4 de diciembre de 2007

Confusión

Platón, República, Libro VI, CEC, 1981, Tomo II

Otra manera de la dialéctica: se ha salvado la duda provisional; en un descenso -final- de luz de vértigo---

Sucede en la teoría de manera casi inmediata (sin solución de continuidad, en todo caso: sin salir de la idea); pero en la práctica sucede de otra (las ideas no son hombres, su carne imperfecta)---

Las hipótesis deben representar el movimiento o el elemento de la duda: paradójicamente cancelada en el ascenso intuitivo "hasta el principio de todo": hacia esa noción común, elemental, abstraída -aparte, separada- de lo sensible---

¿Qué ha sucedido?

El orden matemático ha obtenido su garantía, la condición de artículo de fe: el orden progresivo del conocer -el análisis metódico- se congela como un orden esencial de teoremas asentado en un único axioma, nombrado erróneamente (por confusión metonímica) como el Bien: pero ocurre que esta necesidad experimentada es una señal de quien -realmente- experimenta la urgencia ideal, esto es, el intelecto nada más---

3 comentarios:

Egoficción dijo...

Espera que lo vuelva a leer. ¡qué cosas escribes! estoy por arrojarte un Cioiran.
Releeré lo que dices y después (o cuando sea) te comento.

Egoficción dijo...

Vaya por delante que seguro que tienes razón. La cita de 'República' está ahí. De todas formas, la interpretas cartesiana y modernamente. A ver si me explico.
El método cartesiano -more matemático- es deductivo. Los primeros principios (algo así como axiomas) son también fruto de una elaborada reflexión (análisis, duda). Incluso las primeras certezas cartesianas están bajo sospecha (y siempre lo estarán) por cuanto se valor depende exclusivamente de sí mismas; la hipótesis del genio maligno es una carga de profundidad.
Platón, para quien el método matemático es aún demasiado hipotético (genio maligno) da el salto (algo así como ontoteológico) a la intuición (no deducción desde ningún otro principio) de las esencias infinitas.
Quiero decirte que este salto de lo matemático (de lo humano) a la filosofía (a lo divino; el alma es una Idea)viene garantizado justamente por la Verdad, Belleza y Bondad del Universo, que así se convierte en garante de nuestra intuición.
Tienes razón en que el uso, la maduración, del platonismo no pòdía acabar más que en una razón humana creada por un Dios a medida de dicha razón. Pero Platón nunca lo diría de este modo.

En el fondo lo que opcurre es que Descartes es un platónico más sofisticado (y tu querido Kant lo será aun más). El optimismo racional, la ingenuidad metafísica y el dogmatismo lo comparten... pero no vía matemáticas sino vía, llamémoslo así, 'proceso de autoconocimiento' de la propia razón humana.
O la duda y el escepticismo y el relativismo (en todos los órdenes) o el dogmatismo, que es aparentemente ingenuo pero que es retorcida y alevosamente prepotente (el vértigo del que hablas).
La antropología, la ética y la psicología, pienso yo, explican mejor que la metafísica o la epistemología el hecho de que siempre haya habido -y siempre los habrá- platónicos.

Seguro que no te entendido, así que cuando puedas responde vian blog.

Egoficción dijo...

se me olvidaba. Los seres humanos somos tan peligrosos y groseros con las matemáticas como con la magia o el amor.