19 de febrero de 2009

Krinein

No me parece sencillo tener claridad en los razonamientos con esta bruma envolviéndome la cabeza por dentro y por fuera.

Como tampoco me parece sencilla la ecuanimidad cuando muchas cosas realmente valdría la pena que uno las mandara, sin demasiados escrúpulos, al baúl de los recuerdos (por no decir otra cosa).

En algunas conversaciones privadas, más escritas que habladas, el yo se sostiene a sí mismo como persona seria y de principios. Si el rayo (el mensaje que se dispara) refracta o pasa de largo, eso no lo he de conocer yo muy probablemente; me interesa más que se refleje y me permita conocerme a mí mismo, en alma y en cuerpo; sobre todo con el dolor en el cuerpo que produce la amargura y la tranquilidad de la conciencia.

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