El ateniense, un personaje mediocre cd vez que aparece en su propia obra (pero es su propia obra!), y un filósofo escritor genial, lo que consigue a cambio de retirarse de la vida pública...
Tiene coherencia, creo, mi sueño: quien no es capaz de escenificar su propia genialidad, ¿cómo no se va a ver obligado a retirarse de la circulación social, mundana?
Asombra la dureza de la lógica (los dioses tienen que estar implicados en ello): con hechos falsos se fabrica una cadena indestructible, sustentada en el principio de que la nada es.
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Por lo demás, los hombres duermen cada vez menos.
Yo soy un hombre.
Yo duermo cada vez menos.
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