30 de junio de 2020

Calor. La metaficción como verdad del tiempo.

29 de junio de 2020

El infierno es el otro, aunque viva en Casiopea. La cosmología no salva.

28 de junio de 2020

Kantiana brasileira (de los dos mundos, aliquo modo)

La mejor de las virtudes consiste en la humildad. El menor de los vicios, en el ansia de novedades y de viajes.

27 de junio de 2020

Se necesita una cantidad de energía infinita para llevar un cuerpo a la velocidad de la luz. Luego un dios existe. El acto puro, así lo denominan. (Simplicio Falax)

26 de junio de 2020

Espénglerez, que anda bastante perdido y algo descreído de sus querencias reaccionarias, mantiene la idea de que los iconoclastas de hogaño están anhelosos de religión, y que por eso hacen tanto ruido. Las ranas de siempre intencionaron soberano, asevera el dixit anónimo

25 de junio de 2020

El mundo, a fuer de grande, pero grande de veras, es difícil de encajar, porque lo mismo que es, fue y luego será. Y esto ocurre un montón de veces, no solo en el pasado y en el futuro, sino también en el presente. La gente, enfrascada en sus frivolidades, no es capaz de pensar coherentemente en esto... Yo me imagino el mundo como el conjunto del mundo este y los otros. Como un círculo envuelto por círculos: arriba es el futuro, abajo el pasado. A izquierda y derecha están los otros mundos del presente. Se me entendería mejor si pudiera dibujarlo, así, con globos de colores, uno grande en el centro y marcado con una cruz, que es el nuestro, aunque creo que me seguís... El mundo es impensablemente grande en el espacio y en el tiempo. (Anónimo de Afrodisia)
Suspensión de juicio.

24 de junio de 2020

Hemerotecas

La idiocia no descansa. Si las ciudades testimonian el poder de las élites y la injusticia, convendrá quizás la destrucción de las mismas. La verdad, podemos.

23 de junio de 2020

Clint Heidhiggs es un preclaro discípulo de Sagaz. Vive en Tabernas, de las polvorientas calles y la ley del plomo. Aun así tiene pensadas un par o más de obras sobre cuestiones de gran calado. La una la quiere titular El ser y la partícula, y versa acerca del modo verdadero del ente. Esto es, de su materialidad y que aquí está el verdadero milagro que tergiversan los teólogos. El ser es, defendía Parmenides. Su conatus está presente en la fuerza inmensa de la ligazón que mantiene unidos los infinitésimos materiales. El Nous es la hipóstasis de los cómodos, agrega Heidhiggs, deseoso de deshacerse de todos esos velos ideológicos que confunden su campo de estudio y enmarañan las razones.
Pedro Carlos Sagaz está convencido de que el enano del norte previó la existencia de vida extraterrestre, y que por eso se maravillaba del cielo y del corazón, entendiendo que la ley moral vinculaba con los lazos de la razón todas las inteligencia conocidas e ignotas. Aunque todo esto lo expresa de una forma confusa y malhumorada.

22 de junio de 2020

Trinidad del Santo Camino comprende el verdadero acto retórico como infundido e imbuido ex nihilo en el substante psíquico (sic). Al parco discipulado no le parece sencillo seguir los derroteros de su guadianesco y crispado logos sapiencial. En particular cuando les recuerda a Jorge de Burgos (que era un cura castellano del que se hicieron eco en un relato de rosas y de sangre, y algo pariente de otro orador argentino) y su inquina libresca. O el nous viene de sí, y acompaña el aserto con su mano entera, o no es más otra cosa que pedantesca e irreflexiva grafolectura, y ahora el gesto de la mano traza en el aire cálido de junio en el sur la marca o señal del desprecio (aparta de mi...).
Junípero Colombo de la Sierra es un lego con ínfulas. Cree que en las ínsulas desconocidas de Cipango, en desiertos lo mismo que en junglas, porque la vista no sabe lo que se va a encontrar en esas inmensidades incultas, si un extremo o el otro, pero nunca la tibieza, es labor meritoria el pasaje del paleolítico al neolítico, y el cultivo de las letras helénicas. De las turbas andariegas y sucias a las masas de gentes pacíficas asentadas, a la escritura y la poesía que se recita y se guarda en el interior. Piensa en la posibilidad de un salto milagroso desde la cantidad inerte a la calidad, que es como decir el tránsito de la magia caníbal al logos comunitario, atajando por el camino de la persuasión y el ejemplo. Piensa que se pueden congregar las gentes, tendiéndoles la mano, edificando casas, trazando planos de ciudades, y construyendo leyes con la misma firmeza con que se asientan cimientos. Ha venido a parar al sur, porque entre estos sequedales puede morar casi de incógnito aquel que no necesita estatuas. En efecto, el verdadero homenaje se labra en la memoria de unos cuantos.

