26 de junio de 2009

Efectos nimios

Al mencionar tu condición de escribidor-diarista hay quien se alarma un poco. No hay por qué, te confiesas en voz alta y le confiesas. Cojo frases, expresiones, palabras sueltas, etc., y voy y lo suelto luego aquí. No hay por qué tener miedo, soy un ser enteramente pacífico. Únicamente estoy en guerra conmigo.

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¿Es que no?

De ahí mis apuntes minimalistas, antiUSB e impublicables.

Fugitivos como la arena que se va deshaciendo de su conato de reloj (= materia corpórea y bella).

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