31 de enero de 2008

El yo y el otro

Arthur Host---

Mis pasos en esta calle...

Otra portada

Lo tendremos en cuenta---

Helo aquí


Mi querido Confucio, perdido entre el desorden, escondiéndose en lo evidente, como en el cuento de Poe: un cuento (La carta robada, of course) que podría ser algo así como el de la dificultad de la evidencia cartesiana---

El desorden puede conducir a la locura: esto es, a una segunda fase del desorden, o Desorden---

Por cierto: edición (traductor, introductor) de Joaquín Pérez Arroyo, en RBA, y en Paidós.

***

Lo único prohibido en el diario es lo más personal: la intimidad, la vergüenza. El diario se limita a recortar lo inconfesable. En ese momento ha mostrado lo inconfesable, sin decirlo: el impudor del diario, por lo tanto, consiste en su insinuación, en aquello que está tentado de escribir.

Quien dice diario dice autobiografía: no hay gran diferencia (sólo la falta de fecha)---

Kantiana brasileira

El robo constituye la matriz del crimen en general: como causa de desconfianza en la palabra dada (a lo que puede inducir), en tanto quebrantamiento del respeto racional que los sujetos deben tener en continua consideración para sí mismos y los otros (en general), no ha de extrañar que la falta de respeto a la propiedad de otro haya podido ser gravemente condenada. Quien no entiende que las cosas poseídas prolongan la esencia subjetiva más valiosa está en camino de justificar el asesinato, o de cometerlo---

De ahí la desvergüenza de señalar que la propiedad es un robo: cuando, en verdad, la propiedad tendría que representar la prohibición del robo; y no por motivos económicos espurios, sino atendiendo a consideraciones éticas y, en la medida en que podemos hablar sobre estos asuntos, sagradas: puesto que los derechos personales pueden establecerse por una vía trascendente, para señalar así mejor su valor y permanencia incuestionable---

30 de enero de 2008

Que nadie...

... piense en vincular el desorden con el desinterés o la indiferencia (del que es desordenado): provoca sufrimiento y un amplio sentido del ridículo---

***

Pendiente de leer---

Inquietudes

Malestar, dolor de cabeza, los virus o yo qué sé---

Además: desorden. Imposible encontrar un libro cuando quiero encontrar ese libro en concreto---

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Trabajo, esterilidad, pasar los días---

Compás de espera---

Impasse.

Jiménez Lozano

Dos textos en Cuadernos FAES: "Las preguntas del sayón" y "El sarcasmo de un godo"---

Debo releer, pero hay algo que no me cuadra: aceptando la corrección del diagnóstico, no tengo claro que la solución no sea ya reaccionaria, sino meramente reactiva---

Dicho de otra manera: ¿es evitable el declinar y caída de los imperios/civilizaciones?---

La mercadería y la beatitud

Se compra y paga el voto, con derecho a la felicidad (mediante el estado): sin poder determinarse si primero fue la preocupación política por la felicidad de los súbditos, o fue, al contrario, la invasión del comercio en el terreno de lo público---

29 de enero de 2008

El cinismo...

... , la ambición, la falta de escrúpulos: como ley de la selva con cara humana -me decía hoy.

Sí, ¿por qué no?

Sólo que tal situación conduce a una mascarada trágica: a la desconfianza en el lenguaje: homo homini hostis---

No es que no lo sepa (que no conozca la regla dura de la supervivencia), sino que no puedo ya creerte cuando me haces sentir ingenuo: ¿qué quieres de mí? (Que esto fuera universal, que hubiera que pensar y hablarse así: terrible.)

Claro que lo sé, realmente. Sin embargo no puedo estar todo el tiempo pensando en ello. Sería una infelicidad estúpida, imprudente---

Pues no...


... , McLuhan no es tan conocido como me imaginaba---

Y eso que representa la verdad de las cosas (del tiempo social)---

Entender el cambio de la civilización alfabética a la civilización electrónica resulta sencillo: entenderlo en sus pormenores, saber explicarlo, no---

Depravación

En el programa se ve a un pobre diablo con la cara cubierta de pinzas de la ropa, sujetas en su piel. En un momento determinado responde a la copresentadora, joven y guapa, que también puede ponerse las pinzas “en sus partes”, lo que aprovecha la miseria humana (el otro presentador) para picarlo, inducirle a que lo haga, enfrascándose en un coqueteo con la otra, joven y guapa, a propósito del supuesto interés de ella por la gesta del pobre hombre. Una ola de náusea, de compasión y de asco, debe extenderse por el interior del que todavía no haya renunciado a su alma. De asco, de ira por lo inmundo que resulta la burla sin consecuencias, a costa del que si tuviera inteligencia los mandaría a todos al infierno (al infierno de los vulgares y los rastreros)---

Como ese otro avatar de la miseria que se dice que pretende cobrar indemnización de los padres luctuosos, a quien uno desea que Dios le dé el alma que no tiene, para condenarle al eterno sufrimiento, mucho más que la cárcel que los padres piden (aunque yo no renunciara a penas más terrenas y más capitales)---

Hediondo: la piel peninsular convertida en una mancha apestosa de aceite, en las televisiones, en el mercadeo político, en la conversión de periodistas y cátedras a la difusión de la mentira y la turbamulta---

28 de enero de 2008

Relato posible

Se pregunta I. Carrión, en una de las entradas de su diario, de hace treinta y cinco años, que para qué se escriben diarios. ¿Para qué? Que nos repitamos la pregunta, unos y otros, no señala a ningún buen puerto de nuestras esperanzas: nos movemos, sin saber por qué ni a dónde.

Debió suceder hacer cuatro o cinco siglos, no mucho más, cuando surgieron fuerzas poderosas que hoy (nuestra época se comprende como finalización) producen a la vez un mundo global y una pérdida del sentido de ese mismo mundo. Las gentes del tercer estado accedieron a la letra y a la palabra: para poder realizar cada uno su vocación personal de eternidad y decir y redecir "yo soy", hasta gastar la palabra ser y volverla de la experiencia contrastable a la ficción soñada, del mundo claro de un dios a las asechanzas insomnes de un diablo---

No digo que esto sucediera realmente así, pero me gusta imaginarlo: imaginar una realidad llena para mi ser vacío: hace frío y yo tengo frío, las rodillas doloridas---

Claro que no debemos tomarnos demasiado en serio: entregados a la escritura pública (notarios del anónimo existir) propendemos a la invención casi tanto como al pudor. De ahí el valor de lo que yo quisiera imaginar como el largo aliento de I. C., pensando en sus diarios no publicados que algún día habrían de ver la luz: pensando yo en la crueldad y más que posible certeza de sus juicios políticos (¡cuánta mezquindad!), que quizás no fueran menos certeros ahora, con otra verdad distinta de la que el progresismo algo ingenuo (suyo y de la época) le permitía a I. C.

Leyendo contribuciones...

... al debate sobre ilustración e Islam, en pro y en contra (de todo hay), se tiene uno que avergonzar un poco del nivel argumentativo alcanzado: el ataque al hombre suele ser lo más usual.

Pero no se encuentra normalmente:

a) una defensa coherente de los ideales ilustrados, capaz de dar razón y poner en sus justos términos (límites, posibilidades, espacios) los derechos religiosos,

b) una defensa coherente de esa otra racionalidad que no tiene por qué coincidir con la occidental, según se nos dice.

A mí (en tanto ignoto particular, radicado en los límites del Virreinato de Jauja) algunos asuntos, al respecto del tema, me parecen básicos. En particular en lo relativo al derecho a la palabra: que debe ser ilimitado en su contenido, igualitario y meritocrático en las personas que puedan desempeñarlo. (Meritocrático no significa acreditado ante la fe, me parece evidente. La fe es tema particular de cada uno, distinto -debe serlo- del logos público: que debe quedar como el único productor de mérito.)

Al respecto de todo esto: no tenía el otro día la cabeza muy clara -la carretera de la sierra entontece más que a un niño la nintendo- para discutir/hablar/conversar acerca del sentido occidental y económicamente marcado del racionalismo y la racionalidad occidentales, con atención especial a Max Weber, aparte de que no llevaba a Max Weber encima. Pero si algo le queda a mi enteca memoria es el pronunciamiento desesperanzado del eminente sociólogo fundador: Occidente cumple (con) el programa de desencantamiento. Bueno, ¿y qué? De esto se trata: de asumir la responsabilidad sin ayudas: Dios quedó -fue quedando, cada vez un hilo más delgado en el discurso de la razón- como idea cartesiana fundante, como postulado moral-teísta en Kant, identificado con el logos histórico y la libertad en Hegel y en Marx, desmontado como ilusión (no inocente) en los otros sospechosos (Freud, Nietzsche). Habrá que asumirlo (olvidando, por otra parte, la simpleza y/o esquematismo de estos procesos involutivos): habrá que asumir que nuestro derecho a la felicidad (a esto se refiere en última instancia la beatitud celeste prometida) no existe. Además, habrá que pensar que la carga de la libertad es muy pesada y dejar, de una vez, de pensar en nuestra inocencia original y en que el mal cometido viene de ajenas manos. Habrá que olvidar este cristianismo de tibiezas, perdones, olvidos, enésimas oportunidades---

Parafraseando (si no me equivoco) lo que dice Gauchet en algún lado: hemos perdido, hace muchísimo tiempo, la trascendencia de lo sagrado, la religión como depósito de lo trascendente; pero esto no significa la desaparición de lo trascendente, sino la posibilidad de su emergencia en formas diferentes (no religiosas)---

¿Por qué no la necesidad: si pretendemos seguir siendo ilustrados?

27 de enero de 2008

La crítica

Sobre los Diarios de Carrión:

Jordi Gracia, en Babelia.

Un blog en Periodista Digital.

Un "encuentro digital" en El mundo.

Una breve nota en Las provincias. Una reseña en el mismo diario.

Un reportaje en www.hoy.es acerca de la doble tendencia a la ficcionalización de sí y al impudor (consiguiente: ¿por qué no hacerles daño, si uno mismo no tiene empacho en practicar consigo mismo) hacia los otros. Una nota en el mismo sitio.

Poca cosa, la verdad (que yo haya encontrado en Google)---

Nadie en Abc.

Nadie (también) en el suplemento cultural de El mundo.