21 de junio de 2020

Hemerotecas; iconoclastias

Cuando las estatuas en el Imperio veas caer, pon las tuyas en los hangares (Junípero Serra, San Francisco). Los bárbaros están aquí y allí y han venido para quedarse, con el concurso favorable de esta atmósfera entibiada de líderes gagá y ciudadanía rebañiega.
La dialéctica del amo y el esclavo también está en el origen de la ciencia. Es el esclavo quien descubre el logos. (Esto va de dioses y hombres, quizás.)

20 de junio de 2020

Proctosio es un dialéctico feroz, aunque desaprovechado. Él mismo se ciega las vías de salida, o mejor, se cierra el camino hacia el éxito. Se empecina en discutir las mayores, y para él las mayores consisten en los benditos hechos. Facts, facts, facts. Limitando tanto su campo de acción, se enreda en juicios de valor y ataques a la persona. Id est, se convierte en el consabido psicólogo, que es aquella persona que ha querido darle nueva vida y revestimiento al sacerdocio. Quien cifra su oficio en dar testimonio de la verdad, puede convertirse en un resentido. Tenemos la tentación de sostener esta idea. La vida en soledad es la sustancia de Proctosio. Esto es una tragedia para un dialéctico, que necesita del común como de su atmósfera.

19 de junio de 2020

Hesitaciones de un transcriptor incidental

Al transcriptor mismo le viene de vez en vez la suspicacia de si toda esta improbabilidad existencial se corresponde de veras con alguno de los mundos reales, y si acaso no es este el caso de una proyección de sus propios demonios y de su particular ceguera para echarlos fuera de otro modo. Exorcismo, se llamaba antes, aunque no es para tanto, en tiempos desecularizados, esta sensación íntima y seguramente observación ajena (nada es en balde, y la cara tendrá que ser indefectiblemente speculum animae) de falta de acomodo en el mundo. La insuficiencia luego le muta en soberbia, y de ello quizás da fe esa tonta manía de transcribir feo, y acogerse al vicio de las redundancias y aliteraciones contumazmente cacofónicas.
Pedro Carlos Sagaz es un escritor bohemio, aficionado al ciclismo y a la cosmología de altos vuelos. Cultiva un aforismo muy personal e inmediato en relación con sus asuntos. "El Big Bang me está mosqueando", dice, así de improviso. "El átomo desvela su verdad a guantazos protónicos", otra que tal. "La subida se me hizo cuesta arriba", hablando de las dificultades dialécticas del velocipedista.

18 de junio de 2020

Trabajo. Distracciones. El cosmos, ajeno, nos distrae de nuestro caos propio.

