16 de marzo de 2009

... y luego, que no sé cómo...

... nuestra felicidad no habría de ser completa en un país tan avanzado. Beatitud llamo yo a este status de caída de los dioses, sustituidos por embriólogos de bata blanca inmaculada, formados en los mejores centros de investigación. BEATITUD se llama lo que nos prometen, y nosotros sin querer aceptarlo, llevando nuestra letrada protesta a trasmano total de la veleta epocal.

Lo oigo y no me lo creo.

***

Amargura te provocan hasta los nimios sucesos que por cualquier otro resbalarían, igual que si fuera el agua tibia o una brisa sin importancia. A ti cualquier cosa te desdice; las palabras te sustraen... ¿Por qué seremos tan poco hábiles? Tu agua es hielo y el viento es vaticinio de tormenta negra, de las que arraigan desde el interior...

Horas que pasan espesas, horas graves...

No hay comentarios: