La tinta del calamar:
"El sociólogo Mariano Fernández Enguita se pregunta por qué tendría que haber mejorado la educación en los últimos años: `Lenta pero consistentemente, el horario y el calendario escolares se acortan, los directores no pueden dirigir y los centros y profesores no están sometidos a responsabilidad alguna por hacerlo bien o hacerlo mal´."
Claro, y si yo le digo que eso no es así, que para empezar está mencionando un hecho inexistente (la disminución del horario escolar, cuando sucede lo contrario, una escolarización -infantilizadora- de la sociedad, profesorado incluido), que sienta como premisa casi judicial (la responsabilidad de los profesores, la culpa, la causa de los males) la atribución explicativa del fenómeno (el descenso en el rendimiento educativo) a la conducta de todos y cada uno de los elementos del cuerpo docente, como si a una hubieran de constituir un cuerpo enfermo, si yo le digo todo eso, el académico estará presto a desempolvar el argumento que tradicionalmente emplean los inquisidores: la protesta de inocencia como señal inequívoca de la maldad, doble y contumaz, de pecador consistente e irredento---
Puestos a sentar puntos de vistas incompatibles y separados por abismos más profundos que el platónico, toda esta verborrea pedagogizante (sofista, politiquera, malintencionada) no es más que un elemento más del arsenal des-autorizador---
Por cierto, no se nos olvide que los inquisidores amenazan, que no están interesados en el ejercicio de la verdad sino en el del poder. ¿A qué responsabilidad se refiere? ¿Cuáles son las consecuencias de tan sabio y stalinista dictum acerca del profesor kulak?---
Vergüenza y asco---
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