17 de junio de 2020

Cornelius Godell-Frappel, de origen catalán y que por motivos de trabajo debió marchar al sur, habitó largo tiempo en una amplia casona que daba a la Plaza Grande de la villa de Cela. A través del laberinto de habitaciones y escaleras, Godell-Frappell soñaba ganar el cielo y sus certezas. Luego podría recordar con cariño, agradecido a la construcción, sin amarguras por la dificultad de los pasos. Pero de momento le podía la inquietud: si aquellas revueltas y giros, la impresión de que había salas que se repetían y otras que no parecían venir de ninguna parte, si todo eso no era un aviso de la debilidad de la cimentación, y que al cabo soñara creyendo tener un sueño.
Lucrecio Petronio, apellidado Rodríguez, resulta que es algo condiscípulo de Isócrates Reyes. Aunque en realidad este tiene algunos años más, por lo que mejor diríamos que es su casi maestro. A diferencia de él, Lucrecio no tira para moralista, más bien au contraire. Me quiero referir a que su condición es más la de un historiador que observa y anota que la de un filósofo que juzga, salva y/o condena. En el cosmos, pues que lo es, hay dos partes, asegura L. P. R. Está la parte inerte, formada por átomos que van a su entero avío, y está la parte humana, en que los átomos son los vicios. La Nueva Roma, llama a su espacio y tiempo. Pero, claro, él no pretende venir con recetas de salvación. Mira y anota, mira y anota...

16 de junio de 2020

Isócrates Reyes valora el cultivo de las humanidades clásicas como una manera de rebasar este estadio de bárbara especialización en el que dice que nos encontramos. Añade, además, que esta es una era de la psicotécnica expandida. Quiere decir una época en la que todas las facetas de la inventiva humana se someten a un atroz encasillamiento que solo busca la rentabilidad. En la catedral no ven la intencionalidad hacia lo alto, sino los fundamentos ingenieriles, el cálculo de materiales. En sus muñecas llevan un reloj suizo, así se acuerdan del banco. En este estilo habla libremente Isócrates de sus coetáneos, con ese punto medio entre el desprecio y la piedad que es la indiferencia.
Neonormalidades. Amoralidades. Disrupciones. El mismo malestar y temor católico.

15 de junio de 2020

Alcuino Montalbano tiene dispersos los muchos libros que ha ido acopiando, por diferentes casas y ciudades del sur. Desconoce, en rigor, el tamaño y catálogo de su biblioteca, la cantidad y los títulos. Siempre ha conducido su vida en estos respectos como un Diógenes pobre que cree que no va a haber un mañana, y por eso atiborra su tonel con los productos de la sabiduría de otros. De los libros saldrá la luz que alumbre caminos, estaba convencido. Ahora es viejo y no lo está tanto. Hoy le vino un ataque de nostalgia, pero no referida al pasado, o sea la patria, sino hacia el futuro, lo desconocido o el no ser. La máquina de la palabra, su obra, es fundamentalmente la que han ido construyendo otros, de abajo arriba, como debe ser según afirman los ingenieros. Una obra de épocas, de milenios, de eones, hiperboliza Alcuino, en la que muy poco resta de los individuos que han ido labrándola. Porque quizás la labor ha sido más por razón del cariño del orfebre que por las prisas y ambición del ingeniero. La una viene del respeto humilde, la otra de la ambición de una cruza entre sísifo y prometeo. A saber... Alcuino está confuso y se pierde y nos pierde acerca de sus intenciones. ¿Qué quiere decirnos? Quizás piensa en nada cuando mira por la ventana y ve pasar los coches.

14 de junio de 2020

Hemerotecas; de los sesgos retrospectivos presuntos

...o bien los tipos de arriba no sabían nada, en cuyo caso tenían la obligación de saberlo, o si lo sabían, nos estaban mintiendo. (R. Feynman, ¿Qué te importa lo que piensen los demás?)
Junto al fuego, en la cueva, o en la choza o fuera de ella, que es una caverna vuelta hacia arriba, los homininos tientan con su boca los sonidos y con sus manos los signos. La voz se va, el trazo permanece. El hábito dura milenios, incontable e impensable para existencias tan breves. Ocurre de vez en cuando que alguien modula su voz de una manera agradable, y alguien con sus trazos obra lo mismo. Así que, en algún momento, de la duración desmedida de las generaciones de hojas en el árbol, y del milagro que obran algunos para satisfacción de sí mismos y de los demás, inferirán la existencia de un otro que no comparece y que si acaso deja su rastro en la gramática. Sé que la voz guía la mano (y los ojos y la memoria), pero me cuesta seguir el trayecto mental de Diego Berkelio.

