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26 de diciembre de 2009
Roland Barthes, la angustia
El capricho, la novedad. El imperio de los signos. Sustituir la intención personal por un paratexto, por muchos paratextos: no cae la moralidad solamente, el cálculo de las consecuencias también se viene abajo. En vez de la racionalidad occidental (significativa), una pasión que se engolfa en los significantes. Una mente vacía, para la cual todo parece exótico: Japón, los cerezos, los almendros vicarios y promisorios. Bientôt.
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