Hay jornadas en que la angustia sobrevuela libremente, desplegando sus alas negras en rápidas espirales. Este foehn dulzón y terroso que entra por los ojos y la boca debe ser como la imagen material de la marcha celeste del ángel de la preocupación y el miedo que me atenaza a mí. Ego fingo, ego sum.
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