11 de febrero de 2010

Becqueriana III, more spinozista

El amor que induce una mayor desgracia, y si es que ésta consiste en la belleza, no ha de hacer más que incrementar esta última.

(Confieso que no me resulta nada fácil manejarme con las ecuaciones de esta matemática platónica. Sé que el romanticismo trágico coincide con el naturalismo de la necesidad sublimada.)

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