13 de junio de 2020

Arístides Bénber es de origen germánico, lo cual constituye para él, y de rebote para los suyos, esposa y tres hijos, una pesada carga. Nuestro oriundo sufre un caso bastante grave de hipertrofia moral. Él no se considera ni ángel ni demonio, y hasta desconfía de la pertinencia de las ideas de bueno y malo para su trastorno. No es eso. Los hechos por los que fuera a la hoguera, o aquellos por los que fuera beatificado, permanecerían por completo externos a la verdad del asunto. Porque claro está que tampoco estamos hablando de sus intenciones y de un tribunal interior que las sopese. En general, Bénber cree que mantiene buenos propósitos hacia la generalidad de sus conciudadanos. No, tampoco es eso. Ni actos ni interioridades son causas u ocasiones de su mal. A nuestro hombre lo que le reconcome y no le deja ser feliz, aunque debería, es la idea de que no hay actos indiferentes, que las consecuencias del menor gesto pueden desencadenar la destrucción del mundo. Algo así es lo más terrible para él, que opina que el mundo es la propiedad del sujeto. Bénber tampoco piensa que los domingos estén ahí dispuestos para enmendar el desastre de los viernes, que es cuando jugamos a la ruleta rusa con total inocencia, inconscientes. Esto es, hablamos y hacemos, sobre todo esto último, y encendemos la mecha y ya no hay vuelta atrás. Salvados o hundidos. Sin avalista ni aseguradora que valga. Luego, los lunes, el trabajo, el anónimo cotidiano, volveremos a las andadas, a esa bendita ilusión de que quien sabe actúa, y por eso actúa. Pero es vana opinión, andamos a ciegas y los inocentes son los efectos colaterales.

12 de junio de 2020

Viernes. Trabajo. Adieu, Montesquieu.

11 de junio de 2020

Hemerotecas

Parecía que una lógica orweliana se había infiltrado en el campus. Lo liberal se había convertido en reaccionario; las reglas eran vistas como instrumentos de dominación; la autoridad era ilegítima por definición; el anticomunismo era fascismo… (H. London, citado por G. Luri, en El Subjetivo)
Extrapólese del campus a la sociedad. Que de eso se trata, de realizar experimentos, de la bendita ecuación realidad=racionalidad, aunque sea a martillazos.
(Diego) Berkelio Josefo (de los Ángeles) estuvo becado por la Junta de Estudios Extendidos (JEE) para investigar las costumbres de una tribu extinta, el homo torrecillensis, que eran unos seres gráciles y aficionados al arte que vivieron en la edad del bronce en un emplazamiento, Locaiba, a las afueras de la noble urbe. Descubrió Josefo unos tablillas bastante deterioradas donde junto a  unos signos desconocidos (quizás un alfabeto antiguo de una rama del tronco finougrio) se hallaban lo que parecían ser planos rudimentarios de diferentes obras públicas. El hallazgo dio pie, tiempo después, a Berkelio Josefo a formular una atrevida hipótesis semiótica respecto a las formas figurativas del mundo antiguo, basándose también en las aportaciones de su maestro, Brandom Lewis, del Colonial College en Nebraska. Así, no es la figura realista o su cristalización pictográfica lo que está en el origen del alfabeto, sino que es el sistema de la lengua oral la verdadera y oculta raíz de las representaciones gráficas.

