8 de enero de 2008

¿Tan difícil..

... resulta comprender esto?

(A. Espada, Diarios, Booket Espasa, 2003, p. 144)

(Que en este caso hay una moral: centrada en la mirada y en el lenguaje; después, en sus extensiones espectaculares y rumorosas. Una moral a la inversa, si nos place contarlo así, aunque no merezca ese prestigio de grandes bigotes. En este ámbito todo sucede libremente, lo cual es el mínimum moral: se sabe lo que se hace y para qué se lo hace, y las repercusiones consiguientes. Entonces, ¿por qué meandros o submundos, del discurso a la opinión pública, se borra la pretensión emocional de todo el asunto? No sé cómo se podría querer sostener la explicación, que tenderá a ser mínimamente exculpadora y sólo un poquito menos legitimadora, de actos calculados con la precisión de una partida de ajedrez, en sus repercusiones cercanas y más alejadas. El terrorista es un ser humano que necesita anular la voz y el rostro de la víctima, pero todo sucede libremente: no hay diferentes razones, sino diferentes aplicaciones de la razón, según los objetos. Aquí está el problema, en la universalización de una forma, la de los objetos mecánicos, a los que eventualmente se ha cargado con la mirada del odio. Aquí está el problema, en la libre admisión de un sólo accionar de la razón: el deasatento a los sujetos.)

3 comentarios:

Egoficción dijo...

La cita es buena. Y también tu comentario. ¿Quieres decir que el terrorista sabe de algún modo que a quien asesina es una persona como él mismo pero que se/nos miente al apretar el gatillo?
Igual es que en el fondo para el terrorista sóloe xiste su CAUSA (con vida propia, la verdadera vida) y todo lo demás, él incluido, son piezas mecánicas de ese ajedrez.´
En cualquier caso, los actos brutalmente inhumanos, y el terrorismo lo es, precisan una deshumanización de la realidad.

Egoficción dijo...

También podría decirse que la coherencia lógica legitima, para el inmoral, su propia inmoralidad.

Egoficción dijo...

Ya te pasaré, si no lo puedes conseguir antes, el artículo de Azúa 'mundos abiertos y mundos cerrados' (en 'Ovejas negras').