29 de marzo de 2009

Notas para una prehistoria de los genocidas

(Si cupiera la posibilidad de separar el predicado "genocida" de la condición humana -como si cupiera la posibilidad de preterir el instinto mortuorio)

Mario Vargas Llosa recuerda, en el breve ensayo que dedica a El corazón de las tinieblas de J. Conrad en su libro La verdad de las mentiras (esto es, acerca de la ontología literaria), la figura asesina de Leopoldo II, emperador de los belgas y propietario esclavista, pero administrador matemático, del territorio colonial del Congo. La cantidad estimada de las muertes: entre cinco y ocho millones de seres. Los Lager alemanes y soviéticos, Kolyma y Auschwitz. Asimismo el río Congo y las tierras aledañas, medio siglo antes.

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Motivos para leer a Améry: deshacernos de la idea de que hay que compadecer al criminal, por ejemplo. Améry nos hace pensar que la compasión la merecen las víctimas, recuerdo y simplifico (y si tergiverso lo hago sin mala intención). Los verdugos merecerán justicia, ¿no?

Más allá de la culpa y la expiación está en Pre-Textos. Habría que encontrar, antes bien, motivos para no leerlo.

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