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Responda:

Una de las contribuciones "críticas" dice bastante de:

a) el nivel
b) el realismo socialista
c) quien la escribe
d) las tres son ciertas

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La página del autor.

Los Diarios...

... de I. Carrión (EDAF; con el hermoso subtítulo de La hierba crece despacio), magníficos---

No me mueve a decirlo más que lo que pienso---

De forma que, como se trata de un juicio subjetivo, se puede estar equivocado. Pero es que se trata de un juicio subjetivo acerca de lo que se basa (trascendentalmente) en la escritura ejercida por el juicio subjetivo---

El diarista lee a los diaristas: yo, el desconocido X, lee a Carrión que lee a J. Green. Ergo: X considera su obligación de leer a Green, de comprar un libro y de quebrantar una vez más la máxima frankliniana (trasunto neoinglés de los deberes nacidos en la niebla del norte) de ahorrar un centavo al día---

Andreia

No me pidas más que te ayude y te comprenda. Así quieres engañarte y engañarme a mí más todavía. Que uno se refiera (se defienda) a sí mismo, solicitando la consideración de su carácter, debería representar un motivo más de vergüenza que de orgullo---

Debería considerarse ridículo mencionar las querellas antiguas, de años o de milenios, cuando queda tanto trabajo por hacer---

Y en lo tocante al carácter, quizás fuese mejor fijarse en la forma que le conviene, más que en sus contenidos apolillados: de esa manera, fijarse uno mismo sobre la inteligencia, deshacer miedos y creencias arraigadas---

***

Las palabras soñadas ("aspecta", como verbo de una sentencia trimembre) no aparecen en el diccionario: puesto que éste recoge la realidad de los usos, si las palabras continuaran su existencia en la vigilia (trasplantadas del sueño inmaterial) habría que pensar en la existencia de un mundo también soñado (en una referencia de los términos oníricos)---

***

El silencio del que paseaba montaña arriba tiene que rechinar en la forma de culpa u obligación incondicional sobre los herederos: éstos han decidido cargar sobre sus hombros la esperanza de ilustración (instrucción, que no educación: palabra fascista). No pueden esperar la felicidad, y menos todavía confiar en el dios avalista, en el banquero del cielo. Esto queda para Dios y su Obra---

La confesión, o los nuevos procesos

"Para combatir el terrorismo hay que comprenderlo"

Esta cita, que encabeza el artículo de Juan Cruz, sobre la intervención autocrítica del politólogo/político canadiense M. Ignatieff en Cartagena de Indias, contiene una falsedad que puede ser justificable si pretende llamar la atención. Una falsedad que nace de la confusión entre lo que significa "comprender" y lo que significa "explicar". Los significados son construidos por los seres humanos, ciertamente, y los diccionarios se aprestan (más o menos rápidamente) a recoger los usos lingüísticos. Esto lo saben y lo ejercitan muy bien los políticos, que intentan traducir su poder ejecutivo en realidad lingüística (en realidad del mundo, en ontología).

Ciertamente, pero por mucho que se acepte la relatividad situacional de los significados, no se debe prescindir, si se quiere rigor y efectividad de pensamiento (y de acción), renunciar a las distinciones, a los cortes significativos en los usos de las denominaciones que adjudicamos a los acontecimientos. Porque justamente, "comprensión" sí que significa "perdón", contra lo que dice Ignatieff en la cita que pongo al final. Por lo menos "comprensión" designa el inicio del perdón, o el gesto de la intención. El incipit de la justificación, también. Aunque comprendo (sí, yo también comprendo) que hablar de "explicación" en estos asuntos no entrañaría una gran diferencia: que "explicar" no queda tan lejos de "comprender", de justificar y de perdonar, y a otra cosa. Vale: no es necesario sacralizar una distinción propia de la batalla académica de las ciencias del espíritu (explicar Vs. comprender), y querer imponerla como plantilla analítica para los acontecimientos. Vale. Pero me parece que estos ejercicios autocríticos, que giran en torno a palabras, tanto como alrededor de la confesión (cristiana antes de stalinista) del error, prescinden alegremente de la única consideración moral del asunto (el terrorismo), que gira (ahora) sobre la decisión plenamente consciente de alguien (que sabe lo que hace, y para lo que lo hace) de utilizar el recurso de la muerte ajena (la propia también, si hace falta) para optimizar su propia cuenta de resultados. Quien emplea el terror (da igual el diagnóstico de psicopatía o de moralidad) cuenta -me creo- con el efecto alejado de su "mensaje": después del miedo, del terror de la sangre y de los cuerpos despedazados, del dolor, cuenta con la confusión subsiguiente de las palabras, con la cobardía y con la tibieza de las razones. Por eso, y por más, se puede tener en el altar a Jean Améry (o Hans Mayer) y su decisión de no querer perdonar a quien le ha dañado hasta los fondos del alma (dañado a él, y a quien no es él: inocentes, todos). Es decir, que perdonar al malvado me parece una duplicación infame de la maldad: un cristianismo de la peor especie. Esto no tiene nada que ver con el resentimiento, sino con la claridad mental: con tomarse en serio que nuestra condición no es angélica, que el mal existe, y también la decisión de ejercerlo.

...

"Para combatir el terrorismo hay que comprenderlo. Uno no puede derrotar lo que uno no comprende. Comprender no es perdonar. Para ganar hay que comprender. Cuando se demoniza a los terroristas es cuando se empieza a perder la batalla. Si se comprende por qué se está peleando uno puede empezar a ganar. El Estado ha de combatir el terrorismo con una mano tras la espalda. Cuando uno se aleja del Estado de derecho destruye lo que uno trata de defender. " (Ignatieff, en la confesión)

El abandono del tiempo, deuxiéme part

Un domingo por la tarde, a finales del mes de enero de mil novecientos cincuenta y siete el hombre sin voz (aunque el silencio le había permitido no participar, años antes, en el ruido ensordecedor de las armas, y adivinarlo todo por el olor de la pólvora en el ambiente, o por los rostros y gestos de los demás) subía solo y trabajosamente por el camino de tierra que iba rodeando la montaña. Notaba que hacía calor esa tarde. De lo que no cabía duda alguna era de que debía examinar todo el terreno antes de que sus ojos entraran definitivamente en la zona de sombra (conocía que esto iba a pasar, más pronto que tarde), en la línea tras la cual desaparecía el mundo, y no se podía saber -¿para qué intentar determinarlo?- si era el tiempo el agente del abandono o era, más bien, la persona la que se dejaba ir y lo dejaba todo. Necesitaba, lo percibía, algunas evidencias, que todavía no le podía dar el hijo pequeño, que no era yo. Y, a partir de ahí, construir, y no olvidar nada: volver sobre sus pasos, si lo consideraba necesario, examinar su vida y su silencio, dejar que sus ojos se entregaran a la luz y el aire, antes de la noche que extingue la claridad.


Nota: se me queda, lamentablemente, como un ejercicio escolar, uno más, lo que ayer tenía bastante claro: la repetición de la experiencia, la vocación, la necesidad de poner orden en las representaciones de que va conformando la experiencia vital, la reflexión que se refiere al tiempo personal, y también al pasado y al futuro. Seguramente sucede que en el ámbito de esta reflexión complicada -confusa en el contenido mismo, desordenada-, que se anuda inmediatamente en una especie de emoción que embarga el ánimo, se piensa uno que puede sobrevolar(la) por encima de las palabras, y no es así. Aunque no se pretendía ese excederse inhumano (Dios nos libre), sino más bien lo contrario: la conversión de la intuición inmediata a discurso, dejando para después (¿para cuándo?) la cuestión correspondiente al lugar de Dios en el programa reflexivo: a) garante de todo, de mi mente y mi exterioridad, como superidea y superrealidad, o b) como niebla que induce a la fe inefable en los cielos del norte de Europa, cuando caen por la actual Kaliningrado (¿se llama así ahora, en 2008?).

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(Lo mineral y la muerte)

Rayos y centellas

"Sarkozy finaliza su viaje a la India tras una visita relámpajo al Taj Mahal."

Pues eso, que en El mundo ya han corregido el simpático y humano error, y la j ha cambiado en g---

26 de enero de 2008

Rallos y zenteyas

"Sarkozy finaliza su viaje a la India tras una visita relámpajo al Taj Mahal."

Po´eso. Quer presidén de la repiblik aztao en er talmajal.

Oh dioses crueles!

Este verano puede que Antonio Banderas y familia tengan que ir a un hotel si vienen de vacaciones a Marbella, a causa de la orden de derribo de mil metros de su vivienda---

Esta estupidez, frívolamente sostenida en el programa televisivo de cotilleo, no debe ser tan inocente como uno tiende a pensar. Si no se revuelve el estómago y no dan ganas de mandar al demonio a quien propaga cosas semejantes (noticias tales), si no sucede esa reacción, entonces habrá que pensar que cualquier cosa es esperable del carácter acomodaticio y superficial---

Inorgánico/orgánico


El corte del cantero, la piedra muerta y dorada, no pueden impedir el empeño de la vida modesta. Aunque la foto no es clara---

Polémicas educativas...

... , luchas culturales, guerras de civilización, fin del mundo, grosería y malos modos (esto es lo peor; digamos que el descorche de champán en el Senado italiano -reprobación de Prodi- a mí me resultó nauseabundo, asquerosa la visión de la chusma rampante engalanada y gobernadora):

En Ilustración liberal, Nº 30 - RESEÑAS:

"El manual de Alicia"
Por Javier Orrico

Signo del tiempo

A propósito de un libro de J. Mª Álvarez:

"Los individuos hemos perdido el sentido y la responsabilidad de nuestra propia e intransferible existencia, confiando en el Dios Estado el deber de nuestra felicidad y de nuestra humanidad. Se ha perdido el sentido de la realidad humana, finita y sin precio, y se nos oculta, nos ocultamos, que la vida, la de cada cual, es una esforzada y agridulce batalla sin fin. Amansados y entontecidos experimentamos lo que el Estado -que se rige por sus propios motivos de perpetuación del poder y de las clases dirigentes- desconocemos lo que significa la individualidad y la libertad."

