Suena fatalmente, a libro rojo enmohecido, al insulto que llega presto en cuanto alguien se decide a levantar la mano, a cultivo pormenorizado del sectarismo y de las traiciones. No se puede evitar pensarlo:
(Texto de A. Mª B.)
La clave está en esa "expresión" subrayada, que nunca se sostiene a sí misma, espontáneamente: que viene de muy lejos (muy lejos de la verdad, pensamos), de la ciencia "realista", de la ortodoxia, de la fe renacida, de los nuevos avatares del integrismo religioso, que deciden hacerse de la política del pueblo---
Lagarto, lagarto---
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