16 de febrero de 2010

Estar

... Debería, pero no sé. En vez de estar en lo que estoy, que parece lo más sencillo y es aquello en lo que todos logran estar, yo me encuentro en otro sitio. En cuál no lo puedo determinar. En otro. Únicamente puedo contar, y eso cuando me acuerdo o cuando me dicen algo que me vuelve sentimental. Me devuelvo a lo que yo soy, un maldito sentimental. Entonces recuerdo cuando era un niño. Él, un anciano sordo y casi ciego, se acercaba a mi cama a despertarme por la mañana.

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