La historia de los hombres

Imposible mirar a tus espaldas (al pasado), se dice un hombre o un pueblo a sí mismo, sin encontrarte con que muchos, muchísimos de los actos vienen a ser productos de la estupidez: de una decisión caprichosa, impremeditada, irreflexiva, con información insuficiente, engreída, etc.

No queda más remedio que avergonzarse, bajar la cabeza y leer un libro: leer para olvidar, realizando el temor platónico que recoge el Fedro a propósito de la escritura; o sea: la escritura como olvido-fármaco---

25 de enero de 2008

¿Esperanza?

La vida (humana) replicada no haría más que duplicar el infortunio; y sería una burla de lo sagrado, un contemplarse por dentro---

***

El victimismo conduce a la cobardía o al crimen. Conduce o consiste en. Por lo que la única salida está en la razón, por mucho que yerre---

La salida está en la razón que se atreve, irreverente---

Discu(r)siones

En torno al sentido de evidencia como prueba policial, si se trata o no de un anglicismo---

Pero ya el sentido francés, cartesiano, clásico de la palabra (según la primera "instruction" del Discurso del método) nos hace saber que la evidencia (lo indudable, dicho negativamente; lo cierto, positivamente dicho) representa la prueba inmediata (intuida, no discursiva) de la verdad. El Petit Robert parece recoger/acoger ese sentido prestigioso---

O sea, que más que anglicismo se trata de un galicismo reimportado, pasado por la institución policial: y también por la crónica periodística, esa especie de policía de los asuntos que contiene la reflexión de la vida---

Que quisiera contenerla---

Cuando la cantidad ...

... de desgracia acumulada a lo largo del tiempo es ya demasiado grande no se sabría dar vuelta atrás: para creer en la alegría irreflexiva, tan irreflexiva como la confusión mental que genera y regenera el malestar del alma---

Al salir a la calle se comprende que no es más, en el fondo, que esta niebla londinense que permea las vetas del alma, deshaciendo sus nudos a la vez que afloja los lazos del cuerpo---

***

En un apunte de Diarios de Carrión, de mil novecientos sesenta y tantos, el autor (?) plantea de una forma un tanto hipócrita la contradicción que supone la escritura de un diario: dada su pertenencia esencial al espacio íntimo, privado, inconfesable---

Pero el diario es justo lo contrario (su intención apunta a lo contrario, a la máxima publicidad): se habla y escribe consigo mismo igual que si se estuviera confesando al mundo o a Dios, a lo universal---

La escritura electrónica únicamente viene a suavizar esta confesión, limándole las durezas: puesto que entre el alma y Dios se interpone la infinidad de seres humanos (no de lectores: creer esto es absurdo; sino la infinidad en tanto que posibilidad de cualquier lector y lectura)---

24 de enero de 2008

Ser un escéptico...

... , un cínico, un canalla: inevitable---

Suena fatalmente, a libro rojo enmohecido, al insulto que llega presto en cuanto alguien se decide a levantar la mano, a cultivo pormenorizado del sectarismo y de las traiciones. No se puede evitar pensarlo:

(Texto de A. Mª B.)

La clave está en esa "expresión" subrayada, que nunca se sostiene a sí misma, espontáneamente: que viene de muy lejos (muy lejos de la verdad, pensamos), de la ciencia "realista", de la ortodoxia, de la fe renacida, de los nuevos avatares del integrismo religioso, que deciden hacerse de la política del pueblo---

Lagarto, lagarto---

Va de (más) apuntes escolares

Pues uno mismo no alcanza a diferenciar lo escrito, lo etéreo, de su vida y su trabajo un poco modestos y provincianos---

Me parece algo maravilloso (qué poquita cosa soy, Señor, confesándote estas cosas) poder leer los pensamientos y decires de Confucio con la red de los conceptos propios de la conciencia libre y subjetiva (occidental -europea, cristiana- según la proclama filosófico-histórica de Meister Hegel). El texto casi no necesita ser forzado: van deslizándose los ojos cansados por las líneas traducidas (¿cuál debe ser la experiencia mental de poder leer en chino: que la gramática universal coincida con haber nacido en el Imperio del Centro?) y el bolígrafo -de tinta borrable las primeras ocho horas: comprado en una de esas tiendas que la deslocalización, la globalización y la modernización extremo-oriental han traído a mi pueblo- necesita apuntar lo que a la cabeza se le ocurre, nada más casi que palabras sueltas o que quieren emparentarse un poco, pero sin adquirir compromisos gravosos, y se va anotando entre las líneas o en el margen de la página fotocopiada---

No tengo que forzar ninguna máquina: las palabras piden ser desalojadas del sistema social e histórico que las encorseta, quieren ser devueltas a su condición de poesía o concepto universal e intemporal---

Luego no me ha de extrañar ganarme yo la fama de algo chiflado (¿algo?: sonríen), pero he conseguido que los alumnos vean como algo normal hacer su propia explicación de los sabios y milenarios consilia confucianos---

Educación para la ciudadanía, of course---

Los medios...

... no han de confundirse con el mensaje: pero en la medida en que contienen la forma del mensaje, o el hueco que ha de rellenarse con las informaciones, deberán tenerse cada vez más en cuenta para comprender y comprendernos.

Es decir, la antropología se conformará -desde ahora- a partir de la categoría de la información, una vez que ésta se ha convertido en sustancia, en depósito de la ontología---

Un apunte escolar: nada más---

23 de enero de 2008

Religión y/o política

No quiero ser injusto con la letra del texto (de A. Mª B.). Lo que pasa es que no me gusta nada la mezcolanza de creencia trascendente y política secular, que me condenen al infierno por no tener las ideas de la ortodoxia totalizadora (dios + sociedad)---

Otra sesión de historia religiosa

Un castigo, y una tortura (el texto, hasta donde he llegado hoy: no puedo más, me rindo): y tiene uno que pedir perdón porque hubo mucha gente que sufrió, también porque la historia de Brasil debe ser algo apasionante, como múltiple experimento frustrado y esperanzado, en todos los órdenes---

(Por lo menos el capítulo correspondiente del libro de Casanova acerca del papel público de las religiones en la actualidad - en el "mundo moderno"- deja al lector con la soberbia curiosidad de explicar/se -de pedir y buscar ulteriores aclaraciones- cómo la jerarquía católica pudo hacerse comunista. Si es que se hizo, pero la duda cabe.)

Pero este discurso académico y bienpensante se queda en una superficie periodística partidista, muy lejos del espíritu frío y neutral (aunque resulte antipático) al que debe consagrarse la verdad histórica, su búsqueda---

La complejidad de la acción, cuyos preliminares discursivos se me representan como una de las pocas posibilidades de un conocimiento filosófico vivido, debe huir, quedar al margen, desdeñar la piedad satisfecha, que es uno más de los obstáculos puestos al conocimiento---

Sea por las memoria de las víctimas, que deben quedar al margen de teólogos laicos y religiosos---

Tres anotaciones de ayer...

... sin pretensiones mayores:

1. Se conoce, al despertar, la obligación o la intención de continuar el hilo del sueño. Esto sucede justo al despertar: con claridad y alegría---

2. Recesión? Qué recesión? Me da bastante vergüenza confesar que nunca entendí casi nada de los movimientos y catástrofes económic@s. No he debido ser un alumno aplicado, o simplemente no estoy dotado para estas cosas: intereses, conceptos, razonamientos y modelos de la ciencia económica. Seguramente no se puede comprender nada si no se comprende esto, si no se conoce esta realidad básica de laa producción y distribución de recursos: quiero pensar en la posibilidad de un subtexto más o menos explicativo (biológico o sociológico) que (me) facilite las cosas.

De libro de Pichot sobre la relación entre biología y sociedad me quedo con el camino de vaivén entre las ideas sociales y políticas y la biología: así, la sociobiología representa una traslación (metáfora va!) de conceptos propios de las ciencias de la vida. Pero una traslación falsa, puesto que los conceptos (supuestos) de estas ciencias de la vida constituyen, a su turno, un trasvase de las ideas económicas, políticas y sociales (filosofía o ideología en sentido amplio; o cultura, o civilización) que estaban en circulación en la época de las Luces (es decir, hace miles de años mentales).
Así que mi subtexto filosófico-científico esclarecedor no llega a ningún sitio y me devuelve a los corrales de la economía, a la incomprensión (sustancia de mi persona)---

3. No resulta coherente pedirle a Dios que tengamos suerte con la lotería. Parece sacrilegio, y lo parece porque supone insertar la contradicción o el capricho en la mente de Dios, poner una cuña en su plan providente. Es lo que, más o menos, intento decir a este hombre, al que debo muchas cosas, pero que ayer no estuvo especialmente agradable. Quizás por mi torpeza. Y su egoísmo. pero le estoy agradecido: todos tenemos fallos. Yo el que más.

***

No doy abasto. Los Diarios de Carrión, magníficos. El hombre rebelde de Camus, magnífico. Un día más con vida de Kapuscinski, igual. ¿Qué voy a decir de Foucault, Las palabras y las cosas? Sólo me enfadan los sociólogos de la educación y los pedagogos (algunos de ellos, claro): hipócritas santurrones, malintencionados, amigos de fuegos ajenos, miserables---

22 de enero de 2008

Hoy leí un texto...

... de historia de historia de la religión -Onán metido a académico, a la espera de un discípulo todavía más sabio que acceda a la historia de la historia de la historia- que, si tuviera que esclarecer con la norma de la pasión estremecida del primer y ya fracasado amor o, en el ámbito del mudo ser de la naturaleza, comparar con el rubor incendiario de la rosa inocente sorprendida, me forzaría a imaginarme la presencia de un porteño escéptico, a la puerta de una casa situada en un lugar indeterminado al pie de los Andes, entre la frontera del norte y Tierra del Fuego, una tarde de verano ardiente e infinito, entregado al examen razonado de un prospecto farmacéutico---

Y aun así tendría la obligación de encontrar el punto de ansiedad en su sosiego, memorando la edad, las pérdidas y la impiedad de la época---

A mí me viene muy bien leer estas cosas inanes, porque me distraen y me permiten olvidar la poca cabeza que he tenido siempre, la que tengo, y con la que me moriré---

***

Los Diarios de I. Carrión (Edaf) son otra cosa: algo que promete si a uno le han enviado a Viena con 23 años y posibles monetarios familiares, para curarse la neurosis---

Eso sí, casi mil páginas en un formato de libro considerable y pesado, milgramista por lo menos (según la escala cultural de Ken Follett; ¿se escribe con dos tes?).

No logré poner...

... en la fotografía lo que percibí al ver "la escena" la primera vez, igual que no consigo acordarme de algo que anoté esta mañana en un papel. Absurdo, pero así es.

De todas formas:


Creencias

En el fondo, el largo trabajo del Dr. Casanova no constituye sino otro piadoso ejemplo de la ímproba labor que desarrollan los sectores académicos, muy acomodados, para vender la misma mercancía contrailustradora. Para empezar, uno tiende a sospechar de las antesalas argumentativas de los sociólogos que empiezan (valga la repetición) acusando al que mantiene otro punto de vista de infamias morales como el racismo y otras lindezas. Sutilmente, este aroma se desprende a cada momento de la argumentación del escritor. Sutil, pero al final no huele bien: se necesita este chantaje moral para poder culpabilizar mejor al comprador (posible, no del todo convencido; malvado a veces, como yo me siento). Porque no se trata de si la ilustración secularizadora, laicizadora, privatizadora, diferenciadora, etc. contiene en sí una profecía de autocumplimiento, que seguramente sí la contiene, sino de un asunto muy diferente: si se trata de algo negativo. Porque no lo es -creo yo- en términos de la tentativa ilustrada, emancipadora, tolerante, racionalista, etc. Hablar, escribir, en este tema y en este sentido, de una tolerancia intolerante, porque no se admite la intromisión/quebrantamiento de las reglas por parte de las religiones privatizadas por el decreto liberador racionalista ilustrado representa el colmo de la mala fe (si no fuera porque la mala fe parece imposible de colmar, y siempre se pueden encontrar nuevos records). Pues estaría bien que se admitieran los créditos religiosos en el terreno de la razón! A estas alturas! Naturalmente, este terreno semeja el único en que Casanova no quiere jugar, porque tiene que desplazarse muy lejos de casa (me parece a mí). Pretende asentar sus reales razones en la maldad de una profecía de secularización ilustrada que resulta condenada como engañosa: pues el afán descriptivo in the long run de la categoría sociológica de la secularización, como marca característica de la modernidad, no puede esconder, a su juicio inquisidor, la seña culpable de un deseo de que la cosa se cumpla y la religión se condene a un infierno privado. Pero es que no otra cosa resulta el descubrimiento de Casanova: es decir, su descorrer el velo, para poder observar mejor los manejos de los tolerantes intolerantes ilustrados, se me antoja un apasionado descorrer para que nuevas cortinas vengan a velar los ojos. Sí, de la niebla religiosa hablamos, en su rostro más afirmativo, identificador e identitarizador. Todos comulgando en una única iglesia, que, esto sí, puede tener distintas marcas, de acuerdo con el signo de los tiempos marketing (si el tiempo es oro, el tiempo tiene que ser mercado, publicidad, ventas). Esta realidad es la que quiere desterrar a hisopazos de contribución religiosa positiva. Como si no conociéramos en qué consiste esa positividad (pero nada se dice -nada me atrevo a decir yo- de la conducta positiva de los hombres religiosos, que todo hay, y muy heroico). La religión pública, cualquier religión pública (¿de veras es necesario recordar esto en la tierra de María Santísima del Nacionalcatolicismo de los cuarenta años?) representa el río revuelto -porque no se conforma- de las coacciones y las culpas, de las inquisiciones y de los fuegos. ¿Qué necesidad tiene, si no, de exhibirse en público: si constitucionalmente tiene todos los derechos de práctica y culto privados? Tiene todos esos derechos, pero quizás no convenga que tenga ni uno más: la religión es sagrada en la conciencia y así debe ser, como todas las fuerzas propiamente humanas y humanizadoras, pero no debe chocar con ese otro derecho fundamental, tan sagrado también, como es el de descreer respetuosamente y no ser inquirido por ello (lo que vale tanto para las religiones religiosas como para las políticas, las del dios estado moloch)---

21 de enero de 2008

Este edificio...


... al otro lado del colegio, en la carretera que lleva al cementerio, siempre pensé que desentonaba en Little City. Hay algo de agradable - sí, así lo quiero dejar dicho: una parte que no sé localizar- en las desusadas líneas (para la construcción anodina que se estila aquí), aunque acabe definitivamente deshecho por el espanto de la antena que corona la obra---

Al lado del camino...


... por el que circulaban los camiones que trasladaban la piedra de la cantera, que se encontraba algo más arriba, se halla esta pequeña cueva que, no sé por qué, me imagino que se podía usar como refugio -bastante precario- cada vez que barrenaban el terreno---

Coincidencias

Cordura y no---

***

Estamos aviados: viendo el remedio educativo de Rajoy, su acre determinación de acabar con Epc (una asignatura necesaria aunque mal hecha: pero también las casas son necesarias y a veces se construyen mal), pues él no quiere adoctrinar sino respetar la libertad, la incoherencia absurda de pretender distribuir sus contenidos aceptables entre diversas materias (ha descubierto la transversalidad; pero, el distribuir los contenidos ¿asegura automáticamente el respeto a la libertad?), recordando su etapa virginal al frente de la cartera educativa (sic), sintiéndome personal y profesionalmente aludido, pues cualquiera puede sospechar al saber de mis actos (profeso la cosa de la Epc, con escaso rendimiento doctrinario) que soy uno de estos manipuladores al servicio del gobierno, y que me merezco también las más duras condenas: tengo por una de las más estupendas muestras del más rancio, genuino y actual surrealismo hispánico la estúpida ocurrencia del reverendo que me hizo, a mí y a mis colegas, pariente o servidor del dueño del infierno. Luego, aquí, en provincias, un mequetrefe mal indoctrinado -él sí- tuvo el coraje de pedir que no se aprovechara la materia para enseñar marxismo. Marxismo!, yo, que era de la UCD en edad de ser rojo. y dice el muchacho que espera que no enseñemos marxismo. Anda, y que lea!: como si fuera fácil leer a Marx. Como si él lo leyera.

Pero he perdido la segunda parte de la frase : "Viendo el remedio educativo de Rajoy bla bla bla", viéndolo, siento pena de este hombre que me pareció siempre decente y que ahora me parece mal informado, peor aconsejado. Que Dios nos asista y nos libre de los ojos de los políticos. Unos inquisidores ignorantes, o al revés. Defiendan la libertad o lo otro.

Foucaultiana brasileira

Nota: tenía antes más claros el tono, el contenido y la estructura. Esta mañana, entre sueños.

...

Planea entre la páginas un espíritu conocido, el de la santa distinción entre dos mundos: el verdadero y el de la doxa. Corresponde el primero al juego del lenguaje -entre el conocimiento y las cosas-, capaz de instaurar su propio tempo y, con ello, una cronología interna más verdadera que la sucesión de las opiniones---

El final del libro (Las palabras y las cosas) trae la hermosa imagen de las huellas del hombre en la arena de la playa (el humanismo concretado en las ciencias del hombre), borradas por el mar, como si fuera éste el que jugara. La imagen es tan terrible como bella: pues permite un retorno voraz de aquello que niega el lado ético del humanismo, su rostro individualista, tolerante y epicúreo.

¿Por qué la razón va tan ligada con la locura?

20 de enero de 2008

Hommage

El exceso emocional no suele servir al propósito de otorgar voz. La restitución que efectúa la memoria tiene que guardar una distancia adecuada. Algo que es difícil de efectuar mediante el recurso mental consistente en la imaginación de tiempos alejados progresivamente, desde los años noventa hasta los inicios de los ochenta y, más atrás, a la infancia. Esta devolución lingüística, confesando que otra cosa ya resulta imposible, me parece lo mínimo que debo hacer, sin ulteriores propósitos, administrando el único recurso que aún sigo considerando válido: la independencia, y la soledad---


Pues sí: seguramente es la escala de la memoria. Esto es: un imposible---

Flor de asfalto


No me representaba la existencia de la inexperiencia inocente arrojada a las calles de la ciudad, expuesta a una aventura que, si es condición de libertad y ganancia, puede llevarla también a la destrucción. No quería pensar en nada humano, profanado por otros humanos. Solamente se trataba de un almendro humilde y primerizo al lado del camino---

El discurrir en paralelo...

... del sueño y la vida diurna: señal -deberá ser así, no te importe si se trata de un acuerdo convencional- de un ejercicio imperfecto de la libertad en las horas de vigilia, de un incumplimiento -no por relativamente pasivo menos culpable: el aliento divino está en todos nosotros; i. e., la independencia de criterio- de la tercera máxima provisional del señor De las Cartas, el admirable fundador de la dinastía.

***


A partir de esta foto terrible y maravillosa (por el contenido, no por la ejecución) se me ocurren un montón de lecciones filosóficas que extraer, como el escolar aplicado en que me he ido convirtiendo con la edad. Está todo ahí: la luz del día, y también la de la noche (la farola), el método (la calle misma), la construcción del saber desde los cimientos, el cielo ideal, la vida y la muerte (los hierros inquietantes que sujetan la red de protección: recordatorio de la dureza de la existencia humana, sometida a leyes), etc., etc.

19 de enero de 2008

Sarkozismo

Entre dos viajes de lujo, amour et grandeur, la sentencia cae gravemente sobre una sociedad adormecida por (en) un cristianismo tibio de últimos días, con el cuello preparado para morir.

No gustarán las formas, pero no hay por qué depreciar el sentido de los propuesto: no contienen ninguna discriminación, sino la obligación de cumplir con unas reglas, todos---

¿Hay algo más estúpido -suicida, decadente- que disculpar el incumplimiento de unas reglas que todos conocen perfectamente?

***

Me parece que la palabra ("sarkozismo"; 2410 ocurrencias en Google, hoy) se utiliza para mencionar una doctrina política (ambigua; o incluso inexistente) pero no la forma (estructura, esquema) lingüística (en el sentido amplio de los elementos que componen un speech act) de sus propuestas---

Inhabitable



De Chirico

La proliferación...

... de la letra impresa en la red hace más urgente que nunca la alfabetización tradicional---

Pensar en que no es necesaria la erudición personal de signo libresco, porque la información "está ahí", como decía un psicopedagogo tan atrevido como ignorante (pero ¿no es lo mismo?), que es irrelevante ese saber de signo personal en la era de la información electrónica, revela un más que ingenuo (y económicamente sin sentido) empirismo (dogmatismo y papanatismo tecnológicos)---

...

