14 de enero de 2008

El escriba

-¿Quién está de guardia?
-X.
-Que se ponga a escribir.

***

Claro, esto que pongo a continuación (Rafael Feito, en El país, 17 de diciembre de 2007) sale en un diario que lee (y no hay razón para pensar que no se tenga en cuenta lo que dice, opiniones de signo claramente político aparte) la mitad del arco parlamentario (los políticos) y extraparlamentario (los votantes) y, si no fuera por Mr. Google, sería imposible de anotar y contestar.

No hace falta -no haría falta- comentar lo que dice (¡qué fácil es señalar con el dedo y arrojar piedras: mester de cobardes!).

"Nuestros pésimos resultados en comprensión lectora -corroborados en el estudio internacional PIRLS con alumnos de nueve años- son fácilmente comprensibles en una escuela, especialmente la secundaria, que rara vez va más allá del libro de texto -el cual ni siquiera se llega a leer en su totalidad- y de la cultura (sic) de los apuntes. Tenemos bibliotecas escolares -muchas de ellas excelentes- y escasas bibliotecas públicas, por regla general, todas ellas infrautilizadas. ¿Para qué leer si todo está ya en los apuntes, si no se incentiva la actitud investigadora, si no se promueven dentro del aula escenarios deliberativos en los que intercambiar opiniones informadas? Como mucho se leen libros en la asignatura de Lengua, lecturas más bien orientadas hacia la reverencia por la literatura culta que hacia la creación de un público lector consumidor de libros. La prensa escrita apenas se utiliza en nuestra docencia y así nos va tanto a la ciudadanía como al estudiantado."

No haría falta, pero bueno:

Esta clase de proposiciones tienen menos rigor que las demostraciones de la ouija (cruzo los dedos y dejo los espíritus en paz), y no digamos el vudú, quizás uno de los más terribles y eficaces experimentos de ingeniería social que se han hecho. Estas cosas -opiniones, dicterios- son una vergüenza para quien esté educado en la religión de las proposiciones protocolares, y serían el hazmerreír en un juicio. ¿Cómo ha probado el científico social lo que sostiene? Se debe presumir la inocencia: no presumir cadenas de culpabilidades en funcionarios a los que no se les deja argumentar del mismo modo. ¿A alguien se le ha ocurrido pensar en el disparate social que supone responsabilizar/culpabilizar/criminalizar de un gravísimo problema a unos funcionarios que, como tales, tienen muy poca autonomía: algo hecho por parte de unos funcionarios del estado -pedagogos, sociólogos de la educación- contra otros funcionarios del estado, por parte de la empresa pública contra los trabajadores?---

Luego está la mención de los finlandeses, arquetipo o mito pedagógico del opinante actual, avatar nuevo de una fijación boreal antigua (como la fascinación por las turistas suecas en los años sesenta)---

Lo mejor, puesto que uno admira el surrealismo (que es a lo que llega el cinismo cuando se lo recorta del periódico: a exorcizar pesadillas, a reírse de los malos sueños), lo mejor viene ahora, perla intercalada en párrafo mencionado:

"¿Para qué leer si todo está ya en los apuntes, si no se incentiva la actitud investigadora, si no se promueven dentro del aula escenarios deliberativos en los que intercambiar opiniones informadas? " ¿Qué propone? ¿Que los alumnos hayan mamado leche de la vaca Habermas?

Y donde se nota la marca del sectario y del perseguidor es en un párrafo inquisitorial como éste, de saca los perros y azúzalos:

"Incomprensiblemente, la sociedad española ha tolerado la existencia de unos profesores de secundaria carentes de una formación previa como docentes... " Aquí se nos olvida el modelo Habermas y sacamos el viejo traje mao.

La buena conciencia, el enajenamiento de los intelectuales orgánicos, como si no le cuadrara:

"¿A quién hacemos caso? ¿A los analistas ministeriales -y sus intelectuales orgánicos- o a Schleicher /responsable del Informe PISA/?"

Que Dios nos asista.

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