6 de enero de 2008

La contemplación...


... parece que tendría que dirigirse a la divinidad; en el mejor de los casos, a hombres divinizados por sus acciones. El error acerca de estas cosas no deja en muy buen lugar a quienes son nada más que hombres: es su razón encenagada (impía o deconocedora) la que lo lleva hacia la locura (que es la más entera falta de lo común: logos, espíritu, bien, ley, ciudad).
Quien habla a lo muerto (las casas de los dioses) es como quien escucha los ecos o ve las sombras: ha salido del terreno de juego (el lenguaje, la ratio o proporción)---
¿Una nave de los locos, si todos se condujeran así?
Nota: cita del fragmento heraclíteo según mi querido ejemplar del Heráclito de Mondolfo (en ed. Siglo XXI).

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