Ni apocalípticos ni integrados: lectores cultivados: para lo cual se exige silencio, respeto y autoridad en las escuelas/institutos, y profesores bien pagados---

...

¿Quién resume y quién opina?

Público o privado

Barnavi en El cultural.

Maldad

(Una alegoría impolítica o contrapolítica)

Nunca pensé en abrir el libro, a no ser que una voz me lo ordenara desde arriba, en letras negro sobre papel menos blanco (papel oficial). Podría emprender, arropado con la blanda y blanca manta del decreto, la persecución de los insumisos. Como soy un animal metódico, tendría que proceder en dos momentos: primero me convencería a mí mismo de la necesidad de hacer el mal, propalando razones que justifican el optimismo de los súbditos y la benevolencia hacia el gobernante; en segundo lugar, no tendría impedimentos en llegar al insulto de los tímidos, sabiendo de su propensión a no reaccionar, aunque ellos dicen que no es por cobardía, sino por la clase de genes de que están dotados, que les obligan a la vergüenza continua y a querer medir sus actos por la conciencia -doblemente ajena- de los mayores desaparecidos---

...

Estos individuos revelan ser notorios perdedores: las únicas empresas de las que salen vencedores suelen ser las que ganan contra sí mismos, su memoria y sus errores. Después de todo, a fuerza de desengaños, han llegado hasta a considerar ridículo el pedir perdón: no lo consentirían para sí mismos. Pero, exactamente por esta razón, nada estiman más pernicioso que el orgullo de sí, que desprecian como la peor debilidad---

Acción y memoria

Durante un tiempo mantuve la ilusión de ir escribiendo mis notas en una libreta vieja, de hojas amarillentas, que encontré en el desván. A trechos, había en aquellas páginas olvidadas algunas frases que alguien (¿yo?) había escrito en una época anterior de mi vida. Como cosas sin sentido, las tenía que ir borrando ahora, sin saber muy lo que hacía ni por qué. Me llevaba por la inercia, lo que es una manera de confesar que realmente no hacía nada. Sólo que el miedo o el frío se iba adueñando cada vez más de mí y de mis intenciones: al escribir y tachar las frases de mi tiempo olvidado, no era el lenguaje el que era modificado o hecho desaparecer, sino yo mismo con mis intenciones, arrojándome al olvido contra mi pretensión de hacer lo contrario.

...

De una forma incomprensible, el ser que actúa (en el presente doble del espacio y el tiempo, del lugar e instante concretos, ostensibles) se rinde, derrotado por sí mismo más que por los acontecimientos, y va viendo pasar los hechos suyos como hojarasca seca: lo mismo que hace, cuando lo hace, y ya separado de sí mismo.

18 de enero de 2008

Un diarista...

... que lee diarios no sale de ningún sitio y no va a ninguna parte: hay una forma un poco grosera de señalar esto---

No parece necesario decirlo---

Aula de religiones

Un artículo de José Casanova en Revista Cidob.

Largo, más de treinta páginas en Times New Roman a espacio y medio.

Me obligaré a leerlo---

¡Qué difícil!


Ni mucho menos es difícil: para ilustrarse sólo se pide la voluntad: puesto que la moral cartesiana (según la edición de Gilson del Discours...) sirve a la ciencia nada más. Puro platonismo, más consecuente que el platónico y su imposible ciencia para la política.


***


El desastre.

Se es feliz cuando...

... la resta sucesiva de ambiciones te lleva a cero. Esto, que puede valer como regla atemporal estoico-cartesiana (la victoria mayor sobre uno mismo se obtiene cuando no se ha planteado siquiera entablar batalla: de forma que las pasiones ya están derrotadas sin haberles dejado hablar), que ha sido verdad -en mí, pero ¿en quién no?- en algún momento señalado y crítico, no tiene por qué ser impertinente ahora mismo, esta tarde: cada vez que el hablante dice yo, sostiene algo y -coherente consigo mismo- se propone emprender la sustracción de predicados; es decir, los nombres exactos de esas -y otras y otras más- actuaciones que no le van a conducir a ningún sitio, puesto que debe saber que la tela de araña es antigua e impersonal (enmarañada)---

-¿Quién habla aquí?
-El lenguaje (los otros) que ha querido dedicarse unas verdades, brindar por su amplia soledad---

No tiene que...

... resultar sencillo obligarse a consignar el contenido de los días, llueva o nieve, haga frío o calor: contar, en pocas páginas, sucediéndose los hechos unos a otros, la muerte cruel de un familiar muy cercano, un viaje para dar una conferencia o para escucharla, junto al editor no-reconocido-por-su-escritor, la vida de los mendigos en las plazas, la obsesión coleccionista (bibliófila), etc. ---

Así, en Do fuir, de A. Trapiello.

Nota: El editor, la editorial, es el de Pre-Textos. Ya pondré una cita de/l reconocimiento -de su persona, de su labor, de sus libros- por parte de Trapiello.

...

Otra nota: ¿está bien dicho "ocuparse con"?

17 de enero de 2008

Salvado...

... del ridículo, de la timidez: es el otro el que actúa, y ése no tiene vergüenza.

Acciones mutuamente...

... interpretadas llevan a incomprenderse: el que interpreta eres tú, o él.

¿Qué será...

... lo que uno espera encontrar en estos libros de historia de las ciencias de la vida? Viendo que casi todo el saber del pasado desaparece, sin dejar otro rastro que estos pálidos recuerdos de los historiadores, creer -entonces- que uno, el lector, accede a algo así como una verdad de las cosas (presentes, vivas) debe representar el mal historicista que enfurecía a N., que no podía evitar caer en él.

De casi cuando..

... empecé la carrera (yo fui un pésimo estudiante) me viene la ilusión de que existen algunos libros de filósofos del sigo XX (yo estudié en su final) que podrían sintetizar el sentido de la actividad filosófica contemporánea; históricamente justificada, además: en un sentido que no debe estar lejos del sentimiento ante la propia obra realizada de un Aristóteles o un Hegel: la obra propia como verdad-superación-síntesis de una tradición. Uno de esos libros era Las palabras y las cosas, de M. Foucault. Otro, Conocimiento e interés, de J. Habermas. Las dificultades de lectura se me aparecen paralelas o complementarias: brillantez y vaciedad detrás del verbo intrincado -fugado semánticamente: imposible leer obligándose a fijar continuamente la referencia de los términos y el uso de la forma discursiva de moda- del pensador francés; descubrimiento de los mismos mares detrás del alemán imposible habermasiano---



No renuncio a acceder a una comprensión medianamente adecuada de estas obras, que no conceden tregua; ni los filósofos, por escasos que seamos, debemos permitírnosla. ¿He dicho ya que yo admiro la grandeza de estos dos libros de los sesenta? ¿No? Pues lo digo. Cada vez tengo menos tiempo, ya he rebasado los cuarenta, pero tengo la fe todavía---


16 de enero de 2008

Como estoy tan cansado

... , no quiero nada más que recordarme a mí mismo, por si algún día se me ocurre pensar en ello, los sencillos trasvases que se producen, en torno a algunas metáforas orgánicas, de la sociología a la biología, y al contrario: la contaminación, consiguiente, del mundo ético; si no sucede que una ética antimoral (más etología que ética) preside todo el empeño de los razonamientos, ab initio. Quizás los filósofos no deban seguir guardando las puertas de la moral, si es que alguna vez lo hicieron, aplicando la navaja de la razón a las máximas, voluntades y actuaciones humanas. Tendríamos que inquietarnos, no obstante, cada vez que recordemos que los comités bioéticos están presididos por los científicos cuya práctica es objeto supuesto de examen: ¿con qué criterio examinan ellos, si las viejas tablas de la moral han caído una detrás de otra?

Todo esto a propósito de unas páginas que he leído hoy -día de permanencia en el IES- de La societé pure, de A. Pichot: considerando lo atractivo, por descarado y desprejuiciado que es un argumento del tipo de los que se basan en la idea de la eficacia de un control "natural" (epidemias, o guerra bacteriológica) de las poblaciones humanas, a fin de facilitar el equilibrio malthusiano y la salud del conjunto de la humanidad, el bienestar en sentido amplio, que va mucho más allá de la protección "sagrada" de la vida particular o meramente humana (vid. pp. 282 ss)---

Hýpnos

Uno de ellos es huérfano: acomodado en el asiento del vagón, no percibe nada del ruido de esquilas (las relaciones) que va llegando del mundo de fuera. Quizás sea por una razón parecida por la que se muestra tan partidario de viajar, de soportar pruebas y vencerlas, más con su persistencia que con astucia. Cuando llega la noche, efectivamente, debe volver de un corto viaje cuyo destino ya ha olvidado. Sabe solamente que se trata de un camino que le resulta familiar, por el lecho seco y pedregoso de un río que ha frecuentado desde que era niño y jugaba. La vuelta es más difícil: está cansado y tiene que soportar, ya lo he dicho, numerosas pruebas. Las va pasando todas, pero se equivoca con el último enigma propuesto y es entonces, al reunirse todos aquéllos que había derrotado anteriormente, cuando comprende el peso que tienen las apariencias en su vida. Le parece que puede vencer, pero no es realmente así: los otros son de la misma familia y le condenan a morir. Con la absoluta falta de lógica que tienen estos acontecimientos de la noche, ve que el castigo recae sobre otro que ha dejado de ser él. Importa nada más que el castigo por la culpa: no las personas ni los hechos que han conducido a la sentencia---

15 de enero de 2008

Aun la pérdida de una pobre bufanda...

... sume a tu memoria en la peor tortura, en no poder recordar ni los más recientes pasos. Aunque sepas que no es algo de tan escasa importancia, que hay gente que vive o muere por mucho menos (muchísimo más menesterosa y merecedora que tú): por una bolsa de plástico, un cántaro o una escudilla.

-¿Quién habla?

Aparte de la vergüenza de no saber si la respuesta que te da cuando le preguntas (allí, en el bar) no constituye una burla de ti y de toda tu persona, si no te está diciendo que sí cuando te está diciendo que no.