10 de junio de 2020

También contamos por aquí con nuestra propia sucursal de la secta de los nigroselváticos. Aquí vienen huyendo del ser oculto y del bosque, y de todos esos cuentos y zarandajas para acogotar a los niños campesinos. Donde nunca llueve no queda más que la apariencia perfectamente perfilada de las cosas, el ipsum esse con su entera silueta en medio de este desierto quemado por un sol perenne. Entonces aquí no vienen con tentación de buscar una cabaña para ocultarse y buscar lo despejado en lo oculto, y lo oculto detrás de todo aquello que despejan y despojan. Se contentan con una casa unifamiliar con parcela y piscina. Muchos de ellos tienen perro. No lo sé, no estoy seguro de casi nada, pero yo no confiaría mucho en estos seres algo esquinados, que nunca dicen nada por no desgastar las palabras, y que van mirando el suelo como si pisaran la nieve y temieran perderse.
Realmente la discordia entra en el mundo con la primera respiración, y ya no te digo nada con las primeras voces, compadre. El niño asienta sus reales (derechos) y dice aquesto es mío, y aquesto otro, tamién. Hablar es apropiarse y, por ello, expropiar. La rapiña es ley cósmica y el pez astuto devora al cándido. Así dice, muy sentencioso, este inglés lampiño y rubicundo, Carlos Spencer, en la terraza del bar La P. Como otros, se vino de las islas huyendo de la humedad y la sombra, hasta este lugar olvidado por congresistas y senadores, si no es para hacerse lenguas de su carácter de paisaje relicto. Y se quedan tan panchos ellos, hasta las próximas elecciones. También esto va de peces, unos con puro y otros con abarca.

Cosmos con perro al fondo

Que sí, que acepto que el tamaño de esto a lo que llamáis universo es de los miles de millones de años luz que quieras. Enorme, pero finito. Abarcable para quien tenga los brazos bastante largos como para abrazarlo desde más allá y desde fuera. Que esto empezó de nada, o casi. Pero por qué, para qué y para quién. Pero antes, ¿qué? Y fuera de ese punto singular, ¿qué? La metafísica viene de estos errores al preguntar, asevera Mamerto Raíl, pastor escéptico, cuando cae en la cuenta y rectifica sus devaneos. El perro, mientras tanto, ladra a las ovejas que se quieren salir de los límites.

9 de junio de 2020

Gregorio Job, avicultor, modesto empresario, está enfrascado en su paciente labor: se le ha metido en la mollera, lo que los viejos llaman andar con su títere, la idea de un opúsculo que ha de revolucionar la adormilada vida de estos pueblos. Medicina política, quiere intitularla, a su obra. Está convencido de que las gentes quieren sobre todo vivir en paz, llevar sus negocios (él ha sufrido aleccionadores tropiezos) y un disfrute modesto de los placeres de la vida. No están los tiempos ajustados a ese propósito. La discordia y el vicio asolan el país. En la última epidemia no se salió con más ganancia que la del odio de unos contra otros. Enfermos que salieron de enfermos, como quien dice, sin tener claro lo que quiere significar. Gregorio es paciente, hecho a lo que la vida le quiere dar, a sus burlas y veras (el negocio de la sesaduría salió mal, un chimpancé hubiera sido igual de incompetente), a sus trampas y tracerías. Él se limita a señalar que poco a poco y sin parar. A su obra se refiere, porque ve los males con plena claridad pero aún ignora los remedios. Confía, naturalmente, en que la sanación deberá ser drástica, y que ya no es tiempo de prevenir. Gregorio piensa mucho. Demasiado, según sus convecinos. No es extraño que se vaya haciendo enemigos que ignora; así, en silencio, con esas ideas que se gasta. El mundo gusta de los espejos, y en otro lugar no muy alejado otro trabajador medita en su propio libro, Política médica, una sátira de la vanidad y cobardía de los hombres.
Sócrates Escoliarca no lleva bien el procedimiento. Incluso ha tenido que dejar el football. Temporalmente. No entiende a qué vienen las acusaciones. Supo de ellas la misma mañana que se miró al espejo y notó algo raro. Llamaron a la puerta y les abrió, casi arrastrándose. Allí estaba, la notificación. Pero él siempre se había conducido con nobleza y elegancia en el campo de juego, respetando las reglas, lo mismo en la ciudad que entre los bárbaros. No hay juego si no hay manual de instrucciones. De eso siempre se mostró convencido y lo mantenía públicamente con orgullo. Quien busca la esencia del juego fuera de las reglas es un impío que no respeta ni a la ciudad ni a los ancianos consejeros. No lo comprende, lo del aviso, aunque en el fondo de su corazón, donde anidan sospechas y vislumbres varias, cree que puede que haya cometido el error del exceso de franqueza. Es como si un mediocampista suspende un momento la visión del juego que tiene encomendada, esa distribución fluida del balón donde se empiezan a ganar los matches, mira al cielo y le da por convertirse en árbitro. Pero tampoco es eso: quizás se limite el asunto a que quien piensa no actúa, y este pecado termina por inficionar al colectivo.
No es sencilla la vida retirada, nos confiesa a sus amigos Cristóforo Trinitario. Sobre todo, cuando ya se han cumplido treinta años y ganado hábitos y clientela. Debemos echarnos al camino y a todos los diablos, que no son pocos y sí muy ruidosos. Multipliqué los dones, o eso creía, cada vez que hablaba con las gentes en una encrucijada o en una huerta apartada de la ciudad. A veces hablo solo. Me pasa cuando al caer la tarde, aunque ya ni me fijo en el sol, de tanto que me da que pensar, me pasa, digo, cuando salgo a pasear extramuros por el patio del cuartel viejo y elucubro con esa ansiedad que les da a los condenados tempranos. A quien tiene cien, luego se le dan diez. Eso me digo. ¿Y luego? El sueño, quizás, y otros tres más de propina. Y me da por pensar que el tiempo es una moneda, o dos o tres decenas, que se deshace en arena, esa misma con la que juegan los niños inconscientes. Todo esto nos cuenta el amigo Cristóforo, que seguro que nos quiere decir algo cuando se pone a hablarnos de esa soledad suya tan extraña.

