Los días en que cuesta pensar, hablar, andar, escribir. Parecen las palabras de otro, los pensamientos e imágenes de otros. Hastiados que estamos de su torpe fluir y del dolor que producen. Igual, oye, se obtiene una pequeña verdad, y no se necesita que lo reconozcamos, si sobre las verdades no decide uno sino que nos deciden ellas. Igual.
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