A causa de no saber trazar adecuadamente los límites entre espontaneidad y chabacanería---
Dicho de una manera más clásica: el atentado contra la verdad (¿qué puede significar el trazado correcto de las marcas?), la irreverencia frente a los hechos, o algo así, conduce al quebrantamiento del segundo mandato. Esto es, a faltar al sentido de la clase o de la decencia debida. Que una cosa así, que ya el pensarlo esté fuera del tiempo y el lugar, no se practique no debe ser obstáculo para imaginar su validez. Dios puede permanecer sin sus creyentes.
La cuestión está, y nos falta tantísimo hábito, en ser uno más de la especie humana, sin necesidad de distinguirse por la grosería.
Mientras sigamos contándolo después, mientras la verdad (la más amarga y animal) quede en el campo de la posibilidad, sólo para ser escrito, aún nos queda el orgullo de creer que todavía no somos plebeyos del todo---
Qué calor que hace!
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