Con esa elegancia francesa, tan hábil en tratar con papel de fumar los acontecimientos histórico-mundiales y el lugar en ellos del pequeño individuo (véase, si no, las derridianas Memorias para Paul de Man), Maurice Blanchot, en este párrafo que, rigorosamente, no contiene nada, y si acaso una prohibición de remover, desliza o no puede impedir una frase terrible, la subrayada:
M. Blanchot, El paso (no) más allá, Paidós, 1994, p. 144. Libro tanto más admirable (francés) para mí desde que he decidido leer sin intentar comprender nada del artificio y sus fuegos. Sin intentar desentrañar el sentido del texto.
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