16 de junio de 2020

Isócrates Reyes valora el cultivo de las humanidades clásicas como una manera de rebasar este estadio de bárbara especialización en el que dice que nos encontramos. Añade, además, que esta es una era de la psicotécnica expandida. Quiere decir una época en la que todas las facetas de la inventiva humana se someten a un atroz encasillamiento que solo busca la rentabilidad. En la catedral no ven la intencionalidad hacia lo alto, sino los fundamentos ingenieriles, el cálculo de materiales. En sus muñecas llevan un reloj suizo, así se acuerdan del banco. En este estilo habla libremente Isócrates de sus coetáneos, con ese punto medio entre el desprecio y la piedad que es la indiferencia.

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