En cualquier imagen está el mundo. Basta con ponerse la mirada presocrática. De Anaximandro en adelante. Oh, lapsus mentis! De Tales en adelante! Oh lapsus dementis! Del sapiens en adelante. O de Hesíodo o de Homero... Pero al ver las ruinas se te ocurre pensar que el ser que adviene se lo merece... por el abuso que comete en el tiempo, al ocupar su lugar y condenar (desplazar, preterir) otras posibilidades.
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