10 de junio de 2020

También contamos por aquí con nuestra propia sucursal de la secta de los nigroselváticos. Aquí vienen huyendo del ser oculto y del bosque, y de todos esos cuentos y zarandajas para acogotar a los niños campesinos. Donde nunca llueve no queda más que la apariencia perfectamente perfilada de las cosas, el ipsum esse con su entera silueta en medio de este desierto quemado por un sol perenne. Entonces aquí no vienen con tentación de buscar una cabaña para ocultarse y buscar lo despejado en lo oculto, y lo oculto detrás de todo aquello que despejan y despojan. Se contentan con una casa unifamiliar con parcela y piscina. Muchos de ellos tienen perro. No lo sé, no estoy seguro de casi nada, pero yo no confiaría mucho en estos seres algo esquinados, que nunca dicen nada por no desgastar las palabras, y que van mirando el suelo como si pisaran la nieve y temieran perderse.

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