-Cállate, aprieta los dientes y reniega de ilusiones. Confía, como dijiste hoy, en que falta un día menos para la vida eterna, para poder estar entre los justos---

***

En el teatro actuaban, normalmente, dos personajes, él y su otro, los dos hombres vulgares, resentidos y de poca piedad, sin fuerzas para rebelarse. De vez en cuando, muy de tarde en tarde, venía el pariente malencarado (sí, el que tuvo que irse del pueblo), dispuesto -el sí- a exhibir la planta de un hombre -de ánimo sombrío y esquinado-, que no tolera intromisiones en su moral ni en su pobreza (para eso ha tenido que soportar la dureza del clima de Indias, el desprecio de los de allí, y el de los de aquí, ahora que ha vuelto). Éste, ligado a los otros, por mucho que no lo quiera, no puede alejar de sí la desazón que le produce pensar que está actuando injustamente; los otros, con las ideas bastante más claras, recogen de él su cara de sombra y se hunden más blandamente en la miseria, al fondo de la habitación o entre las sábanas cálidas y no demasiado limpias que resguardan la carne doliente de seres humanos como él, los parientes y todos---

***

Pensabas que acortando a través de oteros y barrancos podrías encontrarlos en la carretera, llegar a aquel punto antes que el coche. Vana ilusión. En cuanto empiezas a andar se te olvida el coche y la misión (lo cual también te pasa cuando no viajes en el tren imposible de los sueños), no sabes quiénes son y la misma tierra que aplacaba tus pasos se ha convertido en nieve que rascas con las uñas cuando llegas a gatas al pequeño ribazo que te separa de la carretera. La nieve se parece a una costra blanca y fría que no se resiste mucho a tus esfuerzos, de manera que no te cuesta nada ver las manchas de sangre escondidas. En el sueño no lo sabes, porque hasta allí ha llegado tu dolor y olvido encubridores, pero la tierra habla de tu conciencia y de la de todos los hombres. No quieras llevar la inquisición más lejos, hasta preguntarte qué puede querer decir ese trayecto en paralelo hasta el encuentro: tú caminando solitario, dificultosamente; ellos, los desconocidos, en compañía. La vida inconsciente te ha dado una imagen sutil del pecado y la búsqueda del perdón -tendrías que pensar-, mucho más adecuadas -lo sientes- que esa masa de chicle infinita y asquerosa que va saliendo -¿cómo?- del cielo de la boca, y que esta vez no puedes cortar con los dientes: una vez -será ésta la razón- que la vida consciente te ha informado de la interpretación del sueño. (Por piedad, por falta de derecho, a causa del benéfico tiempo que secreta el olvido, se calla uno la historia de culpa y ahorcamiento que me contaron.)

14 de enero de 2008

El escriba

-¿Quién está de guardia?
-X.
-Que se ponga a escribir.

***

Claro, esto que pongo a continuación (Rafael Feito, en El país, 17 de diciembre de 2007) sale en un diario que lee (y no hay razón para pensar que no se tenga en cuenta lo que dice, opiniones de signo claramente político aparte) la mitad del arco parlamentario (los políticos) y extraparlamentario (los votantes) y, si no fuera por Mr. Google, sería imposible de anotar y contestar.

No hace falta -no haría falta- comentar lo que dice (¡qué fácil es señalar con el dedo y arrojar piedras: mester de cobardes!).

"Nuestros pésimos resultados en comprensión lectora -corroborados en el estudio internacional PIRLS con alumnos de nueve años- son fácilmente comprensibles en una escuela, especialmente la secundaria, que rara vez va más allá del libro de texto -el cual ni siquiera se llega a leer en su totalidad- y de la cultura (sic) de los apuntes. Tenemos bibliotecas escolares -muchas de ellas excelentes- y escasas bibliotecas públicas, por regla general, todas ellas infrautilizadas. ¿Para qué leer si todo está ya en los apuntes, si no se incentiva la actitud investigadora, si no se promueven dentro del aula escenarios deliberativos en los que intercambiar opiniones informadas? Como mucho se leen libros en la asignatura de Lengua, lecturas más bien orientadas hacia la reverencia por la literatura culta que hacia la creación de un público lector consumidor de libros. La prensa escrita apenas se utiliza en nuestra docencia y así nos va tanto a la ciudadanía como al estudiantado."

No haría falta, pero bueno:

Esta clase de proposiciones tienen menos rigor que las demostraciones de la ouija (cruzo los dedos y dejo los espíritus en paz), y no digamos el vudú, quizás uno de los más terribles y eficaces experimentos de ingeniería social que se han hecho. Estas cosas -opiniones, dicterios- son una vergüenza para quien esté educado en la religión de las proposiciones protocolares, y serían el hazmerreír en un juicio. ¿Cómo ha probado el científico social lo que sostiene? Se debe presumir la inocencia: no presumir cadenas de culpabilidades en funcionarios a los que no se les deja argumentar del mismo modo. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar en el disparate social que supone responsabilizar/culpabilizar/criminalizar de un gravísimo problema a unos funcionarios que, como tales, tienen muy poca autonomía: algo hecho por parte de unos funcionarios del estado -pedagogos, sociólogos de la educación- contra otros funcionarios del estado, por parte de la empresa pública contra los trabajadores?---

Luego está la mención de los finlandeses, arquetipo o mito pedagógico del opinante actual, avatar nuevo de una fijación boreal antigua (como la fascinación por las turistas suecas en los años sesenta)---

Lo mejor, puesto que uno admira el surrealismo (que es a lo que llega el cinismo cuando se lo recorta del periódico: a exorcizar pesadillas, a reírse de los malos sueños), lo mejor viene ahora, perla intercalada en párrafo mencionado:

"¿Para qué leer si todo está ya en los apuntes, si no se incentiva la actitud investigadora, si no se promueven dentro del aula escenarios deliberativos en los que intercambiar opiniones informadas? " ¿Qué propone? ¿Que los alumnos hayan mamado leche de la vaca Habermas?

Y donde se nota la marca del sectario y del perseguidor es en un párrafo inquisitorial como éste, de saca los perros y azúzalos:

"Incomprensiblemente, la sociedad española ha tolerado la existencia de unos profesores de secundaria carentes de una formación previa como docentes... " Aquí se nos olvida el modelo Habermas y sacamos el viejo traje mao.

La buena conciencia, el enajenamiento de los intelectuales orgánicos, como si no le cuadrara:

"¿A quién hacemos caso? ¿A los analistas ministeriales -y sus intelectuales orgánicos- o a Schleicher /responsable del Informe PISA/?"

Que Dios nos asista.

Sobre todo...

... , no dar ideas:

H. T.

El razonamiento moral sobre las cosas...

... humanas corresponde, la mayor parte de las veces, a una pereza autosatisfecha; en este caso, la moral representa ser la mayor enemiga de la ilustración; porque, realmente, no estamos ante una reflexión ética que se pone en juego, sino frente a una ortodoxia a la que le sobra todo, aparte de sí misma. Esta clase de ortodoxia, que pretende no saber que lo es, se manifiesta renuente a las informaciones que le llegan (en esto sí que se muestra hipercrítica), y sigue considerando que, a pesar de todo, el comunismo es/fue una buena idea. Es un acceso febril que afecta a no solamente espíritus simples. Al respecto, vale la pena señalar que se puede uno evadir con el argumento de que se le ha malinterpretado (y no sería ésa mi intención, si así se pensara): lo que me ocurre es que, por mucho que me esfuerce, no puedo sintonizar la moral con la cara de Lenin, interfiere siempre el gran inquisidor amante de fogatas.

La cuestión religiosa

El valiente sociólogo arranca con un salto tremendo de caballo, se lo piensa un momento, mira a un lado y a otro y concluye -muy prudentemente- que el único culpable es el criminal eurocentrismo, y que "lo religioso" puede ir triscando por ahí, salvaje y bucólicamente.

13 de enero de 2008

El moralista

La sangre, el dolor, la muerte como artículos de consumo---

Es injusto decirlo así (nada debe quedar fuera del examen de la inteligencia): es cierta reacción propia (mía, privada).

...

Lo digo a propósito de:

Stalingrado, en la colección de Grandes Batallas.

No puedo subir el spot televisivo---

Demagogias desatadas, IV (?)

(Gabriel Albiac)

Aunque no esté uno mismo seguro de que la intención (posible, no sé si probable) se acompañe de la realización (el flujo trivializador de la información puede dotarse de la virtud inversa de relativizar las imposiciones doctrinarias), sí estaría de acuerdo en inquietarme por la deriva emocionalista de la pedagogía política new age.


(Rafael Feito, en Escuela, nº 3768, 6 de diciembre de 2007, p. 27)

Se está pidiendo que se atienda al argumento de autoridad, no a las razones. El científico social conoce perfectamente la eficacia culpabilizadora de los sentimientos. Y cuando le interese podrá descalificar un argumento por ser emocional. Para un roto como para un descosido---
***

Es verdad ....

... lo que dice (nunca es verdad lo que se dice). Lo que ocurre es que, a una cierta edad, la filosofía debe reducirse a una meditatio mortis (pienso yo), a una medicina del alma (que también puedo hacernos más justos)---

Aunque la edad no exime de novedades---

La relegación de lo sagrado...

... no debe ser acogida jubilosamente: se trata, nada más, que de una libertad para la nada (seinzumtode: así, junto y en minúscula)---

Comment propio:

Al paso que vamos, la única religión posible es la de la letra impresa: que luego no comprendemos (pero ¿hace falta comprender algo?)---

***

La cabeza, tal como la tengo, ni para leer los suplementos.

El admirado y centenario Abc se ha inventado (no sé si estaba ya inventado: supongo que sí) la promoción-tomadura de pelo:


Sí, pero solamente para 100.000 ejemplares (escrito en minúscula letra, en vertical, en el ángulo inferior izquierdo del anuncio de la p. 56 de hoy), que ellos sabrán con qué criterio distribuyen. Mezquino, en todo caso. La derecha no aprende. O le da igual---

Buenos días!

Un blog presenta dificultades análogas a las que aparecen en la escritura de un diario normal: ¿por qué?, ¿para quién?