8 de junio de 2020

Beltrán del Espino es fogonero honorario del viejo ferrocarril. Así que tiene tiempo de sobra para darle al caletre. Sentado con su pipa en un banco de la estación, piensa en que el mundo rebasa el ejemplo de su tren, y por eso no acaba de comprenderlo. Al mundo, no a su tren, que en su rastro de humo en noches de niebla muestra el sello de un sentido monocorde, confiable. El reloj confirma sus esperanzas de hombre asentado y sereno. Hace frío y el tren se pierde al fondo, esta madrugada. Pero el mundo es otra cosa, un orden que se contradice a sí mismo. Sí, el fogonero está convencido, y seguro del todo cuando el tren está ya fuera del alcance de su mirada de búho y no le queda más que su alma de ferroviario: este orden que forma parte del mundo lo condena al sinsentido, o al sinporqué. Cosmos es un atrevimiento de inconscientes. En realidad lo que hay es el abismo, si bien lo piensas.
Tarde perdida en devaneos mentales absurdos.

7 de junio de 2020

Internet, más que aldea, es la neoescritura de la cueva. Pero la misma forma existencial con propensión a expresarse. No digo darse a entender. Expresar es volcar afuera una incomprensión íntima.
Lo cosmológico no quita lo teológico.
El pensar es un globo. Los hechos lo hacen explotar.
Cree Juan Jiun que el hábito sí que hace al monje - pues que la versátil paremiología es más veraz al fin que los presuntos dones de natura-, y que para el ortodoxo entendimiento del mundo y sus seres, los inertes como los racionales, los de arriba como los del inframundo, conviene a las autoridades cívicas promulgar disposiciones sabias relativas a cuestiones como la presencia e indumentaria de la gentes (esto es, su sustancia aparente). En ese orden de materias, sostiene Juan, cualquier precaución es poca, pues el trapo que aprieta, acaba por ahogar el pensamiento. Asimismo la música, que también viste aliquo modo a personas y colectividades, debe huir de las gravedades de los sones catedralicios y buscar más los pífanos del divertimento. Parece prudente la recomendación metódica del calipso vs. las severidades antañonas y periclitadas de cantos sagrados y sinfonías burguesas. Cualquier novedad se considera bienhallada, inclusive en el ámbito del decir más cuotidiano. En eso podemos acordar. Exaspera un ápice, sin embargo, el precepto vestuario que quiere implementar el novator Jiun: el uso de bermudas en el interior de la noble ciudad burgalesa en que mora.

6 de junio de 2020

Arrojé una piedra y volvió una nave

-Vale que me levantes en mitad de la noche, entre tinieblas, con el peligro que eso tiene de despertar a mis hermanos, se sobresalten y a saber lo que pueda pasar, se queja Luis S., de padre griego y madre austrohúngara, al extraño personaje que va por delante con una linterna en la mano y un bastón. Pero lo que ya no comprendo y no te quiero perdonar es que al salir de la cueva me ofrezcas una escalera, me pides que suba yo no sé a dónde, y luego que la tire. Con todo el peligro que eso tiene de caerme o de no saber volver. Se me antoja todo esto cosa de locos, de alguien que no ha comprendido bien la lección de sus mayores- piensa y no osa decir...
Viriato Rosales, de familia Indiana regresada y con casona construida cerca de La A., en Almería, piensa, y lo participa a sus allegados, que del posse al esse, que es como él dice, media nada, una pizca, una nimia miaja (y aprieta así los dedos, el índice y el pulgar, lo más que puede, para que imaginemos lo que queda después de esa compresión = 0, o casi). Un salto cuántico, remacha, y nos remata a nosotros, que no entendemos lo que pretende decir. Lo ves, no lo ves, la bolita dónde estará. En arte de trilería me parece que ha convertido Viriatín el del indiano el noble arte de la dialéctica y sus perennes hesitaciones y cuestionares sobre las vías y trasvases entre la nada y el ser, entre el que no y el que si. ¿Donde estará el as de diamantes? O la escalera de colores que sube al cielo.

5 de junio de 2020

Sebastián Loev-Estró era feo. Sin resquicios ni segundas partes. De una manera sedicente y necesitarista, signifique esto lo que quiera. Condujo un turismo bastante rápido, la época que estuvo en Brasil. Las únicas flechas que caían sobre él eran las de la fría indiferencia de las damas de alcurnia y las otras. Como había transitado por la Academia o sus anejos, albergaba pretensión ideacional. Hoc modo, postulaba por un plus pulchritudinis existencial para los agraciados, en los juicios que los tuvieran por objeto. Siempre es más de lamentar el acaecer terrífico que sobreviene sobre una persona bella que el que alcanza a una bella persona. El apotegma gozaba del valor añadido del desinterés, inspirado únicamente, pese a la doliente autoconciencia, por la consabida identidad de bondad y belleza.
Augusto Villares, temeroso del viento que arrecia y promete no parar, sobre todo cuando llega traicionero por las noches en urbes secundarias y vacías, aconseja a sus amistades que cualquier labor del día la emprendan con el mismo rigor, paciencia y metódica inquisición con que enfrentan la articulación de esperanza y cosmología en sus trabajos académicos. Pedir el cazo a la pareja en cocinas de metros tasados (Alcánzame el cazo mediano, Lola, por favor, que es hora ya de preparar la sopa) debe prestarse a la misma sorpresa maravillada que la detección de los restos lejanisimos de una supernova. Idéntico asombro e incredulidad, la inquietud del mundo en sus gozosas primicias, se aposentan en el ánimo, arguye Augusto, fiel creyente de Godofredo Germánico y su apóstol Manuel.

4 de junio de 2020

Eternidades

Toda sustancia es como un mundo entero y como un espejo de Dios o bien de todo el universo, que cada una expresa a su manera. (Leibniz)
Bueno es saberlo.

Hemerotecas; post epidemias

Miguel Ángel Revilla: "La pandemia de coronavirus está vencida, el bicho está chamuscado"
La guerra, ha terminado.

3 de junio de 2020

Lo que no te destruye, te hace más cínico. A los individuos y a los pueblos.

2 de junio de 2020

Identidad de los discernibles

Son diferentes por docenas.

Discernibilidad de los idénticos

Todos son iguales, pero de un modo distinto.

1 de junio de 2020

La chifladura osmotiza.

Hemerotecas; mores

Siempre sedientos de novedades, les atraía más el ruido que el estudio y el cuidado del cuerpo que el de la mente.  (J. L.)