, pero ni siquiera en el sentido heideggeriano de una verdad que ya olvida su parcialidad. Más bien en el sentido ultrasofístico de un lenguaje absurdo puesto en el mercado.

***

Estrés: incomprensible realidad. (H)umanidad: especie (h)errada.

11 de febrero de 2009

A la decisión

Nadie te libera: eres dueño de elegir patria si con eso ganas. Dueño de no elegir nada: nunca conocí a quien tuviera que tomar esta decisión terrible de cambiar un país por otro. Yo no podría dejar mi lengua, aquella en la que digo el frío y el calor de mi corazón. Pero es obligación de todo joven la de ejercer su libertad y renunciar. A nosotros, que -quizás, seguramente- nunca estuvimos ahí.

Cartesiana mente, II

Desde por la mañana se me está enfrentando la cosa extensa. He pasado la noche, yo, el alma pura, resguardado de sus daños por el sueño. Si el dios fuera bueno me permitiría pensar que todo es lo mismo: que mi vida es sueño. Entonces no tendría que importarme que me confundieran con un loco, porque la misma vida sería enteramente indistinguible de la sinrazón. Si el dios fuera bueno, y no un hipócrita que atribuye al rival su propia malevolencia… Desde el despertar mi alma quiere huir de su cuerpo y de esas extensiones de mi cuerpo que son el mundo exterior y sus objetos. Ni siquiera sé por qué lo llamo mi cuerpo, si por la noche, durante breves y plácidas horas, he podido estar sin él. Me pregunto por qué no habrá de ser siempre igual, yo sin conexión; llevando la vida de los sueños y un camino de andar agradable. Separado del cuerpo, la luz crudísima del mundo me hace cobrar conciencia del hecho, doliendo el alma por aquello que tendría que afectarle, no he de esperar yo ni orden ni camino directo. Mi camino directo y seguro es el del sueño, el de un relajamiento que habilita mundos confortables.

***

Danilo Kis:

El relato que da título al conjunto, “La enciclopedia de los muertos”, contiene una maravillosa figuración de lo que es la literatura, de su vocación de infinito, de su querencia radical por conservar el todo de las vidas pequeñas y mortales. Como se trata de un relato soñado, del contenido de un mundo nocturno, hará bien el lector en igualar el texto literario con el mundo imaginativo de la vida de la noche. Lo cual es lo que torpemente yo he querido expresar arriba.

***

Je/moi:

Un miedo terrible a leer, porque no quiero que me digan las verdades.

Un miedo terrible a saber...

***

Por la tarde:

Odio de los teléfonos, de sus obligaciones...

***

W. Styron, Esa visible oscuridad: leo lo que puedo de esta crónica del terrible mal de la grisura y la abismación intelectual.

***

Moralidades.

10 de febrero de 2009

Heteronimia

Un ser estrafalario con gabardina y bufanda por la calle, en la mano una bolsa de plástico blanca y en la bolsa cuatro libros:

El Preludio de Wordsworth, un libro que, de momento, no hemos entendido ni el traductor ni yo.

Una visible oscuridad de William Styron, autor también de la novela en que se basa el guión de una película moral, homónima y premiada: La decisión de Sofía. El libro de la bolsa contiene la narración de un episodio depresivo muy grave. Su efecto en mi persona es inmediato, ya con las primeras páginas que leo en un bar de ansiosa urgencia –me pido un café-: necesito un antidepresivo.

El árbol de la ciencia, una crónica de saber y desencanto de un conocido médico que también fue escritor: Pío Baroja. Fastuoso libro que me obligo a leer –pero ya lo he leído antes, claro- para hacerle un guión de trabajo a un alumn@ que tiene que recuperar la muy útil asignatura de Filosofía I.

Una edición conmemorativa y de kiosko de uno de nuestros grandes comics patrios: 13, Rue del percebe. Una obra fundamental de la sociología y la cultura española, que ha de constituir mi alimento intelectual en los tiempos venideros. Por lo menos hasta que se me vaya por completo la cabeza y me decida por la Ph. D. G., para darme un maquillaje prusiano. Pero para eso tengo que perder la razón del todo, lo cual es un acontecimiento probable (la dedicación a la educación secundaria garantiza ese fin de la salud), de manera que los tragos espirituales del no sólo sustancia sino que también sujeto entren mucho mejor.

(Je)

***

Conocí a un trabajador que decía que en su trabajo el más tonto hacía relojes de madera, y el que no los arreglaba. Cuánta verdad!

Los martes, milagro

De repente sucedió: salió el sol de entre las nubes, de lo turbio se escapó la luz y tuvimos que confesarnos. Antes que a nadie a nosotros mismos. A nuestra pobreza, nuestro mayor tesoro. (Amado Léon Bloy! Amado Pessoa!)