Análogas, no idénticas: el medio electrónico, a cambio de disolver lo que de irreductiblemente privado tiene el diario escondido en el cajón, deberá poseer alguna otra ventaja, en sustitución de la sinceridad que se pierde (no porque se mienta, sino porque -públicamente- se calla). No sabemos si considerar, como una de estas ventajas, la proposición mental -reserva propia- de un texto que se escribe a sí mismo, impersonal en el deseo que los sostiene---

***

Do fuir de A. Trapiello:

Con ocasión de una visita a París, el diarista leonés consigue crear la impresión de la falta de sentido final de los viajes, su carácter fatalmente turístico. Será problema del que lo lee, pero no puede evitarse la sensación de que, si uno mismo emprendiera un viaje como éste, se encontraría fuera de lugar, en todo momento: habría dejado de ser él mismo---

12 de enero de 2008

Diferencias

Puesto que la religión promete un cielo (bien fuera del tiempo, bien dentro de un tiempo, en un futuro), los actos de terrorismo sirven a esta finalidad: limpian, desbrozan, purgan, purifican...

Desde esta consideración, el terrorismo representa un moralismo eudemonista radical: quien quiere un fin debe querer atajar hacia él, eligiendo los medios más rápidos, eliminando obstáculos (considérese, si no, lo sagrado del fin representado; es decir, lo más valioso; pero en su grado superlativo y, por ello, excluyente: lo único valioso, realmente)---

...

El programa de ilustración, irreligioso, hace bien en no prometer demasiado; y en atender al carácter también final de los medios empleados (es decir, a su forma)---

...

El jacobinismo habrá de representar la reintroducción mendaz, como por la puerta trasera, de un plan finalista en el jardín de las formas---

Recordatorio/s

En los Diarios de A. Espada, al hilo de las fechas en torno al 11S (en una de las entradas de los días que sucedieron), el periodista/profesor cita extensamente un artículo demoledor de R. Dawkins (en The Guardian, ¿1-? de septiembre de 2001), sobre las causas verdaderas de la hecatombe (pp. 201-204 de mi edición, Booket, 2003). No hay otras que la creencia religiosa, sostienen el sociobiólogo y el periodista, de consuno. Que la explicación sea falsa (porque las ideas no actúan; las creencias religiosas no matan; lo hacen las personas), no empece considerar el peligro que hay en tomarlas demasiado en serio---

...

Así, por ello: habrá que considerar sagrada la defensa privada de lo que se considere sagrado; y tomar "entre comillas" su exhibición pública. Es decir, nada de querer apartarse de la crítica. Esta postulación, en cuanto asome sus narices sedientas de carne, sangre y almas, deberá ser sometida al examen judicial---

...

Desde el 11S, desde mucho antes, sean religiones sagradas o profanas, teístas o políticas, se ha podido caer en el abandono más absurdo de la proclama ilustrada, cuyo núcleo no reside en el examen racional, sino en la decisión y valor de llevarlo a cabo, pudiendo hacerlo.

...

Se es kantiano, o se tolera el crimen---

"Una vez que uno se deja de complejos." Sí, ¿pero...

... de dónde sacar los fundamentos para escribir nada, si todos los días representaran la ceremonia de la alegría?

El que escribe puede ser un pobre diablo, y así llevamos al límite extremo la diferencia con la vida (justificando, de paso, la diferencia entre ficticio y real).

...

Entiendo que en Rilke, según lo que escribe Andrés Ibáñez, y lo que yo me atrevo a opinar, puede plantearse la verdadera existencia como olvido consciente de lo insulso cotidiano: posición previa de la poesía, apriori de la verdad---

(En realidad: ateniéndome a lo poco que me queda claro del artículo de A. I.)

Es verdad

Se puede creer que la propaganda cultural de los suplementos es una nada impresa---

Una vez que uno se deja de complejos---

Como el tema me duele un poco (lo reconozco; sin que pueda señalar las razones, que seguramente arraigan en mi infancia y en mis genes), tomo, a manera de muestra, este texto de Jordi Gracia en Babelia: correcto en el tratamiento, abierto en la interpretación, medido, etc. A mí me parece que se olvida de lo de verdad importante: si tiene algún sentido escribir novelas. Me parece que se centra en (el peligro de) los malos novelistas, y no en lo que debería, que es el carácter sintomático de las buenas autoficciones. Filosóficamente sintomático. Nada que ver con la rentabilidad.

Foucault

Se tiene que sospechar que ese vuelco epistémico (en biología, economía política, filología), a la vuelta del siglo XIX, de donde van a nacer las ciencias humanas y el hombre como objeto (de una ciencia), puede constituir una trampa más de la academia, la moda del día (de 1966).

Se es partidario de la continuidad, se tiene fe en que las cosas huyen de la ruptura. Sí, hay cambios, pero más lentos: según los quieren explicar las denostadas ciencias del hombre y el sujeto que -en su finitud- las sostiene, implicando muchos más elementos que la mágica coupure religioso epistemológica que el pensador francés nos trajo como el evangelio nuevo---

11 de enero de 2008

Como lo cito...

... , ahí va. También creo que me va a interesar su libro sobre el Raval.

Fin de semana

Veremos---

***

(Trabajos, vidas)

Filosofías: no me parece mala idea hacer una interpretación cruzada de los fragmentos platónico y cartesiano. A partir de ciertos ejes (idea, ciencia, método, matemática, etc.) Se trata de elaborar una narración apropiada, que sirva y que le sirva a uno. Me parece que esto que digo es trabajo, pero no veo por qué no sería vocación---

Para pensar: la falta educativa que origina la ignorancia, que acicatea la ciencia para la política platónica, no se soluciona necesariamente con educación, si ésta es inadecuada, motivo -a su vez- de la ciencia para la ciencia cartesiana---

Malditos virus

Ganas de nada. De contarlo. Ahora ellos son la forma de vida dominante: la conciencia no sirve para nada. No está.

Dudas

a) acerca de escribir: no porque se exhiban las facetas más vergonzosas de la personalidad, puesto que se tiende a verla convenientemente, sino -cuestión anterior- a causa del carácter propiamente exhibicionista de la autoría (sea profesional o amateur)---

b) entonces, a causa de lo mencionado en el apartado anterior, vale escribir dejándose uno de lado---

***

(A propósito del texto de Arcadi Espada citado)

Creo que el presentador de las noticias de Canal Sur, que tenía puestas yo entonces, dijo algo así como que estaban viendo unas ¿espectaculares? imágenes de un incendio en el World Trade Center. Al pasar a primer plano las imágenes (no creo que fuera conexión con algún corresponsal, no me acuerdo, la verdad) se vio como un avión se introducía en la otra torre. Entonces, y ahora también, tenía la duda de si estaba sucediendo o si era una repetición de algo ya pasado. El locutor pareció no advertirlo. Dudas como ésa correponden a nuestro sentido de la vida espectacularizada, reproducida y gozable---

10 de enero de 2008

El desorden...

... de mis papeles es criminal, y algún día voy a tener problemas---

Soy incapaz de ordenar poniendo orden---
***

Ya comentaré esta cita de A. Espada, de sus Diarios.

Hace falta leer cosas como ésta...


... para encontrarse cosas como ésta.

Luego dirán que el lenguaje no se presta a los espejos infinitos. Fe de erratas sobre fe de erratas (o de "herratas"): la que deberá venir en un próximo número.

Porque es una errata, ¿no?

***

La inspección ajena de los actos siempre pone nervioso---
Esto es trivial, porque es verdad: no ha de pertenecer al sujeto fingido, sino al diario, el que vive y muere---

L´homme revolté

Si:

a) una ética del absurdo resulta imposible, por autocontradictoria, racional y carnalmente (quien afirma el nihilismo se libra de él, inconsecuentemente); aunque habría que considerar en qué medida la extensión solidaria de la afirmación personal de la vida no depende de una posición previa de la razón según la regla de oro del doutdes, según una situación ideal que se tiende a fiar muy, muy lejos en el tiempo-

b) el espacio de lo sagrado se determina como lo otro incompatible con la libertad, afirmando sin complejos a esta última como la aportación propia del pensamiento europeo-

Entonces, no nos quedará otra que fundar la razón en los seres humanos, y a éstos en su razón.

***

Estoy fatal: un virus y/o que ha llegado mi hora. En todo caso: no acceder a Internet para consultar síntomas, no, de ninguna manera. sSi bien uno no puede negar que todos los signos llevan a concluir en lo peor,

Que el ser es y el no ser no es: la primera afirmación del fatalismo, la negación de la libertad y de la preocupación consiguiente por nuestros actos.

***

Un país encanallado no se desazona por esta noticia. Ni por la chulería del desalmado que participó en una carrera ilegal de coches, con el resultado de la muerte de un crío de nueve años. Delante de las cámaras, él pide que le saquen por el lado que le favorece. Hasta eso llega su conciencia y nuestra dejación. Habrá quien piense, en relación con todas estas cosas, no ya que el perdón penal generalizado representa un desprecio hacia las víctimas, sino la inmundicia del corazón propio, y una corriente de pensamiento que se va extendiendo como una mancha de aceite por las diversas conciencias, hasta que se llegue a pensar como normal que el ideal de vida es el que asume la chusma.

9 de enero de 2008

Obsesión

Hoffmansthal, Carta de Lord Chandos (cito según la edición del Colegio de Aparejadores y Arquitectos técnicos de Murcia, creo; ediciones en castellano más recientes en Alba e Igitur)

Extrañeza: desechos los límites (la cordura, la costumbre), los términos se han liberado de su referencia. Libres, ahora, viven subjetivamente: se enfrentan y no dicen nada---

Va de citas

No sé por qué -la nostalgia que humedece los ojos, masoquismo, lo que sea- me acordé de este párrafo de días lejanos:

(Acero/Bustos/Quesada, Introducción a la filosofía del lenguaje, Cátedra, 1985, p. 205)

¿Qué tiene que ver una clasificación de las diversas cosas que hacemos al hablar, los edificios que levantamos con las palabras, con la existencia de una moralidad terrorista?

En primer lugar, una moral terrorista no equivale a una moral nihilista, solamente destructiva: éste -el de la destrucción- suele ser el momento previo para la eudaimonía buscada, tan ardientemente buscada y tan valiosa que vale la pena hacer correr la sangre. Verdadero resultará que éste constituye un terreno auténticamente psicopático: pero solamente para el que lo vea desde fuera, porque el que planifica y ejecuta guardia bien limpia las moradas más interiores de la conciencia (duerme bien).

