Me pregunta Y a propósito de Z, pero yo, X, no soy capaz de responderle. Qué sé yo lo que va a hacer la gente, ni lo que tiene en la cabeza. Bastante tengo con lo mío, con ir contando los pasos a la nada. La vida, en general, me resulta incomprensible, fuera de (aparte de) la que está clausurada en las novelas realistas (Pérez Galdós et al.) Se me ocurre que, por una de las líneas, yo no tengo pasado, o que si lo tengo es imposible de rescatar. Un emigrante, un náufrago, una madre a la que no preguntar, el silencio de los padres. Mis manos, el calor, actos espontáneos de los que me arrepiento, cobardía. Vocación de diarista.
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Andrés Calamaro, Ariel Rot: me encanta. (Soy un niño viejo. O su imposible inverso.)
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