Auto/confeçao

Nota: en verdad debería ser Auto/confissäo. Me ha salido un curioso juego de palabras impretendido, no obstante. Casi gregueriesco. Así que dejo el título tal cual. Aunque tampoco es ¨ sino un autre signe que je ne trouve pas.

Realmente no sabemos para qué somos necesarios. Es verdad que sí podemos conocer para quiénes lo somos. Lo cual en algunos casos se lleva mejor que en otros… Saber estas cosas, conocerlas, tener que reconocerlas porque de esa obligación no se puede uno evadir fácilmente (confesarlo y conversarlo es útil, pero no lo definitivo cuando se tiene una cabeza de piedra), todo esto son cuestiones que corresponden a la enseñanza de la edad, a una experiencia que vas acumulando, en la que en ningún momento entre la presunción, sino más bien lo contrario. La claridad sobre las cosas tampoco entra; en todo caso sí la claridad al decir, escribir, reflejar las dudas (y a la hora de escoger sinónimos). Sí –entra- la tolerancia, la flexibilidad o relatividad de las opiniones. Lo que tampoco impide que se adquieran rigideces en ciertos aspectos de la vida y de las relaciones: no me gusta el ruido ni la chabacanería.

...

Cartesiana mente

No sé si es lo que corresponde: convencer a los alumnos de que yo no entiendo a Descartes; de que puedo hacer una narración verosímil o hilvanar los tópicos cartesianos… de una manera superficial y puede que persuasiva, a veces, pero que eso justamente no es profundizar ni ir al problema que el Discurso… plantea.



Supongamos que yo voy por un camino, que pasan los minutos, las horas, y luego los días y los años… que no sé a dónde voy, porque se me ha olvidado o porque no lo he sabido nunca… ¿cómo voy a aprenderlo ahora? Así que cobro conciencia de que soy yo, aquél al que le pasa todo eso que no tiene sentido, el andar sin saber ni por qué ni para qué… soy yo, a pesar de todo y gracias a todo soy yo… Pero, entonces, el método no es más que mi camino. Lo que significa que no me puedo salir de él, que nunca voy a ser otra cosa que esa indecisión mantenida, que lo real no es mi conciencia, sino una x en un cronotopo…

9 de febrero de 2009

Autoconcepto

Altísima estima de uno mismo:

Un excepcional gusto poético. Tan exquisito que no leo más que poetas:

Pavese, Pessoa, Rilke, Wallace Stevens, Wordsworth; y lo que salga, que lo embisto. Rien va plus. Nada más que me falta comprender lo que estoy leyendo. En algún caso también haría falta que el traductor comprendiera lo que está traduciendo.

***

Bajísimo concepto de la especie, en el cual y en la cual me incluyo:

El ser humano es un animal enfermo. La moralidad, la enfermedad de los ya enfermos.

***

Realista concepto del futuro:

Cuando el condicionamiento operante se generalice como mecanismo de control social; y de libertad de los que no infringen las reglas, malbaratando la convivencia, porque como idiotas los consentimos.

***

Pesimismo de fondo. Agnosticismo.

Wordsworth

Desquiciado por la marcha de estos tiempos necios, leo el Preludio de W. W. en la edición salvajemente demediada (por motivos de coste) de la editorial V. Bien. No entiendo prácticamente nada. Tengo la cabeza en otro sitio. De veras que me gustaría a mí que alguien me explicara la trayectoria del crecimiento intelectual de un poeta romántico, en vez de desear mandarlo todo a la ... en estos tiempos misérrimos (a causa de la necedad del principio).

Lapidario

Quien, al no ser un hombre injusto de raíz, no acaba de ser un mal hombre, tanto que se podría aventurar que podría ser un hombre bueno, se lleva todo aquello que pierde en las formas, también aquello que se ha ido dejando en el fondo, a la cuenta del sufrimiento acumulado que va dañando el corazón.

No hay manera de salir de ese error.

... De la sospecha del error y la precipitación en las cosas que hacemos, en las decisiones que tomamos...

En el cuerpo se lleva.

Wittgensteiniana mente

Quien está dentro de la cuestión no puede entenderla: por lo mismo que está apresado en ella, en sus términos, dudas, equívocos y equivocaciones, etc. Una vez que ha logrado salir, mosca mágica, sus dicta no tienen sentido para los que siguen presos.

8 de febrero de 2009

Epicureana

(Críptico pero no tanto) Lo necesario no tiene por qué parecer fácil. Lo importante reside en que se conozca como necesario y urgente. Sin rencor. Lo importante es ser honrado en el trabajo, a fin de cuentas.

Desiderata commentatorum

Algún editor suicida (apunto ya que me parece que este deseo mío lo he referido ya en el blog, pero me da igual; yo soy así de guay) podría tirar por la heroica (sustituir al portero por un delantero centro a falta de veinticionco minutos, verbigracia) y publicar en castellano una traducción de la edición francesa del Discurso... de Descartes que anotó hace ya casi 100 años (¿1ª ed. en 1925?) el gran Etienne Gilson para Vrin, descatalogada en esa misma editorial y encontrables todavía algunos ejemplares en iberlibro o uniliber. Así conseguí yo mi edición de 1947, en aceptable buen estado (olor a papel viejo y alergénico aparte). Son más de 400 páginas de notas (con muchísimas citas en latín) al texto del Discurso..., en lo que a mí me parece la mayor obra maestra de obra filosófica anotada en una lengua que yo pueda leer (perdón por mi desconocimiento de otros textos parecidos, que los habrá; pero no creo que muchos).

La cosa me parece tanto más necesaria en tanto que no conozco ninguna versión en castellano no ya igual, sino que ni de lejos comparable, a la versión y comentario de Gilson. Tengo entendido que R. Frondizi nos hizo el favor de "transcribir", en la edición que hizo, las notas de Gilson, pero no estoy seguro de si son las notas del mamotreto de Gilson (más de 500 páginas) o de la edición breve y también anotada que hizo el mismo Gilson también para Vrin. Aparte de Frondizi, las ediciones españolas que yo conozco me parecen impropias de una de las obras fundadoras del "discurso filosófico de la modernidad", o resultan pedantescas en su cómodo prólogo para atontar con brillos oropélicos a estudiantes de Filosofía Pura de 1º de carrera (todos hemos sido tontos). Porque no se trata de prologar, sino de acompañar a un texto que no me parece a mí que resulte tan "cartesiano" (claro, sencillo, transparente) como se pretende, sin meternos en honduras exegéticas heideggerianas o similares. Tan impropias me parecen, que lo mejor que he encontrado son algunas ediciones escolares (supongo que dirigidas a la enseñanza media... esto, secundaria), honradas en su lectura y que me sirven a mí porque así compruebo si mis dificultades con el texto son solamente mías o es mal general. Ejemplos: la de Alhambra y una edición casi artesanal -dicho con todo el respeto, yo adoro ese tipo de libros- de Antonio Hernández. Mi hipótesis es que no hay ningún español que haya entendido el Discurso del método. Si lo ha entendido que me lo demuestre, leyendo y comentando la obra (que yo compraría como maná del cielo, dado lo torpe que soy y que yo no la entiendo ni a la de cien).

***

Po zí: no andaba yo des(en)caminado.

Nota bene: no conozco ni tengo todas las versiones españolas. Perdón si mis palabras son injustas. No lo hago con mala fe. Entre otras no conozco la traducción/versión de García Borrón, que me parece que hizo para Bruguera.

No comments

Porque es lo que he leído:

Egoficcion: un sábado de compras alternativo...
Diario de lecturas: Roorda, Schreber, Schopenhauer, etc.
Conde-duque: Augé, narración como viaje, encuentro de los viajeros en un espaciotiempo diferente…

etc.

***

Los domingos se podría ser feliz, pero no haciendo lo que yo hago.

Para qué filósofos?

El planteamiento.

***

MLLFeb 7th, 2009 - 21:32
A Fabrizio:
De eso se trata: de que cuando la razón sin sentido filosófica haya muerto, cuando se le haya acabado la cuenta de los días, se podrá ejecutar la constelación de un sentido que será quizás más terrible que todas las dictaduras habidas. Esto es, que será posible la teocracia + tecnociencia. No digo que vaya a ser real: pues nadie sabe qué es lo que tiene los días contados. Pero posible sí: ¿no es real ya la coexistencia de alta ciencia e irreflexión y/o esclavitud mental general? naturalmente que esto nada tiene que ver con una atribución a la ciencia de culpas más o menos demostrables. Las culpas son de los hombres particulares. Al lugar de esa atribución es a lo que llamamos alma. Indebidamente, sin sentido: pero necesariamente; como una disposición kantianamente innata. En el sinsentido del hablar libre, transgresos del cierre de categorías de las ciencias partivculares, reside una posibilidad, claro que solamente posibilidad, de evitar esas sumas esclavizadoras de lo más in y lo más retro: ciencia + religión. No sigo ninguna corrinete, que conste, pienso, bien o mal, por mí. MLL.

MLLFeb 8th, 2009 - 11:57 Por seguridad, el comentario debe ser aprobado por el administrador. TC se reserva el derecho de suprimir comentarios con insultos, palabras soeces o descalificaciones sin razonamiento.
Al hilo de lo anterior: aplaudir el fin de la filosofía, de esa forma de pensamiento no estrictamente científica que va quedando cuando los saberes se emancipan y se van del lado de las matemáticas y del control experimental, aplaudir su fin no deja de ser otra forma de filosofía, o de plasmación social del pensamiento, de lo cual ya tenemos un ejemplo preciso y precioso en el pensador que inicia la filosofía escrita: Platón. esto es, los científicos en la parte superior de la pirámide; los productores, abajo, después de recibir una formación básica. Entre medias los militares, por si a los de abajo se les ocurre subir a ver qué hacen los de arriba (los dialécticos, los teólogos, los científicos y los ingenieros de almas y de cuerpos).
En resumidas cuentas: que sí, que no se puede renunciar (¿quién lo hace?) a los hechos, a la ciencia de los hechos, que afirmar lo positivo no es positivismo; pero que, por otro lado, y como alguien, más de uno, ha ido apuntando aquí, quizás no haya tanta inocencia en el trabajo científico o en lo que hacen seres como nosotros con el trabajo científico. Y que si ha de haber una tercera cultura no pasa por el fin de la filosofía, sino por tomarse en serio las dudas de frankfurtianos y heideggerianos. Saludos, MLL.


(Reproduzco los comments, con las erratas y con toda mi ingenuidad argumentando)

7 de febrero de 2009

Sabbath

Por la mañana, normalmente, los trabajadores emprenden la doble tarea de sacrificar al dios consumo y demolerse concienzudamente la existencia, doble tarea que habían postergado o prorrogado en su ejecución desde el final del domingo, cuando se entregaron al sueño y a las pesadillas.

***

De compras en la bella y más que mediana ciudad de M. Odio comprar nada y los que me venden seguro que me odian también. Seguramente por esa razón soy un gran consumista: por el sinsentido.

Cuatro libros:

  • Los Diarios de Marai, de sus años finales.
  • La roca, de Wallace Stevens, breve y caro gran libro de poesía (dicen los solventes: Harold Bloom v. gr.) que empiezo a leer y malentiendo. Ninguna novedad. Aparte de que no es conveniente leer de pie en unos grandes almacenes. Estorbas y te estorban en esos enormes pasillos pero estrechos.
  • A lo largo del camino, de Julien Gracq, autor francés "lamentablemente". En la solapa reza que "siempre sintió preferencia por la educación secundaria", algo que si manifestara ici et maintenant sería razón más que sobrada para ponerle una camisa de fuerza.
  • La Enciclopedia de los muertos, de Danilo Kis.
Libros todos que corresponden a la rúbrica "La alegría de la huerta", recién me doy cuenta. Lo cual, la verdad, me da lo mismo. Además, para entretener mis tribulaciones me dedico a la lectura de los heterónimos de Fernando Pessoa, ese gran hombre. Lo que escribo como ironía, lo de "gran hombre", es porque realmente no creo que haya literatura que haga más feliz que esta escritura de la desgracia íntima que nos legó el portugués para la eternidad.

***

Canción de amor.

Monterrosiana súbita

Me desperté pensando que este año hace veinticinco que acabé COU. Este dinosaurio-tiempo no se acaba porque él es el extintor: hecho de minúsculas ruedas y engranajes que inocentemente llevamos en la muñeca. Este dinosaurio estaba ya desde antes, y el punto inicial de la creación (dios o big bang) constituye nada más que una renuncia a amargarnos con preguntas.

***

Colli es un picarón: porque todos nosotros leemos República a la luz del Banquete: habiendo abdicado la belleza en favor del rigor-bien. Habiendo abandonado el humanismo, que tampoco lo había en el Banquete. Sino ascesis.

6 de febrero de 2009

Psicogramas

Masoquismo, verbigracia:

Caer en la abyección, en presentarte a las fiestas a las que no has sido invitado, en visitar a las personas que no te corresponden. Saberlo y no evitarlo. Un criminal casi, un carterista de la amistad o del amor al que se le perdona su no maldad. Esta historia que nos cuenta Dostoievski, pues yo creo que esta es la historia que nos cuenta, en esa magistral nivola que es Apuntes o memorias del subsuelo, contiene uno de los más terribles alegatos contra la existencia que yo haya leído en mi vida. Pues no son los culpables los castigados aquí, sino los seres normales que no han irradiado en su existir. Tampoco exactamente esto. La irradiación puede provenir del interior y no percibirse en el tiempo presente. Cualquiera lo comprende. Lo que queda para la eternidad, como una sinrazón de ser, es el castigo que, en forma de indiferencia, cae sobre el ciclo de tiempo de determinados seres. Igual que una maldición sin responsable.

***

De la abyección, del sufrimiento y la soledad, del hielo y la indiferencia, del color más negro, de esa locura inhumana, restan luego las proposiciones que contienen el mal, sin dar razón de él: una colección de acontecimientos en bruto a la que ningún dios se ha acercado [para prodigar sus abrazos o atenciones, constituyendo de esa forma el imposible círculo de un significado que regresa para el hombre desesperado]. Dios no ama los fragmentos.

***

(El cuerpo y la impresión)

En ese documento fundamental de la desesperación en el siglo XX que es El oficio de vivir de Cesare Pavese se encuentra una entrada (no recuerdo la fecha) que expresa de forma terrible y vulgar una cuestión que puede parecer no tan importante, pero que a algunos es capaz de amargarles la existencia por entero. La verdad es que aquí, como casi en cualquier parte, lo que decide la tragedia o la comedia -personales- es la interpretación que se haga de los acontecimientos. No puedo aclarar más. No debo.

***

Pictures of you, 1991.

Principia ethica

No podría querer a nadie sin desear que me sobreviviera: que me tuviera como la sombra de un hombre prudente. El recuerdo iría adelgazando, en su memoria, hasta resolverse en la nada en que todo consiste.

Hoy, que estoy un poco bajo, cifro mi dios y mi inmortalidad en que algunos me recuerden como no siendo injusto a sabiendas. Así recuerdo yo a mis padres y no sé hacer otra cosa mejor.

Comments


***

Lleva Vd. razón. Pero el dar la razón sucede desde una especie de otro mundo, que no puede ser el de la ciencia. Quizás si el (ámbito del) imposible juicio sobre el mundo que plantea Wittgenstein; esto es, de la valoración ético-estética, teleológica o como queramos sobre los hechos (i. e., la ciencia natural). Si he entendido a Kant (pero esto no lo puede decir la ciencia; sino que lo tiene que determinar mi inteligencia u otra superior a la mía, o sea casi todas), si lo he entendido me parece que académicamente una filosofía que prescinda de los conocimientos científicos resulta un pretencioso disparate, supersticioso o peor. De acuerdo. Pero otra cosa es lo que cabe decir “mundanalmente”, para ciudadanos libres y racionales(filosofía en sentido cosmopolita), una vez que el ágora ateniense se ha hecho virtual, ergo universal; gracias a la ciencia, pero gracias también a la razón que primero fue filo-sófica o proto-científica. En eso creo que debemos ser flexibles, no sea que, realmente, so capa de introducir rigor científico y experimental en el manejo de los conceptos, se nos cuele la prohibición de pensar libremente (los que no son o no somos científicos, ¿no tenemos la capacidad de pensar sobre asuntos comunes, o sobre asuntos poéticos?); i. e., de jugar con las palabras, a ver si de ellas salen cosas. esto tendrá el riesgo del escolasticismo o el verbalismo, pero como no creo que tengamos otro acceso que el lingüístico a la naturaleza (al ser) me parece a mí que de ahí puede venir no poco provecho. Al fin y al cabo, si Platón llevaba razón, la justicia es obligación común para los seres humanos, se trata de un sentido que en todos debe estar, y por lo tanto discutirse. A partir de ahí caben todas las argumentaciones científico-experimentales, pero los axiomas o principios filosóficos son anteriores. (Naturalmente que los axiomas o principios en letra pequeña, no nos importe concederlo.) Personalmente, concluyo por el momento, tengo claro que para la superstición no resulta peligroso el “cientificismo”, que es cosa de expertos, sino el libre pensar generalizado. Pues bien, aquí está el lugar de la filosofía, como un lugar político, sin límites. Con grandes regiones para la ciencia en el continente del saber, pero con una pequeña reserva de personajes en un país estrafalario y minúsculo. Atentamente, Martín López, Almería.

5 de febrero de 2009

Poéticas, II

Mi capacidad para el autoengaño no tiene límites. Saberlo y no evitarlo. Lo escribiré después, como un acontecimiento más.

***

Si todo/cualquier vocablo, o signo incluso, acaba siendo poesía, el peligro más que evidente es confundir la fragua poética con la agencia publicitaria. Un aguachirle para consumidores. Para el hombre de hoy (vid. I. Carrión, 2-2-9).

***

Pues sí, hermosísima canción que lo contiene todo: la vida y su envés. Con tal de ser un intérprete agradecido de la existencia. Commentare aude!

***

Al hilo de una lengua inortográfica -lo que tú dices no te atreverías a escribirlo en ninguna escuela de idiomas-, arrojada como una burla sangrienta entre sonrisas, lo cual se responde con modales bruscos irónicos de guerrillero trabucaire antigabacho que a nadie engañan, en otros tiempos y espacios que no son del existir del día, sino que se trazan en vías paralelas soñadas, surge un amor que se declara a causa de cada uno de los gestos de un encanto irresistible.

***

Lo que escribimos vale en la medida en que la vida no vale: en que se rechaza lo subjetivo y el lenguaje es como de nadie. Esto parece imposible, pero yo lo creo necesario. ¿Cómo lograrlo? Esa razón objetiva representaría la alegría.

Cuentas saldadas

Se piensa que antes de la muerte se ha cometido el último gran error: que este error representa un horrible pecado. En ese sentido no hay accidentes (salvo los de tráfico), sino el pago que los seres hacen por su injusticia, la obligación de restituir al cosmos lo debido.

Si esto no es así, ¿por qué nos obligamos al examen de conciencia? O a escribir un diario...

Dialéctica y amistad

Colli on philía.

Pavesianamente.

4 de febrero de 2009

No veo que sea fácil...

... explicarme a mí ni explicarle a los demás (esto menos todavía) la transformación de una personalidad en precario a una forma más idónea vitalmente. Lo difícil de cerrar la herida entre un interior horroroso y una verdad (no corporal: los años y la cara son lo que son, se acepta) pública: prudencia, razonabilidad, sensatez... a pesar de un mismo, de su existir.

...

Todo esto tiene que pasar por la reflexión, hecha sustancia cotidiana, pero hecha como un fluido incómodo para uno mismo y para los demás. Este socratismo no gusta, se vuelve peligroso: porque impone renunciar a los prejuicios, a lo con-sabido. Requiere, fundamentalmente, un ejercicio de la voluntad, una fuerza en la capacidad de decisión que no se ve por parte alguna. Yo creo que cada vez se verá menos. Si dejamos de creer en Dios (¿hay alguien que crea?), valiente memez la creencia en el progreso: que es como que el esclavo crea en los valores de quien le explota.

Todo esto lo escucho, lo guardo como puedo y luego lo escribo, deformándolo seguramente... Pues no tengo memoria, que he ido perdiendo. En cuanto a inteligencia, no hay problema: nunca la tuve. Pero siguiendo las conversaciones, razón por la cual las vacaciones son terribles para mí (pues me quitan mis hablantes), siguiendo las conversaciones, me digo, tengo un sucedáneo de comprensión que, para mí como socrático, me parece la felicidad en el único mundo posible: hic et nunc.

Platón, como el hijo del hombre...

... , expulsa a los profanadores de la palabra, los arroja del templo de la ciudad. Los abogados, sí; los poetas también. Fuera, todos, para siempre. Los primeros, las gentes que comercian con la ley, como artífices de una palabra, de un argumentario más bien, que se pone en venta, a disposición del que más pague. Los segundos, torciendo el valor sagrado del espíritu, cantando caudillos y revoluciones, y las palabras (las consignas) más convenientes del momento. Adorando los poetas el lenguaje, la sonoridad antes que el fondo. Al filósofo solamente le servirán los poetas traducidos; los que ya están dejando de serlo, quiero decir.

***

¿Lo de Colli es sostenible? Convendría que se precisaran las razones, aquello que conduce a Platón a esa conversión final. Yo no las conozco. Deben explicarse. ¿Es lo que sostiene Platón? ¿Se desprende de lo que sostiene?

***

Caetano Veloso: Pourquoi pas?

3 de febrero de 2009

Poéticas

Se es frívolo hablando; quizás se muestra uno demasiado serio existiendo. También ahí puede haber una pedantería, más que en la palabras. Con éstas se juega, se las lleva a donde se quiera y todo acaba resultando muy hermoso y cómodo en este juego formal.

La seriedad del existir, entonces, demanda una poética acorde: de grandes temas. Una poesía en sentido filosófico, platónico, antipoética. Pavese y Pessoa, v. gr.

...

La filosofía ha sospechado, en algún sentido con verdadera justicia, de todas aquellas formas comunicativas que emprenden un juego no veritativo con el lenguaje: su uso sofístico por parte de los abogados, que los jueces controlan a duras penas; el uso bello, mendaz, artístico que enmascara la verdad eterna...

***

La juventud, la madurez adusta y el final.

Sí que se entendería, y es de donde Dios se inventa.

No obstante:

" Digo yo

No es sólo la muerte final, inteligible desde el cansancio o la biología, sino la muerte absurda a cada paso. Y antes, el sabor del cáliz, el miedo. El miedo al miedo. No es a Dios, es a Román a quien Denissa añora infinitamente. Es lo irrepetible e íntimo de la vida. No he sabido decirlo. Román y Denissa no son ejemplos de ninguna ley universal del corazón humano, son sólo ellos. Yo compuse una pobres letras para decir lo que deseé sentir, no un sentimiento de Dios sino del hombre [Luis]. Quizá es el sentimiento de la inexistencia de Dios... pero creo que tampoco, que aunque creyese en Dios, lo de Denissa y Román no debiera ser asunto suyo."

***

Dice el ateo: -Confundimos nuestros problemas con su solución. Pero si esto fuera tan fácil -añade- conoceríamos que Dios existe. Lo mismo pasa con la recíproca: que nos inventamos un Dios y así nos vamos creyendo que todo se tiene que solucionar. La invención se muestra resistente y se pega al tiempo histórico, a todos los tiempos. Nos termina esclavizando. De manera que no se llega a asumir (aceptar, integrar) la única verdad racional del hombre: finitud, mortalidad.

***

Autoaborrecimiento. Dice Styron. Lo que es: el motivo de preocupación, el regodeo en la desdicha. Malos tiempos.

***

Leo en una nota cultural de un periódico de tirada nacional de hoy (confieso que he caído en la tentación), dicho por el autor del texto en alabanza de un blog en concreto, que el citado blog se aleja de la autorreferencialidad y el encriptamiento logorreicos. ¡Como si eso fuera algo malo! ¡Como si el soltar verdades como puños tuviera más mérito que el esconder las verdades y decirlo! ¿Quién es capaz de aportar verdades como puños? Se confunde esa cosa con los gritos molestos. La mayoría de las veces, yo por lo menos, no sé cuál es la verdad. ¡Como para ser inmodestos y ponernos a pregonarla! La verdad es que pronto comienzan los periódicos a denostar a quien escribe por independiente. Autorreferencialidad, sí. ¿Y qué? ¿Nos tenemos que normalizar? Yo creo que no. Free writing.

***

Why not? El expreso de Gilberto Gil.

2 de febrero de 2009

Milagro del lenguaje

Que de las cenizas de la razón (de la sinrazón), de la persona hecha barro, surjan frases sencillas: un sujeto y un predicado; alguien al que le pasan cosas…

Ah!, pero es que la música suena. Te has olvidado de ti, de que estabas caído. El cuerpo, que también ha olvidado por un momento, que se ha perdido yo no sé dónde, bendito sea, recuerda el baile y le traspasa la idea al espíritu que ha encontrado la sonrisa.

Juan Nadie

(Una antigua película de Capra, una vida de hoy)

No valdría la pena escribir (ni hablar ni existir tampoco) si no pudiera ser uno como el loco aquel que va por la calle apacible y la tarde solitaria, se aproxima al montón de ladrillos que hay al pie de la obra en construcción, agarra uno y lo arroja salvajemente contra una pared, dando un alarido desgarrador que nadie escucha. Los trozos que vuelven contra él son como las respuestas que nosotros los cuerdos esperamos, del dios o de una mujer: un sentido para nuestra vida, pero sobre todo una palabra amable capaz de engrandecer el corazón y endulzar las horas.

Hemos sido bárbaros por un momento en el decir, tenemos la cara ensangrentada para que no duela el alma, entretenida en la herida de su carne furiosa. Eso no quita que luego nos comportemos como el loco, que recoge cuidadosamente los fragmentos del ladrillo que le han herido y los echa al contenedor de la obra, con los materiales de desecho. Tampoco nosotros los cuerdos hemos dejado de ser prudentes definitivamente. Las lágrimas nos anegaron un rato, luego decidimos salir del hundimiento con una frase atroz e inesperada. Pero un poco después nada más volvemos a nuestros asuntos, a la mansedumbre de seres piadosos, reflexivos y sensatos que comentan las notas al pie del texto principal, dejando que se apague la tarde, se haga la noche y llegue el nuevo día. Así por siempre y hasta la hora de nuestra muerte.

Imposible encontrar este libro

Styron, Esa visible oscuridad, Grijalbo (Autopatografía)

Un fragmento.

Una reseña crítica.

Habrá que echar mano de las bibliotecas...

***

Hundido, se adquiere velocidad. Hacia la letra que te lo cuenta.

Yo no soy fotógrafo...

... pero ella sí, y muy buena: Raquel Caparrós, nominada al premio Goya de Fotografía, en la categoría de Retrato. Ps. Yo no es que no sea fotógrafo, es que la cámara digital hace lo que buenamente puede ella sola y a mi pesar.

Imperativo

No hay nada que no se solucione con dureza. Se puede. Si tiene solución, naturalmente. Según la tercera máxima de la moral cartesiana (¿por qué se lee si no a los filósofos, si no es para la applicatio personal?): vencerse a uno mismo, ya que sobre otra cosa no se tiene ley, ni poder ni influencia.

***

Programa para hoy: Mark Twain, Wittgenstein, Rilke, Pessoa... No está mal, ¿no? Al menos como idea.

***

Yo no lo sé, la verdad, pero pienso que tiene que ser algo horrible tener que olvidarse de alguien, porque sí, porque la vida es así y a la fuerza ahorcan y nada más y a otra cosa... Tienes que olvidarte de algo o de alguien... sin maldad, como un hombre. Aunque la mayor parte del acontecimiento transcurra en el interior de la cabeza de uno, sus efectos resultan visibles. Lo notan ellos; que lo soportan mejor que tú, es verdad.

***

Te salvas de lo vivido por lo escrito (un texto sucedáneo). Entonces, lo escrito forma parte del problema. Se querría guardar silencio. Pero esta tentación -de sirenas que piden que calles, que las sigas- no te la puedes permitir.

***

Te salen frases que son verdad: pero luego no sabes comportarte en la distancia corta. El lenguaje consiste en lejanías.

Te salvas o te escondes en el bosque silencioso de palabras de la pantalla: tu pluma no rasga ningún papel, sino que es el motor de electrones de la torre del ordenador el único sonido con que se regala tu alma.

Cuánto se ironiza mezclando espíritus con IA. Lo cursi, también, te empalaga pero de frío, conociendo que no hay mayor desesperación que el de las doncellas a las que no les llega su hora.

Pero me es completamente indiferente: el lenguaje es libre, y los estilos actuales de ser, de hablar y de existir, abominables.

***

Le digo a quien quiero, a quien deseo contárselo, que guardo silencio, que solamente entablo conversación conmigo y hacia dentro, y que no me gusta lo que se habla. Así se comportan los hombres, con una brutalidad absurda y una querencia al hundimiento propio que se paga muy cara. Es tu derecho de hombre, que vale para ti y para nadie más. Que en algún caso es mejor hablar, aunque éste consista en lamentos cotidianos (pero yo sé que no sólo). Así me salen frases verdaderas e inoportunas, y me gustaría pensar que regalo belleza a los oídos: entendiéndola como un calor que se pega al corazón ajeno, como un manar impropio del frío que yo siento y que se llama angustia.

1 de febrero de 2009

La lucha por la vida

No me parece verdad que los hombres peleen salvajemente, y luego queden tan amigos. Algunos llevan la cosa con dignidad de elefantes.

***

Horas después de que Rafael Nadal diera a España el Open de Australia de tenis, he conocido otra gran noticia: Francia se ha proclamado campeona del mundo de balonmano, confirmando su supremacía mundial tras el oro olímpico. Si, como español, me hace sentir un poco orgulloso lo primero (el triunfo tenístico), el triunfo galo, por su parte, me llega al alma doblemente: como continental y, mayormente, como español.

La existencia ante el juez

1.
2.
3.

***

Yo mismo, que soy un hombre serio (una pessoa) que lee a Wittgenstein (las Investigaciones filosóficas): que por ello está obligado a descreer de las palabras, a descreer que las palabras tengan significados. Por eso se va uno a pasear y hacer fotos, con una red de cazar mariposas que son árboles de enero, ya no, florecidos.

Leyendo a Wittgenstein se aprende a creer en la teoría pictórica... de la cámara digital.

Pendiente Styron, uno de los amados espejos. Distantes.

La inocencia en el mal

Muy al principio de El forastero misterioso, se presenta el mago a los jóvenes en el bosque. (Los claros son idóneos para las mostraciones, para las verdades. El desocultar, la verdad, debe de ser como salir del bosque al claro; ganando libertad de paso, si en la oscuridad enmarañada se tiene miedo.) Como tal, el mago, al que denominamos de esta forma por su capacidad de quebrantar las leyes naturales, atribuyéndose la habilidad propia de un divino creador, como tal, digo, el mago realiza pequeños experimentos de sus maravillosas facultades: hace salir del barro inanimado pequeños seres, que se comportan de forma idéntica a sus mayores en tamaño, aquellos que nosotros conocemos; es decir, la verdad para los jóvenes del bosque hasta que han conocido otra verdad, como una segunda revelación de un extraño creador que les ha elegido. En un determinando momento, el diablo (sí; éste es el mago) es actor y quiere sus crescendos, da vida a pequeños seres humanos, y les concede herramientas para que construyan una pequeña ciudad. Hasta aquí todo bien. Escépticos moralistas, pensamos que algo así debe ser la humanidad. Los manejos ocultos de otro o de algo (llámalo genoma), antes que un contrato social que seguiría dejando sin tocar el misterio de la existencia. Pero llega un momento en que los seres humanos inventan sus pendencias. El diablo los castiga con la muerte. A continuación aplasta igualmente a los que lloran (son humanos al fin y al cabo) la desaparición incomprensible de sus conocidos. Todos están recién creados, pero los seres humanos se acostumbran muy pronto a la vida y les parece lo natural.

Aquí está la moral. Aquí está el problema de la moral. Quien ejerce de señor puede manifestar perfecta indiferencia y arbitrariedad hacia sus siervos, dándoles vida y también muerte. Sin motivos personales, porque sí. A los dominados la muerte les viene igual que la vida. Serán los seres intermediarios, en este caso los jóvenes del bosque, los que inventen el juicio. Actúan de observadores, desde fuera todavía. De alguna manera tienen sus reglas de proporcionalidad y las aplican. Les están enseñando unas nuevas, son jóvenes y pueden aprenderlas. Sin embargo, todavía no están convencidos acerca de la validez del cinismo social.