12 de diciembre de 2007

Demagogias desatadas



(Entrevista a Rafael Feito, Prof. Titular de Sociología, en Escuela, nº 3768, 6 de diciembre de 2007, pp. 26-27)

Sobre esta declaración acerca de la dictadura silenciosa, del terror en las aulas, ha de asentarse una verdad (supuestamente). Al escuchar/leer la pregunta, la sospecha empieza a despertarse. Luego ya no hay dudas: el espíritu, con ojos rabiosos de águila, ha descubierto la paz de los cementerios sobre la que planean los buitres. Decide enviar, como castigo, su cordero de sangre y fuego que profiere palabras inflamadas. Han invertido el mundo, al disponer el diálogo y las ideas como flores precoces del alma infantil platónica: ¿quién no será un criminal al querer aserrar los tallos flexibles y verdes que las sostienen? ¿Cómo no ha de ser criminal el maestro que ejerce oficio de verdugo de la humanidad?---

En verdad, sólo águilas de mirada firme y cruel (sociológica), capaces de enviar al cordero de sangre (el experto) entre los malvados (los que ya sabemos), pueden librarnos de todo mal: sonríen, a izquierda y derecha, las comadres de academia y del partido, contentas con los dicta de aquel que no ha venido a traer la paz y el consuelo, sino la mirada amorosa hacia los pequeños sabios infantiles: pues, es conocido, magister lupus pueri---

1 comentario:

Egoficción dijo...

Queremos la Escuela que necesitamos. Y necesitamos, pues no hay más tonto que quien se cree inteligente, lupus dixit, lo que merecemos.
Mi estrategia es a lo Gandi; la mejor forma de minarles, de tirales al suelo su bello castillo, es a hacer precisamente, aunque sin excederme en el celo, lo que nos piden... ¡ellos solos, que a mis hijos ya los educaré yo!