13 de junio de 2007

Alegorías de la lectura, la condenación del amor

(Paul de Man)

I. ¿Qué se puede hacer con esta estructura gélida, esta serpiente enredada de metáforas y metonimias, retórica y gramática, ad usum academiae?

II. Inmediatamente después, a la vuelta del capítulo, Rilke celebra la exaltación de la vida: la identidad de sonido y ser; que puede vencer el poder de lo negativo, puesto que la alegría rilkeana tiene que madurar y conocer el dolor.

***

(Uno mismo)

III. Un celebrante, sacerdote impropio, va buscando los encuentros, en ceremonias sin más dios que la juventud y el cabello dorado, una palabra cazada al azar del viento, o una ironía ("Qué fuerte!")---

Perdido al cabo de la calle, el aire ingenuo y rubio ha desmentido la tarde ruin.

Con la lectura sistemática de La llama doble, exultante octogenario Nobel Octavio Paz, se da la vuelta al ascenso rilkeano: porque el amor, llama azul y trémula, es una invención occidental---

En ningún lugar el aire volvió fresco y vivo: todo sucedía en el cerebro gastado.

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