Ocurre, en segundo lugar, que la ética se dice: puesto que los preceptos de la moralidad de turno van cargados de razones y oraciones que las argumentan. No suelen ser las primeras más determinantes que las segundas: más bien al contrario. La razón, según su mismo nombre, proporcionada, pide descanso y tranquilidad: retiro, paz, perspectivas varias. El lenguaje me parece anterior, vehículo tanto de la inteligencia como de su falta, y aun de su repudio más absoluto. De esta forma, la razón representa una acción que se niega a sí misma para comprenderse mejor, y abandonarse, si fuera preciso. Las palabras no: las palabras pueden sonar como disparos si engendran un ruido continuo y una falta de silencio para la meditación y el equilibrio de las consideraciones. Se habló mucho, se sigue hablando, con altavoces o por rumores, queriendo que lo último que venga sea el miedo, el perfecto aceite de la acción para lograr la felicidad final (la patria de los dioses o de las razas). Todo se termina convirtiendo en aglomeración, turbamulta, por calles pletóricas de emoción transgresora: nadie va a querer guarecerse en el interior, en un rincón de su casa, agazapado allí para protegerse: de sí mismo, en primer lugar; de las palabras apresuradas, después.

Hablar constituye un acto bastante más complejo que la emisión de un sonido. Se vincula a otros actos, intimidatorios, a veces, a la pretensión de efectos directos y lejanos. En este ámbito no han sido invitadas las razones, que son el elemento puramente inmaterial de esta historia, el único, realmente. Pero que las razones inexistan no implica que la conciencia se haya ausentado. Una descripción de las cosas hechas con palabras, de las partes incluidas en los actos de habla cotidianos (mirando al amor o mirando hacia la muerte) no se cuestiona en instante alguno la realidad de la conciencia que se presenta en el lenguaje, y no entiendo qué ha de ser la libertad sino esa transparencia de sí a sí. Por todo ello, no caigamos enredados en la selva de los discursos, porque éstos no tienen por qué llevar verdades consigo, sino mucha prisa en lo que quieren conseguir. Examinadas las razones en la criba de la regla de oro, no ha de pasar ni una de las falsas, las incompasivas, puestas en boca del eudemonismo terrorista o en las apologías indirectas de las ciencias sociales.

Intimidades

En el inquietante diario de Cesare Pavese, El oficio de vivir, en un momento dado, el desesperado autor recoge (escribe; entendamos las cosas según el sgdo. de legein) un par de ramalazos de cinismo, a propósito de una cuestión que, por pudor, no menciono.

8 de enero de 2008

¿Tan difícil..

... resulta comprender esto?

(A. Espada, Diarios, Booket Espasa, 2003, p. 144)

(Que en este caso hay una moral: centrada en la mirada y en el lenguaje; después, en sus extensiones espectaculares y rumorosas. Una moral a la inversa, si nos place contarlo así, aunque no merezca ese prestigio de grandes bigotes. En este ámbito todo sucede libremente, lo cual es el mínimum moral: se sabe lo que se hace y para qué se lo hace, y las repercusiones consiguientes. Entonces, ¿por qué meandros o submundos, del discurso a la opinión pública, se borra la pretensión emocional de todo el asunto? No sé cómo se podría querer sostener la explicación, que tenderá a ser mínimamente exculpadora y sólo un poquito menos legitimadora, de actos calculados con la precisión de una partida de ajedrez, en sus repercusiones cercanas y más alejadas. El terrorista es un ser humano que necesita anular la voz y el rostro de la víctima, pero todo sucede libremente: no hay diferentes razones, sino diferentes aplicaciones de la razón, según los objetos. Aquí está el problema, en la universalización de una forma, la de los objetos mecánicos, a los que eventualmente se ha cargado con la mirada del odio. Aquí está el problema, en la libre admisión de un sólo accionar de la razón: el deasatento a los sujetos.)

Me acuerdo de Lord Chandos

La mayor parte de lo que te ocupa representa una trivialidad mayúscula (así: para que el efecto sea mayor): como la idea de que la densidad del significante va absorbiendo paulatinamente la capacidad de trascender que al principio tenían los símbolos (la intención de un significado, puesto irreflexivamente en tanto que objetivo)---

La locura, que representa un acontecimiento del desorden (la ruptura de una sintaxis), puede suceder también en un nivel anterior o más elemental: desanudando la, por otra parte imposible, liaison de un signo con el objeto al que se ha puesto a sustituir---

En este último caso mencionado no sería muy extraño un discurso que manteniendo las reglas de coherencia, perfecto en su formalidad exterior, no correspondiera a nada: un puro lenguaje maquinal---

***

(Trapiello: Do fuir)

Me gusta lo que leo porque de ninguna manera lo comparto: me lo prohíbe una a modo de corriente ética que circula por mi corazón, y que me impide creer en un diarismo editado (no tan lejos éste de la denostada novela histórica; es decir, muy distinto y mucho más valioso, puesto que se trata de literatura que no ha renunciado a su verdad; pero no cualitativamente distinto, porque constituye un texto que circula para un mercado del gusto, en el que no tengo problema en incluirme)---

De acuerdo con su idea, bastante recurrente, de la insuficiencia (vaciedad por universalidad posible de las interpretaciones, consiguiente proposición de un aforismo de contenido contradictorio) del aforismo. La interpretación sustantiva y provechosa del contenido de una de estas pequeñas sentencias debería, me parece que dice en algún momento, extenderse en un tomo de cuatrocientas páginas, o callar. Pero, entonces, lo inválido no es el aforismo; sino que hay que apuntar a la pereza del hablante/escritor, que ha hecho abortar un sistema en su fragmento inicial (aunque no me gusta nada esta frase mía)---

7 de enero de 2008

¿Seguro?

Sic...:

"Precisamente la comprensión sentimental de este enigmático vacío y la placidez que conlleva ("somos hombres, y esto es lo que hay") es la negación de cualquier religión."

... et non:

El ateísmo (del paraíso platónico o cristiano o ...) no constituye una negación de la religión: es decir, este vacío plácidamente consentido me parece que podría constituir la forma más pura de religiosidad, y quizás de autoengaño (si lo más puro es lo más enrarecido)---

...

Puesto que de un resultado del razonamiento se trata (por muy propedéutico que sea), no excluiría yo el camino de ideas que han conducido hasta este fin: así que a los tropiezos y derrumbes de ideas podremos denominarlos voluntad u oscuridad, pero no nos habremos alejado demasiado de la razón (en Platón del ser puro y perfecto al no ser, nada más). Si acaso nuestra razón se habrá hecho práctica, crítica, conocedora de los límites. Pero limitarse y no creer es justamente la tarea ilustradora---

O sea: que no se trata de la admisión utópica de un formalismo (¿cómo voy a hacer yo esto?), ni de la identificación capciosa (no soy tan mala gente) del sentimiento simpático con el ánimo del lobo solitario; sino que se trata de los límites autoimpuestos por la misma racionalidad, en los que ella misma tiene que dedicarse a trabajar.

El hecho de que pueda fijarse genéticamente (evolutivamente) la aparición de un instinto benévolo y compasivo (una piedad premoral, biológica o lo que sea), efectivamente resulta muy relevante en todo este asunto: es algo que no ha producido la razón, pero que seguramente sí ha descubierto y ha pasado a formar parte de su acervo (ya no genético sino memético, recordando a mi querido R. Dawkins).

Puesto que ya no podemos ser inocentes, puesto que la razón se inscribe y se escribe en la historia de los acontecimientos humanos, y no podemos salirnos de toda esa suerte de mediaciones, y hasta el sólo hecho de intentarlo no conduce a nada más que a una nueva recaída, habremos (creo) de tomar muy en serio el lugar de esa racionalidad mediadora o comunicativa, por pobretones que resulten sus recursos y estrepitosos sus fracasos.

Claro, no se trata de suponer que puesto que se debe (formalmente) mantener ese único criterio del diálogo, el debate, la escritura o el estudio de lo mejor que la inteligencia filosófica de los hombres ha producido, tengamos (sustantivamente) que pensar en una utopía a realizar, que, casualmente, coincide con lo que dice tal partido o secta o iglesia.

Sólo que (me pongo ese experimento mental) no me imagino cómo iba yo de buena fe a asentar los derechos de mi pobre razón en una decisión de creer (en mi cultura, en mis dioses o en mis genes: da igual). A esa decisión, opuesra, de no recaer en la mala fe es a lo que yo quiero llamar racionalidad e ilustración---

Viaje de escapada...

... y compras a la cercana localidad de X, fea y que me recuerda un poco, por la estructura de urbanización mellada (fincas nuevas al lado de solares de derribo) a A.

Poca cosa, evidentemente: y así lo anoto aquí---

***

Las colaboraciones en el cultural de Abc, sobre los videojuegos (que es un tema que no me interesa, realmente) no son muy enriquecedoras, la verdad (lo único, el parecer coincidente de los articulistas en la falta de rigor histórico -simplificación, en primer lugar- de los videojuegos de contenido histórico; y del cine histórico y la novela histórica, de paso, se señala).

O será que, al leer por obligación autoimpuesta, no encuentra uno la veta dorada que ahí se encuentra, que casi siempre se encuentra: pues los enunciados contienen la verdad---

Me quedo con este pasaje de Gonzo Suárez:


Que cada uno piense lo que quiera---

6 de enero de 2008

No lo comprendo...

... , ¿acaso se está admitiendo un color, tono, timbre o estilo en el mundo de las ideas?

"Pd. De Sócrates siempre se ha dicho que la fortaleza de su personalidad es la debilidad de su filosofía." (egoficcion)

Interilustración

"El solo formalismo -Kant, Habermas- es presa fácil -a los hechos me remito- de todo dogmatismo bárbaro y deshumanizador." (LJS, egoficcion.blogspot.com)

De facto, no de iure: se sigue teniendo razón. Y se puede tener valentía---

***

"... pero a la fecha actual la propuesta kantiana de la libertad política posible como efecto de la libertad moral real no ha sido superada por ninguna otra." (Ibíd.)

El cristianismo negado se actualiza, aunque se diga que no: como platonismo o como voluntad personal o como mundo interior---