21 de febrero de 2009

El prestamista

Hace cosa de dos años más o menos (no lo sé exactamente, tendría que mirar en las entradas de este diario para ver si lo había consignado) decidí dejar de interesarme por el cine por razones diversas: la verdad es que no entendía las películas; que el cine me parecía, y me lo sigue pareciendo, como un arte mixto, demasiado contaminado de industria aun en sus mejores representantes y obras; y también que las películas me recordaban demasiado a las complejidades de una vida a cuya altura yo había estimado que no podía estar. Hoy me compré este título de Sidney Lumet, esperando a ver si consigo alguna de esas buenas impresiones que pese a todo me han dado algunos títulos.

Además: una edición del Discurso... y las Meditaciones cartesianas en un solo volumen (Tecnos), otra de la Fundamentación... kantiana en la misma editorial, con los comentarios de Paton. Un estudio de Marion sobre las Regulae. Libros departamentales. Para mí el Autorretrato... de John Ashbery (Visor). Libros todos ellos exquisitos, claro.

***
Otra cosa: pánico en el equipo nacional polaco (el mío); pánico doble, o infinito, porque el RM juega bien y golea. Virgen santa!
Pánico, no. Terror absoluto. Crisis. Debacle previsible. Desolación. Negrura. Etc. (Yo esto me lo veía venir.)
1-2 (21:25). Bufff!

No hay comentarios: