20 de diciembre de 2007

Adepto…

de la secta del sufrimiento autoinducido, no podía comprender:

a) la definición de la beatitud como un pensar que se piensa a sí mismo, a partir de la reducción teológico-racional practicada en la experiencia del mundo,

b) que alguien pudiera orientar sus acciones sirviéndose del inhumano ideal,

c) que se hubiera podido abandonar el pensamiento fragmentario de los orígenes, pretendiendo que se trata de los restos de un sistema, /llevados, en el océano del tiempo que todo lo pierde, a la playas de la historia/. Restos que pueden ser editados críticamente: legein de segundo orden, académico, vida exprimida---

1 comentario:

Egoficción dijo...

Al menos eso, que se respete lo fragmentario, que ya es difícil incluso para un alma fracturada. Pienso que es una exigencia biológica el acomodarse al mundo, el acomodar el mundo. Lo extraordinario es no querer hacerlo. Igual de la crítica al sistema se nutre maquiavélicamente éste.
Los grandes y fundamentados escenarios metafísicos son siempre para la praxis feliz e interesada en el mundo. Esto es cierto al menos entre los individuos inteligentes. El concepto cristiano del dolor de Dios, que soy feliz sufriendo porque así alcanzo la beatitud, es aterrador. El dolor existe, pero no hay que fomentarlo. Esto tampoco significa que cualquier estrategia sea válida para dulcificarlo.