Que de las cenizas de la razón (de la sinrazón), de la persona hecha barro, surjan frases sencillas: un sujeto y un predicado; alguien al que le pasan cosas…
Ah!, pero es que la música suena. Te has olvidado de ti, de que estabas caído. El cuerpo, que también ha olvidado por un momento, que se ha perdido yo no sé dónde, bendito sea, recuerda el baile y le traspasa la idea al espíritu que ha encontrado la sonrisa.
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