13 de diciembre de 2009

¿Por qué?

En el fondo de la humillación se encuentra un rastro de claridad. Intrascendente. Esto es: ningún dios que, ex machina, nos salve del abismo; en vez de ello, una conciencia más exacta y tersa, si la conciencia tuviera piel. Si acariciarla, a estas alturas, sirviera de algo.

No hay comentarios: