15 de junio de 2009

Buenos propósitos

Pensar sobre el tema: la pobreza de resultados de los novelistas puestos delante de la tarea de proyectar imaginativamente un pasado. Acartonamiento de historias, caracteres e ideas. (Por lo menos en la muestra de novelas seleccionadas. Por lo menos en algunas. En algún aspecto.)

No coger ningún libro (novela) nuevo, aparte de los ya leídos y comentados. Roturar ese terreno, por baldío que sea.

Sumar páginas. De lectura y de escritura. Ninguna fe, pero todo el trabajo.

1 comentario:

Egoficción dijo...

Pues más o menos sí. Pero sin espíritu kantiano... más bien epicúreo.